Este tema ha sido muy discutido en reuniones académicas desde hace más de dos décadas y parece que aún no termina por aclimatarse en la educación. A fuerza de ser una actividad diaria en nuestro derredor, se ha terminado por aceptar que las TIC pueden ser una herramienta de trabajo didáctico y pedagógico útil al docente, para favorecer el desarrollo del alumnado en los diferentes campos de formación del currículo, en la investigación y en la evaluación.
La experiencia del docente, los recursos tecnológicos con que cuenta la escuela, el servicio de internet, varía en cada plantel de educación básica, cuyas condiciones son muy diferentes como para determinar tanto los estilo de uso como los entornos de las TIC que se aplican, pues quedan sujetas a las posibilidades y a las necesidades de cada escuela, de cada aula y de cada alumno o alumna.
Se deben tomar en cuenta los contenidos educativos o aprendizajes esperados, el grado escolar, los resultados derivados de la evaluación contextual de la escuela, los requerimientos en función de la demanda educativa, los equipos de cómputo así como los espacios físicos de los que se dispone.
La aplicación de las TIC en la escuela y en el aula se circunscribe a uno de cuatro estilos de uso: como objeto de estudio, medio para el aprendizaje, herramienta de trabajo y recurso para la accesibilidad. Como objeto de estudio, los adolescentes y jóvenes adquieren aprender el uso y aplicación de las TIC como una formación técnica (capturistas de datos, por ejemplo), en aulas donde aprenden lo elemental.
Como medio para el aprendizaje es una estrategia que apoya a la intervención pedagógica y propicia la construcción de aprendizajes significativos, aprovechando los recursos que ofrece considerando que su uso resulta atractivo, novedoso y motivador. Además, ofrece los medios necesarios para elaborar materiales interactivos. Un celular inteligente puede ser un instrumento pedagógico.
Como herramienta de trabajo, el uso de procesadores de textos, bases de datos, hojas de cálculo, procesadores de gráficos, utilerías de diseño de audio y video, e internet para la realización de actividades diversas de la vida diaria. En el ámbito escolar debe verse un estilo de uso que facilita el trabajo docente y del alumno. Y como recurso para la accesibilidad, como medios para comunicarse, para acceder a la información y el aprendizaje aprovechando los principios del diseño universal.
Por otra parte, la forma o disposición en que se hace uso de la computadora y de las TIC, permite definir los entornos de uso, los cuales estarán en función de los factores que prevalecen en la institución tales como la organización escolar, el número de computadoras de las que se dispone y sus características, las necesidades del alumnado, así como el tiempo asignado para el uso de los equipos. Los docentes pueden emplearlas para fortalecer su práctica mediante el diseño de material didáctico y de software educativo, así como para diversificar tanto la enseñanza como la evaluación con fines formativos.
Fuente: “Educación inclusiva y recursos para la enseñanza”, DEE, SEP, México, 2013.
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