Como punto de partida comento algo sobre los adversarios del actual gobierno. “Dime con quién andas y te diré quién eres”, reza el refrán. En verdad provoca pena ajena que ese Bloque Opositor Amplio (BOA) o el denominado movimiento Sí por México, integrado por los partidos PAN,PRI,PRD y MC, haya surgido a instancias de la soberbia clase empresarial representada por los magnates Claudio X. González y Gustavo de Hoyos, mismos que en su momento, de manera insólita, se ostentaron como defensores de la democracia, de la seguridad, del combate a la corrupción y a la pobreza, a favor de una economía incluyente, como impulsores de la salud y de la educación, protectores de las mujeres y del medio ambiente, configurando con tan nobles propósitos la “agenda ciudadana” que expusieron a la consideración de los dirigentes de los mencionados institutos políticos, quienes unánimemente la firmaron de conformidad. El 30 de octubre de 2020 se inició formalmente la inescrupulosa alianza que pretende terminar con la hegemonía del partido Morena. Desde sus orígenes o cimientos proyecta sus reales y egoístas intereses, descubre o destapa sus afanes revanchistas y sus anhelos de reconquista del poder perdido. No está por demás expresar que el PRI y el PAN tuvieron a plenitud el mando para mejorar al país pero efectuaron lo opuesto a lo que hoy en esa “agenda” prometen cumplir. Y esos 4 partidos son cómplices y culpables al darle la espalda a la democracia y por favorecer los casos de corrupción en el tenebroso manejo de la economía nacional.
En otro orden de ideas, si me preguntaran que quiero para México en estos momentos álgidos y emergentes, me atrevo a externar de inmediato mi deseo de que la brecha económica entre los ricos y los pobres decrezca y que haya una mayor participación de la ciudadanía en las cuestiones públicas (democracia participativa). Aludiría también a la urgente atención que demanda el agro mexicano y a la necesidad de incrementar las fuentes de trabajo en el campo industrial y en las áreas agrícolas-pecuarias, sin dejar de considerar la pertinente formación integral de las nuevas generaciones, el manejo sustentable de nuestros recursos petrolíferos y energéticos, así como al rescate de nuestros bienes nacionales, desterrando las aberraciones de los regímenes precedentes. Complementariamente señalaría lo que debe quedar en el olvido, lo que para nada se desea reverdezca en los escenarios mexicanos. Para un servidor, antes que las ganancias y las “inversiones leoninas” están los requerimientos urgentes y básicos de los connacionales. Habrá que inocular y sembrar en la mente de los refractarios al cambio que la realidad vigente es diferente al edén del cercano pretérito; que ya es capítulo clausurado el de la época de los jugosos dividendos y de las fabulosas regalías a costa del empobrecimiento, del esfuerzo de las mayorías y del endeudamiento de la Nación. Esos tránsfugas de cuello blanco y almidonado ameritan “digerir” que en nuestro territorio nahuatlaca soplan nuevos aires y que resultará muy complicado poner en vigencia proyectos donde aflore la corrupción, la evasión fiscal y la impunidad. Se vislumbran, asimismo, iniciativas legislativas
para frenar la explotación de nuestro subsuelo, la venta o alquiler de áreas y playas, sin dejar al margen el establecimiento de leyes y normas severas para impedir la fuga o exportación de capitales locales hacia los paraísos fiscales americanos y europeos.
Aprovecho este espacio para destacar de manera general lo realizado por la administración lópezobradorista durante sus dos primeros años de travesía difícil y enconada, agudizada por la virulenta pandemia. Sin agravar más la deuda pública de nuestro país, se llevó a cabo la reconversión hospitalaria para atender a todos los pacientes y particularmente a los usuarios necesitados de cuidados intensivos; se mejoró el salario mínimo de los trabajadores; más de 8 millones de adultos mayores están recibiendo pensión; más de 11 millones de estudiantes de los diversos niveles, se benefician con una beca; 49 mil planteles escolares se han rehabilitado o equipado; múltiples jóvenes reciben un apoyo mensual para laborar como aprendices en talleres, empresas, instituciones o negocios; se está construyendo el aeropuerto Felipe Ángeles, el cual se inaugurará el año próximo; se construye el tren Maya, acorde a lo planeado; se rehabilitan 6 refinerías y se edifica la refinería de Dos Bocas; se destinaron más de 40 mil millones de pesos (adicionales) al sector salud; niñas, niños y adolescentes discapacitados reciben pensión; se puso en operatividad una política de austeridad; se estableció la Guardia Nacional; se han construido, con la intervención decidida de pobladores, caminos rurales en Oaxaca; 25 millones de familias pobres reciben apoyo gubernamental; el programa “Sembrando Vida” ha generado 420 mil empleos y se está reforestando el campo; AMLO ha cumplido con casi el 95% de sus compromisos.
El presidente de la Fundación Colosio, Jorge Murat, con relación a las próximas votaciones se lanza al ruedo en los siguientes términos: “Lo importante en el caso es que en circunstancias tan adversas como la presente para nosotros y para el mundo, México emerja con la fuerza suficiente en su nueva hegemonía a emanar del proceso electoral ya iniciado, para impulsar las agendas nacionales más apremiantes y más importantes: la contención de la pandemia, un sistema eficaz de salud pública, la reactivación económica y la recuperación de los empleos perdidos, la reversión al avance de la pobreza y el freno a la agudización de la desigualdad social”.
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Atentamente.
Profr. Jorge E. Lara de la Fraga |
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