Habrá oportunidades para abordar tópicos de carácter político, donde por lo regular hiere uno susceptibilidades y cada persona camina por el sendero que desea. Ante ello aludiré a algo menos complicado y que puede agradar a la mayoría. Me referiré al tenista suizo Roger Federer, quien ha brillado en su deporte en las diferentes canchas del orbe, desplegando en sus encuentros velocidad, cambios de ritmo, dirección en sus envíos, elegancia y consistencia. A más de tres décadas y media de edad prosigue luchando con decisión e imponiendo marcas difíciles de igualar. Hace 4 años comenté sobre su desempeño y rendimiento, expresando que ya el dios Cronos le era adverso; hoy acepto mi error de apreciación y me sorprendo de su longevidad deportiva. En el reciente torneo de gran nivel de Melbourne, Australia, nuevamente salieron a relucir sus virtudes y fortalezas, arribando a 30 finales de Grand Slam y logrando el ansiado campeonato en 5 sets ante el tenista croata Marin Čilić.
Roger es originario de la localidad de Basilea, en el país helvético y nació el mes de agosto de 1981; a través de su carrera profesional durante 19 años ha impuesto récords diversos, como el colocarse en primer lugar de la ATP durante 302 semanas, agendándose 20 trofeos en 30 Grand Slams; ha triunfado en Wimbledon, Inglaterra en 8 ocasiones y en el Abierto de EEUU (New York) en 5 temporadas, más un logro supremo en Roland Garros (Francia) y 6 en el Abierto de Australia. Posee 24 títulos en torneos ATP 250, 18 títulos en torneos ATP 500 y 27 títulos en torneos Master 1000. Obtuvo la medalla de oro olímpica en dobles y la plata olímpica en singles; con su equipo suizo ganó la Copa Davis en 2014 y se ha hecho merecedor de 96 títulos en total a lo largo de su trayectoria deportiva. Aunado a lo anterior, fue elegido como el tenista de la década (2000-2010) por la Asociación de Profesionales de la ATP, tenista favorito de la afición durante 15 años (2003-2017); alcanzó en 13 ocasiones el Premio a la Competitividad y la revista Forbes, en 2012, lo denominó el deportista más valioso del orbe.
La mayoría de los analistas, autoridades deportivas y críticos del tenis, así como los jugadores y ex-jugadores de tal competencia, consideran a Federer como el mejor tenista en toda la historia del denominado deporte blanco. Expresar que Federer ha sido el mejor es toda una hazaña y representa algo significativo, pues implica que supera lo efectuado por otros astros del tenis internacional como André Agassi, Pete Sampras, Iván Lendl, Jimmy Connors, Ken Rosewall, Björn Borg, Rod Laver, Roy Emerson, Novak Djokovic, Rafael Nadal, Boris Becker, Guillermo Vilas y Andy Murray. Por otra parte los rivales épicos de Federer han sido y son: Nadal, Djokovic, Hewitt, Roddick, Murray y Nalbandian.
Entre las ventajas de Roger sobre sus adversarios se destacan: su facilidad para adaptar su juego a todo tipo de superficie, posee una gran variedad de golpes, es eficiente a la ofensiva y a la defensiva, estudia muy bien a sus oponentes, su saque inicial es contundente y su segundo envío es con efecto y colocación; es agresivo y suele
caracterizarse por su “saque y volea”. Además de su singular técnica se distingue por su elegancia y elasticidad, lo que le ha permitido más durabilidad y menos lesiones; algunos lo catalogan como un bailarín sobre la pista y ello lo sigue proyectando estelarmente a sus casi 37 años.
El prestigiado atleta referido se destaca, asimismo, por su labor humanitaria, toda vez que coadyuva con varias organizaciones sociales benéficas que operan a nivel internacional y él tiene una Fundación que auxilia a comunidades de la India y de Sudáfrica (de donde es originaria su progenitora). Fue considerado como Embajador de Buena Voluntad por la UNICEF y no fue ajeno a las víctimas de un terremoto en Japón ni a los damnificados por el Huracán Katrina, en New Orleans; también intervino en Haití ante un cataclismo que arrojó víctimas y lesionados. En el 2011 fue elegido como el segundo ser humano más confiable y respetado del orbe, sólo superado por el líder social fallecido Nelson Mandela. Todo un ejemplo a imitar, como atleta y como un ser filantrópico.
Atentamente
Profr. Jorge E. Lara de la Fraga. |
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