Hay muchas razones para llamar a septiembre el Mes de la Patria. Las principales son el Grito de Dolores que inició la lucha de la Nueva España para emanciparse de la Corona Española y, 21 años después, en el mismo mes, la consumación primero y después la firma del Acta de Independencia del Imperio Mexicano, pronunciada por la Junta Soberana.
Hay infinidad de eventos que ocurrieron en algún día del mes de septiembre, como la instalación del Congreso de Chilpancingo (1813), la incorporación del estado de Chiapas al Pacto Federal (1824), la primera vez que se cantó el Himno Nacional Mexicano (1854), la proclamación de las Leyes de Reforma por el Presidente Juárez (1860), la inauguración de la Universidad Nacional de México (hoy UNAM, 1910), el decreto que crea la Secretaría de Educación Pública (1921), el ingreso de México a la Sociedad de las Naciones (1931), la fundación del Fondo de Cultura Económica (1934), la nacionalización de la industria eléctrica (1960), la inauguración del Museo Nacional de Antropología (1964), la tragedia del terremoto de 8.1 grados en la Ciudad de México (1985) y la solidaridad de los mexicanos.
Hacia fines del siglo XV, después de que Cristóbal Colón arribara a las costas del nuevo continente, era natural que las potencias europeas de la época desplegaran las velas e iniciaran la aventura de colonizar las tierras pródigas recién descubiertas. Imperios como el español, portugués y británico, y más tarde Francia y los Países Bajos, conquistaron y colonizaron el continente que hoy se llama América.
Justo ahora, las Naciones Unidas, a través del Comité Especial de Descolonización, con base en la Declaración sobre la Concesión de la Independencia a los Países y Pueblos Coloniales, de 1961, promueve la independencia de países que en pleno Siglo XXI todavía viven bajo un régimen colonial en América y otras partes del mundo: Sáhara Occidental, Anguila, Bermuda, Islas Vírgenes Británicas, Islas Caimán, Islas Malvinas, Montserrat, Santa Elena, Islas Turcas y Caicos, Islas Vírgenes de Estados Unidos, Gibraltar, Samoa Americana, Polinesia Francesa, Guam, Nueva Caledonia, Islas Pitcairn, Tokelau. (https://www.un.org/dppa/decolonization/es/nsgt).
Es claro que estas colonias deben ser libres. Cuba no debiera sufrir más bloqueos. La autodeterminación de los pueblos que declara el Capítulo XI de la Carta de la Naciones Unidas debe hacerse realidad en el concierto internacional de naciones para que cada pueblo decida, de manera autónoma y soberana, su condición política, la forma de gobierno, el desarrollo económico, social y cultural, la
estructura de sus instituciones, sin ninguna intervención extranjera. Sin embargo, Francia, Reino Unido y Estados Unidos tienen colonias evidentes en la actualidad.
México festeja su independencia después de 300 años de colonización, como un hecho valiente en busca de la libertad, que se inicia y consuma en un mes de septiembre. México es soberano y libre para buscar su propia forma de gobierno. Entonces existe un inicio y un largo recorrido, en el que se lucha por definir un punto de llegada. Para avanzar hay que eliminar la idea de una sociedad inmutable o predestinada, recogiendo lo mejor de nuestra herencia pero siempre percibiendo el futuro.
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