Sarita es alumna del Instituto Científico Motolinía en Xalapa. Después de un largo recorrido en el que obtuvo el segundo lugar en la fase estatal intermodalidades para jovenes de educación Básica en la Olimpiada Veracruzana de Matemáticas, logró el pase para participar en la fase nacional de dicha disciplina, lo cual fue un logro meritorio considerando que cursaba el segundo grado de secundaria.
Para esto, además del apoyo de su familia, tomó un curso en Morelos donde obtuvo el tercer lugar y formó parte de la delegación veracruzana en la 3ª Olimpiada Nacional, siendo galardonada con la medalla de bronce en el nivel III, de educación Básica. Un orgullo personal, de sus padres y de la escuela.
Es interesante observar los procesos que se dan cuando surge un campeón o una campeona, alguien que obtiene con su esfuerzo, un galardón preciado. Cuando ya se ha destacado, las explicaciones son simples, las razones brotan casi espontaneas, las definiciones del suceso son sencillas y parece fácil lo que ya sucedió. Sin embargo, antes de incubarse el hecho, nada es fácil. Atrás hay mucho trabajo, disciplina y voluntad.
Reproduzco las palabras de Sarita, que son un incentivo tanto para los alumnos de todas las escuelas, los padres de familia que se esmeran en proveerles confianza, cariño, apoyo y recursos a sus hijos, y a las escuelas que día a día realizan el notable e importante trabajo de despertar al genio que hay en miles de jóvenes.
Dice Sarita: «Mi nombre es Sarah Martínez García. Mis papás son Alfredo Martínez Domínguez y Mireya García Jaime. Estudié desde la primaria en el Colegio motolinía. Me gusta jugar boleibol con mis amigos y estudiar matemáticas, mi materia favorita. Quiero estudiar la licenciatura en matemáticas, para enfocarme en la docencia o en la investigación. Si no, me gustaría estudiar la licenciatura en urgencias médicas.
Algunos de los logros que he tenido por mi afición a las matemáticas, son el tercer lugar nacional en la Olimpiada Mexicana de Matemáticas y una buena experiencia en Mérida cuando cursaba el primer grado de secundaria. Este año participé en las etapas de zona, de sector, estatal e intermodalidades en la Olimpiada Veracruzana de Matemáticas. Obtuve el segundo lugar estatal.
Cuando pasé a la fase nacional, ocurrieron algunas situaciones nuevas en la familia. A mi papá le detectaron cáncer. Al principio yo me sentí desmotivada por esa
enfermedad y porque creí que tendría que dedicarle mucho tiempo a sus cuidados. Sí lo he cuidado, pero quiero decirle a mis amigos y a los jóvenes veracruzanos, que pensé que eso no me iba a limitar. Comencé a esforzarme más, a administrar mi tiempo. Mi papá me dijo que me apoyaba y si necesitaba viajar él me pagaría los gastos. También me apoyó con tiempo, para poder estar con mis maestros.
Lo curioso es que el examen me tocó el día del padre. No pasé el día con él. Pero creo que es un reto que me puso Dios para no sentirme triste es día, sino compartir con mi papá que ese día obtuve el tercer lugar nacional. Lo hice por él, para que viera que nuestro esfuerzo rendía frutos. Esto me hizo sentir tranquila, tener más confianza en mí pero también más confianza en él, al dedicarle mi resultado».
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