Bajo las inclemencias de la pandemia, las frases que se hicieron comunes entre el miedo, la curiosidad y la incredulidad fueron: “hay que aprender a vivir con este virus”, “si bien nos va, hasta el 2022 estará entre nosotros”, “este virus ya no se irá del planeta en tanto no haya una vacuna eficaz”, etcétera. En 2009 el mundo enfrentó al H1N1, y la humanidad sufrió hace un siglo la influenza o “gripe española” que dejó un saldo de varios millones de muertos, superior a las pérdidas humanas reconocidas en la Primera Guerra Mundial.
Los epidemiólogos se refieren a la pandemia como si fuese una guerra, pues en términos del deporte, la economía y la vida social, todo está de cabeza. En el deporte, es una metáfora cumplida para las Olimpíadas, pues sólo se habían suspendido en 1940 y 1944 por la Segunda Guerra Mundial. Ahora se suspendieron los juegos de Tokio 2020 y se difieren tentativamente al 2021, como una probabilidad.
¿Qué ha pasado en varios municipios de la Entidad? ¿En muchas partes del país? Da la impresión, desde la segunda quincena de junio, que iniciamos un rebrote por la salida masiva de la población a las calles. Algunos municipios están trabajando para prevenir la expansión de los contagios pero muchos ciudadanos ingratos a veces lo toman a mal y no cumplen las medidas de prevención. Les molesta el cubreboca y no lo consideran un utensilio que les puede salvar la vida.
Hasta el pasado lunes 13 el virus letal ha contaminado a 13,235,760 personas en el mundo y cobrado 575,525 vidas. En México se han alcanzado 304,435 casos confirmados y 35,657 decesos. Chile dio a conocer sus cifras: 317,041 contagios y 7,024 fallecidos; más contagiados, muchos menos fallecidos que nosotros. La cifra de personas recuperadas es a favor, superior a la cifra de difuntos. Lamentable, porque todas las vidas humanas son un desenlace fatal.
Un dato curioso para los amantes de los animales: usted puede contagiar a su mascota, perro o gato, pero ellos a usted no. Sin embargo no hay que confiarse y hay que conservar la distancia y cuidados pertinentes. En el mundo hay una gran cantidad de virus con la capacidad de infectar tanto a las personas como a los animales, aunque hoy, los titulares los tenga el SARS-CoV-2. Es la nueva realidad en la que debemos aprender a vivir.
Desde que la pandemia empezó, se especularon noticias impactantes como aquello del planeta Tierra limpiando la contaminación de su superficie, gracias al cierre de fábricas, bajo tránsito automotriz, menos basura en los lugares públicos, tráfico marítimo y aéreo mínimos. Se reafirma, entonces, una “nueva realidad” después de la pandemia.
Todo lo anterior nos lleva a recapacitar si al concluir este confinamiento seremos capaces de replantearnos una mejor relación entre el ser humano y la naturaleza, en las motivaciones personales y la convivencia con los demás. Es un momento de introspección, concienciación y unión familiar y fraternal. El disfrute del tiempo con la familia fortalece los vínculos, y una introspección personal beneficia la reflexión. No discutas ni riñas. Mejor haz actividades junto con tu pareja y aprovecha tu tiempo libre para hacer esas cosas que quizá habías aplazado.
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