Nuestra entidad veracruzana ha brillado con luz propia en el campo de la educación y a lo largo de su historia se destaca con la instauración de instituciones y la realización de eventos que representaron en su tiempo verdaderos pivotes o catapultas para el desenvolvimiento social y cultural de la comunidad. Desde las postrimerías del siglo XIX Veracruz se significa en lo tocante a la formación magisterial con el establecimiento de la Escuela Modelo de Orizaba en 1883, implicando toda una revolución pedagógica en el concierto nacional, pues las pocas instituciones formadoras de docentes operaban bajo obsoletas directrices didácticas y la actividad renovadora de Laubscher y después de Rébsamen trastocan todo ese andamiaje vetusto, incorporándose los principios de la enseñanza objetiva y una organización técnico-académica trascendente. En sus inicios el plantel normalista tuvo sus detractores y salió avante, a lo largo de su trayectoria ha confrontado y superado situaciones de emergencia; también se ha hecho merecedor a reconocimientos por su afán innovador, por sus proyectos sociales y reivindicadores y por el pensamiento crítico de su colectividad. En sus planes y programas, elaborados todavía bajo la autonomía del Estado de Veracruz, tuvo siempre en consideración modelos curriculares que proyectaron contenidos psicopedagógicos, científico-humanísticos, físico-artísticos y tecnológico-agropecuarios.
A lo largo de 136 años de existencia la egregia institución ha ocupado 3 inmuebles o edificios (el ex-convento de San Ignacio, hoy escuela primaria Rébsamen; las instalaciones de la Facultad de Economía de la U.V. y el funcional local actual, ubicado en la Avenida Xalapa) y ha tenido 4 nombres o denominaciones: Escuela Normal Primaria del Estado, Escuela Normal Veracruzana, Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen” y Benemérita Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen”, significándose en todas las épocas como un plantel dinámico y propositivo. Se puede aseverar sin ambajes que la BENV prosigue siendo un referente para el normalismo nacional y que no sobrevive ni se vanagloria de su pretérito glorioso.
En este 2022, destaco que en el pasado mes de abril se cumplieron 30 años de que nuestra egregia escuela fue reconocida oficialmente como Benemérita por Decreto 371: “… Se declara Institución Benemérita a la Centenaria Escuela Normal Veracruzana Enrique C. Rébsamen…”, avalado dicho documento por la H. Legislatura del Estado Libre y Soberano de Veracruz – Llave y signado por el Gobernador de la entidad. Las bases y consideraciones que las autoridades esgrimieron para proceder en tal sentido, fueron las siguientes:
“La Centenaria Escuela Normal es heredera histórica de las más puras tradiciones educativas liberales y baluarte indiscutible de los principios doctrinarios en
que se sustenta el proyecto educativo de México, plasmado en el Artículo 3° Constitucional.
“El Gobierno del Estado Libre y Soberano de Veracruz tiene el derecho y el deber de reconocer y estimular a las instituciones que como la Escuela Normal Veracruzana Enrique C. Rébsamen han contribuido notablemente a prestigiar a la Entidad y a engrandecer a la Patria.
“El presente año 1992, al cumplirse un siglo de la muerte del preclaro gobernante e ilustre fundador de la Escuela Normal Veracruzana General don Juan de la Luz Enríquez, una de las formas más idóneas de honrar su memoria es el reconocimiento pleno a su obra imperecedera.
“Esta Honorable Legislatura, de conformidad con la fracción XXIX del Artículo 68 de la Constitución Política Local, está facultada para declarar beneméritos a quienes se hayan distinguido por los servicios eminentes, cuya interpretación extensiva resulta aplicable a las Instituciones que lo ameriten.
“En cumplimiento de lo dispuesto por la fracción I del Artículo 87 de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Veracruz – Llave, y para su debida publicación y observancia, expido el presente Decreto en la residencia del Poder Ejecutivo Estatal, en la Ciudad de Xalapa – Enríquez, Veracruz a los dos días del mes de abril de mil novecientos noventa y dos …” (Rúbricas del Gobernador del Estado, del Secretario General de Gobierno y del Secretario de Educación y Cultura).
En el marco de estos significativos 136 años de existencia de la ENV y de los 30 abriles como Benemérita, el insigne Enrique C. Rébsamen a la lejanía nos remite su mensaje postrero: indica con solemnidad a los docentes en servicio “que deben imprimirle emoción a su trabajo cotidiano, enseñar con vigor, claridad, precisión y laborar incesantemente a favor de su propio perfeccionamiento profesional…” En lo personal me atrevo a aseverar que el maestro de educación básica, en lo general, cuenta con el reconocimiento social de los padres de familia y de los elementos de las comunidades, pero me permito manifestar algunas puntualizaciones: cada docente se gana el respeto, el afecto y el reconocimiento correspondiente cuando procede acorde a los básicos principios y a su compromiso sociopedagógico, ya sea en el medio rural o en el medio urbano; no así el individuo burocratizado incorporado lamentablemente en las filas magisteriales, sin inclinación alguna hacia los propósitos educacionales. Hay profesores que son recordados por su inestimable esfuerzo, por su capacidad y entrega; otros tristemente célebres que pasan por las aulas o poblados sin nada de gloria y sí con muchas máculas producto de sus malas artes o de comprobados y bochornosos comportamientos. Es menester que las escuelas normales se haga hincapié en que la vida del ser dedicado a la docencia es de servicio, de labor comunitaria, de entrega humanista. Para nada “entes crucificados” o apóstoles didácticos, pero tampoco simples “ganapanes” protegidos por el padrino sindical o por el funcionario público.
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Atentamente
Profr. Jorge E. Lara de la Fraga. |
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