Recordando al gran escritor checo-francés Milan Kundera (fallecido apenas hace un año), autor de 13 novelas en las que se entrelazan la filosofía, la política y la historia, en escenarios desde los que retrata los dilemas y contradicciones de la existencia humana, en ellos resbala suavemente las ideas, sentimientos, razonamientos, espacios llenos de color, olor, aquí y allá para hablarnos del amor, la libertad, la fidelidad, el estilo de vida y la muerte. En su gran novela elogiada por su perspicacia sobre la condición humana, Kundera define la sensación de que nuestras vidas no tienen peso ni significado.
Me detengo también ante el recuerdo del francés Honorato de Balzac, quien escribe una serie de novelas titulada “La Comedia Humana” en cuyos temas explora la condición humana en su conjunto a través de una amplio elenco de personajes. Anatole France, Premio Nobel en 1921, quien explora la condición humana con una mezcla de ironía, sátira y compasión. Critica las instituciones sociales, la hipocresía y la búsqueda del poder y cree que es posible mejorar el mundo si los seres humanos buscaran la verdad y la justicia.
A lo largo de la historia, desde antes de Sócrates, Platón y Aristóteles, la compleja esencia del ser humano era ya motivo de observación, estudio, diálogo permanente entre aquellos filósofos creadores de todas las ciencias actuales y sus diversas ramificaciones. Después de ellos, y es difícil recordarlos a todos, han sido muchos los autores que han explorado la naturaleza humana con profundidad y perspicacia.
Sin embargo, después de los tres famosos filósofos mencionados, podemos mencionar a Descartes, conocido por la famosa frase “Pienso, luego existo”. Hume y la experiencia sensorial que ha influido en la ética y la filosofía política. Kant, quien con su crítica de la razón pura, también ha influido en la epistemología, la metafísica y la ética. Hobbes y su frase donde el hombre es el lobo del hombre. Nietzsche y su crítica a la moral tradicional y su concepto del superhombre.
Dentro de la literatura también podemos citar a varios, comenzando por los tres que inician esta lectura. Shakespeare explora una amplia gama de emociones y experiencias humanas. Dostoyevsky explora la psicología humana, el bien, el mal, la culpa y el castigo. Kafka y el surrealismo con que explora el aislamiento, la alienación, la angustia existencial, la burocracia opresiva, la relación social. Woolf exploró la condición humana con una profundidad y complejidad excepcionales en sus novelas, ensayos y cuentos alentando el feminismo. Seguro que habrá decenas, tal vez centenas de autores más en el gusto del público lector.
En la psicología el terreno es extenso. Desde S. Freud y W. James hasta V. Frankl y una amplia gama de grandes escuelas de psicología como el estructuralismo, funcionalismo, psicoanálisis, logoterapia, conductismo, Gestalt, cognitivismo, desde donde es observado el ser humano en su comportamiento y sus motivaciones. Aquí no cabe la idea de que algunas personas tienen una “baja calidad humana” puesto que es una generalización peligrosa e imprecisa, que no refleja la realidad de la diversidad y complejidad del género humano.
Se dice que la educación puede mejorar la esencia del ser humano, pero se ha comprobado que sólo es posible bajo circunstancias que rodean al sujeto (una cultura social, del deber ser y de interés por el conocimiento,) y dentro de las motivaciones internas que nacen y se construyen en cada individuo (expectativas de vida, afán de vivir y conocer, dar a los demás sin esperar nada a cambio, generosidad, optimismo, integridad, principios y sentimientos de nobleza).
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