La seguridad y la tranquilidad de la sociedad se ven amenazadas cuando algunas personas se involucran en conductas delictivas y violan la ley. La criminalidad abarca una variedad de delitos que afectan tanto a los individuos como a la sociedad en su conjunto, pues aunque vemos a diario distintos tipos de violencia, no nos acostumbramos a ella. César Lombroso, un criminólogo italiano de fines del siglo XIX, introdujo el término “Homo Criminalis” para describir a quienes participan en delitos violentos. Desde entonces, el debate ha sido constante, considerando desde la estructura y apariencia física, lo biológico, lo psicológico, lo ambiental y circunstancial, hasta otros factores.
Esta conducta ha sido objeto de diversas teorías que intentan explicar el comportamiento delictivo masculino y femenino, pues aunque la investigación moderna sobre la criminalidad en la mujer es un poco reciente (década de los sesenta, A. J. Purata Guillén, UA de SLP), no escapó a los estudios en la antigüedad. Algunos autores argumentan que la evolución de la criminalidad femenina se detecta desde tiempos remotos, y en los últimos años se ha incrementado notoriamente.
Varios pueblos de la antigüedad desarrollaron sus teorías del comportamiento criminal, como en Babilonia, India, Egipto, Grecia y Roma, donde existieron leyes y castigos específicos para los delitos cometidos tanto por hombres como por mujeres. Las imágenes delictivas relacionadas con la violencia sexual y doméstica, tuvo como centro a la mujer, y fue tratado de diferentes maneras. Actualmente, la multidisciplinaria criminología estudia, analiza, interviene, previene y ejerce su acción profiláctica tanto del crimen como de los delincuentes y del delito en sí, independientemente del género (Blog Euroinnova).
En la antigüedad los preceptos jurídicos eran sagrados porque “los dioses dictaban las leyes”. En el Louvre de París se encuentra como testimonio una columna de basalto de dos metros de altura con el Código de Hammurabi, rey de Babilonia, datado 1700 años a. C. Es decir, hace 3700 años que Hammurabi recibió de Samash, dios del Sol y de la Justicia, las reglas que debían cumplir las personas para vivir en paz y con bienestar, así como las sanciones para los infractores.
La criminóloga y jurista española Paz Velasco de la Fuente, especializada en personalidad psicopática y delitos violentos, escribió un libro titulado “Homo Criminalis. El crimen en un clic”. Julio Fuentes la entrevista el 13 de julio de 2021 y, parafraseándolo, nos deja los siguientes comentarios:
Hoy se mata a la gente con nuevas formas. Los ciberdepredadores, el acoso cibernético, el bullying, el mobbing, los pedófilos online, los incels (célibes involuntarios), los copycat killer, la agresión sexual grupal, el sicariato femenino y otros temas inquietantes, son algunas de las nuevas maneras de ejercer la agresividad humana, la perversión y la violencia.
La delincuencia organizada y los crímenes violentos tienen una presencia diaria en nuestras vidas, manifestando la descomposición de la sociedad en la que vivimos. A través de los medios de comunicación, el ciberespacio y las redes sociales, vemos las imágenes de las víctimas, las escenas del crimen, y nos enteramos del sentir de los familiares o allegados a los victimados: Ante este caos, cabe preguntarse: ¿Dónde quedan el pensamiento y la razón, baluarte de la especie humana para sobrevivir, elemento central para organizarse y compartir, componente clave para lograr la transformación del mundo? ¿Quiénes logran poseer ambas cualidades? ¿Quiénes no?
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