Gilberto Nieto Aguilar
El hombre (como especie) aprendió a expresar sus ideas a través de símbolos y jeroglíficos y, más tarde, de alfabetos y palabras escritas. Pudo, entonces, transmitir sus múltiples legados culturales, porque el género humano no es homogéneo. Es, más bien, diverso. Bastante desigual. Heterogéneo, a pesar de las semejanzas que su propia naturaleza humana le impone. Así que el origen de la educación se mezcla con el principio de la historia.
Esos legados culturales, transmitidos de alguna forma por interés social para conservarlos, corregirlos y renovarlos, debían ser aprendidos. Y esa educación es “un fenómeno que puede asumir las formas y las modalidades más diversas, según sean los diversos grupos humanos” (Abbagnano y Visalberghi, Historia de la Pedagogía, FCE. México, p. 11).
Desde la Antigüedad Clásica, ambas tareas (conservar y renovar) fueron asumidas de manera racional y consciente por la filosofía. Pero pueblos como los egipcios, fenicios, babilonios, persas, hindúes, chinos y otros más, también habían elaborado complejas formas de educar a los niños y jóvenes, incluso antes que los griegos.
Al mundo occidental le fascinan las ideas que llegan de Sócrates, Platón y Aristóteles, pues en torno a ellos se tejen los principios formales de la filosofía y el pensamiento pedagógico. Pero incluso Platón y varios escritores griegos manifestaban su admiración por la antigua sabiduría egipcia atribuyéndoles los números, el cálculo, la geometría, la astronomía y las letras del alfabeto (Mario Alighiero M., Historia de la educación, Siglo XXI, México, p. 16).
Los griegos eran educados por medio de los textos homéricos “que enseñaban las virtudes guerreras, la caballerosidad, el amor a la gloria, al honor, la fuerza, destreza y valentía” (Moacir Gadotti, Historia de las ideas pedagógicas, Siglo XXI, México, p. 17). La gimnasia, la música, la oratoria, el cálculo, el alfabeto, así como la reflexión filosófica en la lógica, cosmología, metafísica, ética, política y teodicea, eran parte de las enseñanzas, en donde destaca el pensamiento pedagógico de Sócrates y el método de la mayéutica o el arte de interrogar, el diálogo metódico con el que el maestro, mediante preguntas, va haciendo que el discípulo descubra las verdades y nociones por sí mismo.
Además de todo el entramado pedagógico griego, Sócrates preguntaba si era posible enseñar la virtud si las ideas eran innatas; Platón planteaba la educación
contra la alienación en la alegoría de la caverna y Aristóteles consideraba que la virtud podía encontrarse en el término medio. Platón y Aristóteles (sobre todo éste último) fueron el inicio de lo que habría de darse por toda Europa a lo largo de la Edad Media.
En Gracia comenzaron a meditar sobre la educación. La palabra pedagogía surgió allí, en medio de tantos preclaros pensadores. La educación era rígida y fuerte (Esparta) impartida por los padres hasta los siete años: Luego eran entrenados en el internado para convertirse en parte de la milicia. Decían que la música educaba el alma y el alma educaba al cuerpo. En cambio en Roma, se estudiaba latín, literatura clásica, ingeniería, derecho, administración y organización del gobierno, bajo el rigor de una educación militarista no exenta de valores éticos y patrióticos como privilegio para las élites de aquellos tiempos.
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