Después de Sócrates la búsqueda persistente del conocimiento se hizo escuela. Platón fue su alumno más destacado y sus ideas sobre la moral, la educación y la búsqueda de la esencia siguen vigentes como teoría del conocimiento o como guía en la búsqueda perenne de la verdad intangible. Su alumno más destacado fue Aristóteles, quien habría de dominar el mundo intelectual de la Edad Media.
Platón ocupó el centro del mundo intelectual y espiritual de Grecia, asimilado por la religión cristiana, vuelto a parecer en el Renacimiento, la época de la Luces, el Idealismo alemán, el pensamiento de los siglos XIX y XX. En su tiempo la Academia atrajo poderosamente la atención como un lugar de intercambio para sabios y pensadores en donde se compartían las ideas y concepciones del mundo y de la vida.
La creación de la Academia como espacio para el diálogo y aprendizaje de saberes tuvo una gran trascendencia, siendo considerada el inicio de la universidad europea con su amplia oferta de estudios que, además de practicar el pensamiento, incluía astronomía, biología, matemáticas, teoría política, filosofía, oratoria, dentro del campo antropológico de la filosofía socrática que hace al hombre su objeto de estudio y conserva la fe en la razón y el convencimiento de que existe una verdad universalmente válida.
Aristóteles, el alumno más destacado de Platón, ha sido uno de los pensadores con mayor influencia entre los filósofos de la antigüedad. La historia de la filosofía lo ha considerado el autor enciclopédico más portentoso, el in crescendo de los tres, que partiendo de Sócrates acumula sabiduría para llegar a Platón y trascender a un Aristóteles que ordena, clasifica, analiza, profundiza, sintetiza, crea, incrementa; alguien de quien se dice que logró escribir más de ciento cincuenta tratados de los que por desgracia, sólo se conserva una treintena.
En el siglo IV, desde la muerte de Sócrates a la muerte de Aristóteles (399 a 322), se da un glorioso esplendor del pensamiento humano, donde la filosofía adquiere una fisonomía sistemática y se interesa por la existencia toda: el conocimiento de la naturaleza y el conocimiento del hombre. Tres pensadores en esta época intentan explicar la existencia a la luz de un concepto fundamental: en Demócrito la materia, en Platón la Idea y en Aristóteles el principio de la evolución (entelequia).
De estas explicaciones parten las tres concepciones fundamentales del mundo y de la vida y los tres sistemas filosóficos clásicos: el materialismo, el idealismo y el hilemorfismo (la teoría filosófica ideada por Aristóteles y seguida por la mayoría de los escolásticos, según la cual todo cuerpo se halla constituido por dos principios esenciales: la materia y la forma).
Sócrates, Platón y Aristóteles constituyen un eje de unión con los principios cotidianos de nuestro hacer, de nuestro afán de existir, de nuestras faenas y quehaceres, donde destacan el conocimiento de uno mismo, la búsqueda permanente de la verdad y la necesidad del diálogo para entender la verdad social.
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