En los últimos 16 años, al menos en educación secundaria, podemos hablar de cuatro reformas educativas: la de 2006, 2011, 2018 y hoy hablamos de la Reforma Educativa de 2022. La reforma 2018, que abarcó un cambio laboral-administrativo a partir de junio de 2014 y una reforma curricular que comenzó a consensuarse desde 2016, enfrentó serias dificultades desde un principio, quedando en su lugar una indefinición curricular que se agravó con el confinamiento provocado por la pandemia.
Esto hace urgente y necesario la creación de la nueva reforma que establezca criterios definidos para el andar educativo del país. Aquí en Xalapa se destinaron los día 29 y 30 de abril pasado (bastante desfasados) para llevar a cabo la “Asamblea de análisis del Plan y los Programas de Estudio para el diseño de los libros de texto gratuitos para la educación básica”, bajo un formato diseñado por la Dirección General de Materiales Educativos y la Dirección General de Desarrollo Curricular de la Secretaría de Educación Pública federal, en la Ciudad de México. Las rutas para recorrer el país iniciaron en Coatzacoalcos el 31 de enero pasado y en un recorrido de 8 semanas concluyeron el 25 de marzo en Ciudad Juárez.
En el Boletín No. 25 la SEP convocó a los diversos actores involucrados en la educación básica y normal del país, así como a todo interesado en aportar propuestas, a participar en estas asambleas en el periodo comprendido del 31 de enero al 25 de marzo, en las cuales se podría opinar sobre el documento de trabajo que se elaboró de julio a diciembre de 2021 y se dio a conocer en enero de 2022. En estas asambleas, igual que las realizadas en Xalapa, se debería trabajar de manera especial sobre el Marco Curricular y los cuatro campos formativos, a saber, 1) Lenguajes, 2) Saberes y Pensamiento Científico, 3) Ética, Naturaleza y Sociedad, y 4) De lo humano a lo Comunitario.
Se ha dicho en incontables ocasiones que el sistema educativo mexicano debe cambiar; fortalecerse y hacerse más eficaz. Pero en este proceso se necesita, además del conocimiento profundo de las carencias existentes, una visión académica a corto y mediano plazo para proyectar lo que se necesita a un plazo mayor. Hace falta un consenso de voluntades de todos los actores: el gobierno federal, los gobiernos locales y municipales; la SEP, sus estructuras de mando y los maestros; los padres de familia y la sociedad en general, con los componentes que la hacen ser.
El sistema educativo es muy complejo y atiende a un sinfín de factores para alcanzar el hecho educativo del aula. Sin duda que no es una tarea fácil, y menos si el objetivo es asegurar el acceso para todos a una buena educación, de excelencia, con la gran diversidad cultural, geográfica y socioeconómica del país.
Así como en alguna ocasión mencionamos a Singapur, hoy mencionamos a Corea del Sur que en 1945 era un país pobre y devastado por la guerra, con un 80% de la población analfabeta. Hacia finales de los sesenta, en sólo 20 años, ya tenía un sistema educativo de calidad, con tasas de analfabetismo menores al 15%. Hoy cuenta con un sistema excepcional. Quienes se desgarran la camiseta por tomar en cuenta sólo lo nacional, no olviden que los estudios comparativos son la base más segura en el avance de la humanidad, sin desconocer lo autóctono y sin perder la identidad nacional. Las “islas” están condenadas al fracaso y la segregación.
gnietoa@hotmail.com
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