La semana pasada comentábamos que la teoría más aceptada sobre el origen del universo por la comunidad científica y, por lo tanto, la más conocida, es la del Big Bang. A pesar de los argumentos producto de las observaciones astronómicas y las teorías que se le relacionan, surgen otras teorías desafiantes que plantean escenarios fascinantes, diversos o complementarios, que son objeto de debate y estudio.
La información, en algunos casos divagante, la puede encontrar el lector en diferentes fuentes que mencionen el origen del universo. Una de esta teorías, que se escucha muy a menudo, es la de los Universos Paralelos o Multiverso. Cada universo podría tener la forma de una burbuja, produciendo un multiverso que es una espuma infinita en la que cada burbuja es un universo sujeto a sus propias leyes de la física. Sería la existencia de universos paralelos con la coexistencia de múltiples realidades en un espacio infinito.
La mecánica cuántica de los universos múltiples es una interpretación que puede aportar otro enfoque como la hipótesis del Universo Cíclico, que algunos científicos plantean como la idea de un universo cíclico con fases de expansión y contracción alternas, lo que sugiere un universo que se repite en ciclos eternos, en contraposición a la idea del Big Bang como producto de un evento único de creación y en constante expansión.
La Cosmología Cíclica Conformada propuesta por Roger Penrose sostiene que el universo es cíclico y que el Big Bang no fue el comienzo, sino un punto de la eterna expansión del universo, que se expande hasta que la materia es absorbida por agujeros negros gigantescos en los que se contraponen los elementos en un estado denso comenzando de nuevo el ciclo de expansión.
La teoría del Big Bounce, conocida como el Gran Rebote, propone que antes del Big Bang hubo un periodo de contracción seguido por una expansión, por lo que el universo es sólo uno más entre otros que primero se expanden y luego se contraen. La inflación cósmica es una propuesta con la que Alan Guth pretende explicar la increíblemente rápida expansión del universo después de la explosión inicial, que creció a partir de fluctuaciones de escala cuántica en una pequeñísima fracción de segundo. Esta teoría propone un mecanismo para la estructura de formación, que se basa en la teoría general de la relatividad y la mecánica cuántica pretendiendo responder a los problemas que plantea el Big Bang.
Hay otras teorías, como el Estado Estacionario propuesta por Fred Hoyle, Thomas Gold y Hermann Bondi, quienes sostienen que el universo no tiene principio ni fin y que se mantiene en un estado estacionario a través de la creación continua de materia. O la del Universo Espejo en el que Neil Turok propone dos universos, uno fiel imagen del otro. El problema, según su teoría, es que esta concepción del universo viola el principio de simetría que dice que la física permanece invariable cuando el tiempo, el espacio y la materia-antimateria se invierte.
Algunas de estas teorías alternativas rondan la del Big Bang o la complementan, pero no son aceptadas por la mayoría de la comunidad científica. Sin embargo, la ciencia es libre de explorar, observar y pretender demostrar los fundamentos que le pueden dar alguna validez a sus teorías. Algunas de ellas quizá aporten nuevas e interesantes ideas en el futuro próximo.
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