La dispersión de la población es un fenómeno en el que contribuyen factores históricos, étnicos, culturales, económicos y geográficos que otorgan características particulares a la extensión sociopolítica del país que repercuten en la desigualdad y la marginación. En México, un gran porcentaje de la población busca las ciudades para vivir.
De acuerdo con CONAPO, se tienen 3,772 áreas urbanizadas habitadas por 86.4 millones de personas, mientras que cerca de 26 millones residen en las 188 mil localidades con menos de 2 500 habitantes, lo que da lugar a diferencias sustanciales en las formas de vida, cobertura de servicios, oportunidades y calidad educativa, niveles de marginación, rezago, características poblacionales y económicas que contribuyen a las desigualdades en el país.
Desde que la política de población vigente en México transitó hacia el reconocimiento de los nexos y relaciones causales entre población y desarrollo, se estableció como propósito contribuir a romper el círculo vicioso que se establece entre pobreza y rezago demográfico, geográfico, étnico, social, cultural y económico. Armonizar estas tendencias con las exigencias del desarrollo sustentable y el progreso de los medios urbanos, crea el reto de superar las situaciones extremas de la distribución territorial de la población, la distribución de la riqueza, las oportunidades para emprender y los empleos mejor remunerados.
Una de las características del poblamiento rural es su tendencia a la dispersión. En los últimos 50 años la migración de la población rural hacia los grandes centros urbanos migró también la pobreza y la desesperanza. Este proceso da cuenta de la creciente dispersión de la población en localidades de menor tamaño y, por ende, de la dificultad para proporcionar bienes y servicios para satisfacer las necesidades de sus habitantes. Además, el campo luce abandonado de manera creciente.
La dispersión poblacional es una condición de una comunidad que puede explicarse, a la vez, como causa y efecto del binomio inequidad y exclusión social. Es un bucle recursivo (Morin, 1990, “Introducción al pensamiento complejo”, p. 99), que se retroalimenta tanto por sus elementos como por las relaciones entre éstos a modo de una espiral ascendente, cuyo origen radica en la dispersión poblacional y su destino son la inequidad y exclusión social. Así, origen y destino se entrelazan durante cada etapa en el tiempo; se manifiestan cada vez con
mayor intensidad, sobre todo en los casos de las entidades, regiones y comunidades con mayor marginación geográfica. (Darío Fabián Hernández González, Universidad Veracruzana, Director del Instituto de Investigaciones Económicas, IIESES).
La grandeza de México está a toda prueba: mares, ríos, lagunas; bosques y climas variados; amplias extensiones para la ganadería, la pesca, la apicultura y toda forma de agricultura y cría de animales. Con la debida protección del ambiente y técnicas sustentables, el gobierno federal podría impulsar un desarrollo sostenible que alivie la pobreza, la marginación, la desigualdad y el desempleo, porque estos fantasmas, han sido otros de los males de México.
gnietoa@hotmail.com |
|