La enseñanza, materia básica de la educación, surge en todos los confines del planeta, en todas las tribus, en los lugares apartados en que vivían grupos de homo sapiens, porque era una necesidad vital de sobrevivencia. Los animales nacen dotados de grandes garras, piel gruesa o peluda, grandes y afilados dientes, vista de largo alcance o de visión nocturna, escuchan desde lejos, olfatean a distancia, son veloces, poseen un instinto natural para sobrevivir con los demás seres de la creación, mantener el equilibrio del ecosistema y reproducirse.
El ser humano carece de muchas de las facultades físicas enumeradas. Tiene que enseñarle durante muchos años a sus pequeños e indefensos vástagos, con la esperanza instintiva de perpetuar su especie, las cosas elementales y más importantes para subsistir y preservar la vida en un ambiente hostil y rodeado de peligros. Un venado se levanta y camina al poco tiempo de nacer, el león a los pocos meses está corriendo tras su posible presa. El ser humano a los diez años todavía necesita protección y cuidados. Además, su herencia genética es abierta, indeterminada, perfectible o mejorable.
Tras muchos cientos de miles de años de lucha y aprendizajes para subsistir y reproducirse, el hombre desarrolla diversas funciones en su masa encefálica y, además de sobrevivir, añora trascender. Aprende a contrarrestar los atributos que la naturaleza le negó, sustituyéndolos gracias a su capacidad de pensar. Pero tienen que transcurrir incontables cientos de miles de años todavía para que esboce sus primeros intentos de manifestarse en las cuevas o lugares que habitaba, de manera imprecisa y en un orden simple de las ideas.
Descubiertos, organizados y enseñados los conocimientos básicos para subsistir, varios cientos de miles de años más tarde descubre el milagro para trascender a través de la escritura. Y eso fue prácticamente ayer, hará apenas unos siete mil años. Entonces la educación tuvo que ser vista de una manera más práctica porque, además de la sobrevivencia, ahora era la trascendencia, el poder legar a las nuevas generaciones un cúmulo de conocimientos básicos y culturales que podían ser mejorados e incrementados por los nuevos poseedores.
La educación se vuelve un sistema de vida que se comunica a las nuevas generaciones a través del idioma materno. Los pocos poseedores del dominio de la escritura y la lectura, tienen el poder de conservar la cultura y los conocimientos de sus ancestros. La educación del pueblo sigue creciendo a través de la experiencia;
las costumbres y tradiciones, la sabiduría de las abuelas y abuelos, los sacerdotes, los más ancianos de la comunidad, el padre y la madre.
En la Grecia Clásica, Sócrates, Platón y Aristóteles reflexionan sobre los fines y el sentido de la educación. Evoluciona a través de incontable siglos hasta el periodo renacentista y de la Ilustración, para dejar en claro que la educación puede transformar al ser humano. Surge el pensamiento de los grandes pedagogos como Comenius, John Locke, Pestalozi, Baruch, Kant, Herbart, Rousseau, Froebel, Heinrich, Ferriere, Claparède, Skinner, Freinet, Montessori, Makarenco, John Dewey, Decroly, Piaget, Vigotsky, Freire, y muchos más que el espacio nos impide citar.
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