Por solicitud respetuosa e indicaciones de Andrés Manuel López Obrador, en el bienio 2010-2011 se inició el trabajo arduo para configurar en términos generales el nuevo proyecto de Nación, bajo la responsabilidad de un equipo interdisciplinario de especialistas y de seres plenamente identificados con los valores e ideales del pueblo mexicano; antes ya AMLO había puntualizado la necesidad impostergable de reencauzar a nuestro país por senderos justos, humanistas y democráticos. Desde entonces –previo al triunfo electoral del 2019- se establecían las líneas generales para transformar a nuestra patria y se aludía a los siguientes ejes: El Estado al servicio del pueblo y de la nación, por una ética republicana y el combate a la corrupción, eliminar los monopolios, democratizar el acceso a los medios de comunicación, abolir los privilegios fiscales, considerar al sector energético como la palanca del desarrollo nacional, auxiliar al campo en pro de una soberanía alimentaria, por una economía que responda a los requerimientos nacionales, auspiciar bienestar general y promover en los individuos conciencia gregaria y pensamiento crítico.
En congruencia con esos capítulos o renglones vertebrales de acción, el actual Primer Ejecutivo Federal ha procedido con su equipo de trabajo para sacar del atolladero y rezago a nuestro sufrido México. A lo largo de 11 meses y medio se ha enfrentado a circunstancias difíciles y ya se observan relativos avances en varios campos o escenarios de la vida nacional; diariamente la nueva administración lucha y se esfuerza para poner en vigencia políticas y propuestas de beneficio colectivo, así como efectuar actividades variadas para atender los requerimientos del recinto rural y del ámbito citadino. Sin embargo la violencia y la inseguridad siguen siendo tópicos pendientes para el grupo gobernante, quien ha instrumentado acciones para sofrenarlas paulatinamente. Para nada son fáciles de solución tales asuntos pero AMLO no se cruza de brazos y se respalda en la guardia nacional, así como demanda el apoyo de los otros niveles de gobierno. En tal marco de complejidades habrá que reflexionar en qué modesta medida todos los ciudadanos podemos auxiliar y no proceder lamentablemente como cómplices pasivos en ese “aquelarre de pánico” aprovechado constantemente por los agoreros de la anarquía y de la crisis plena.
A cada momento los detractores y adversarios de corte neoliberal –los que perdieron privilegios, lujos y prebendas- impulsan ataques por doquier para poner en entredicho las autoridades y propuestas de AMLO, operando como “los destejedores” del entramado sociopolítico y económico. Por si ello fuera poco, el renovado régimen popular va solventando cotidianamente conflictos y superando dificultades de diverso calado, algunos de tales compromisos al interior del territorio nahuatlaca, como un cabal funcionamiento de proyectos comunitarios (vivienda, caminos, puentes, tren del sureste, aeropuerto, refinería), los latrocinios de combustible, el éxodo multitudinario de migrantes, los sucesos escalofriantes de la delincuencia organizada y la ola de violencia e intranquilidad; sin omitir los asuntos internacionales como la pertinente estabilidad financiera, el comportamiento imperial-veleidoso de Trump, la pugna comercial de EE.UU. con China y otros países, así también las incidencias del acuerdo tripartita
firmado con Canadá y Estados Unidos y las relaciones respetuosas y fraternas con los países de América Latina.
En el próximo comentario aludiré a determinar logros de la actual gestión presidencial federal, a un año de titánicos esfuerzos; por lo pronto espero que los mexicanos comprometidos con el país respondan con hechos al llamado nacionalista, para materializar en el devenir mediato “el bienestar de la población con valores humanísticos y con ideas a favor de la democracia participativa, la justicia y la libertad…”
Atentamente
Profr. Jorge E. Lara de la Fraga |
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