La frase de Kant que encabeza este artículo es la razón por la que los niños aprenden mucho en sus primeros años. La teoría de las Inteligencias Múltiples lo explica muy bien, y lo comentan una enorme cantidad de psicopedagogos y especialistas cuando se refieren a los años tempranos del individuo. Dice Howard Gardner que hasta los 18 años el ser humano aprende, aun sin proponérselo, y por ello es importante para los padres y los maestros cuidar los estímulos, qué y cómo enseñarles durante los primeros años. Después vendrá el interés, el por qué y para qué.
«El aprendizaje es una de las funciones mentales más importantes de los seres humanos; aprendemos de forma empírica, reuniendo y almacenando información según el entorno donde nos encontremos; según la curiosidad, la experiencia, vivencias, necesidades y dudas que se presenten sobre un tema o contexto específico». La familia es de gran importancia para los aprendizajes superiores. (N. Y. Muñoz L. y E Díaz T, Universidad Católica de Colombia, 2018).
Una frase sencilla en la portada de “Escuela para padres y madres”, que aporta la Universidad de Costa Rica, asegura que «fomentar la ciencia en niñas y niños ayuda a crear pensamiento crítico, análisis, resolución de problemas y a largo plazo se asegura un interés genuino por el conocimiento y posiblemente una carrera exitosa.»
En la actualidad, el mundo amplio y cambiante obliga a un permanente dinamismo intelectual y cognitivo, intercambiando conocimientos, ideas, interpretaciones e impresiones sobre lo que nos rodea. El conocimiento y el aprendizaje permanente son rutas obligadas para tratar de descifrar las incertidumbres que se multiplican por los efectos de las redes sociales de gentes ociosas y tendenciosas. Buscar el conocimiento es fortalecer la opinión personal.
El conjunto de creencias que las personas sostienen acerca del conocimiento y del proceso de conocer, ha sido una preocupación creciente de los investigadores en Psicología Educacional en las últimas décadas, propiciando diferentes líneas que han llevado a varios modelos teóricos al respecto, con varias similitudes que contribuyen a una visión coherente de la epistemología personal.
En la agradable lectura de un libro que recomendé en Facebook, “El profesorado en la trinchera”, del madrileño José Sánchez Tortosa, útil no solo para maestros y padres, sino para una sociedad que quiere y necesita educarse, parte de la educación como la cuestión filosófica central desde Sócrates y Platón hasta nuestros días, preocupante por contrarrestar el analfabetismo funcional, tan malo como el analfabetismo escolar de décadas pasadas.
Los demás problemas humanos, se lee en la introducción, «no solo los relativos al conocimiento en general sino a lo social y a lo político, a la mera convivencia, podríamos decir, derivan de él.» De nada sirven los buenos libros si los lectores potenciales no saben leer bien. Si solo recogen la basura de los medios en lecturas cortas y videos, que conducen a un mayor número de dudas que de certezas. En la próxima colaboración hablaremos sobre el libro en comento.
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