Jorge E. Lara de la Fraga.
En los años 70 surgieron las principales agrupaciones armadas en el país y ocurrió la represión policíaco – militar más cruenta en contra de ellas; en el medio rural y urbano acontecieron escaramuzas, combates, asedios a comunidades, ejecuciones, torturas y vejaciones de toda índole. En un cálculo aproximado se indica que esa “guerra sucia” emprendida por los gobiernos de Echeverría Álvarez y de López Portillo arrojó más de 1500 guerrilleros muertos y de 600 desaparecidos. Como en toda etapa sombría, emergente y sádica se persiguió, se martirizó y se privó de la vida a múltiples personas, algunas de ellas ajenas a la lucha clandestina. En ese marco o contexto, la historiadora – investigadora Adela Cedillo Cedillo, egresada de la UNAM, efectúa una labor ardua y complicada sobre ese período histórico y se sitúa específicamente en el lapso comprendido de 1969 – 1974 (nacimiento y desarticulación de las Fuerzas de Liberación Nacional), para configurar su tesis profesional denominada “Historia de las Fuerzas de Liberación Nacional Mexicanas”, misma que ya como libro se le conoce como “El fuego y el silencio”
Dicho texto significativo, fruto del esfuerzo y perseverancia de la autora, implicó muchos días y múltiples horas de labor de campo, de entrevistas, de revisión de documentos; de la participación de familiares de los jóvenes insurrectos, de madres que todavía anhelan saber dónde están los restos de sus seres queridos, de la colaboración de organismos y asociaciones humanitarias de defensores de los derechos humanos, de funcionarios gubernamentales que facilitaron el acceso a datos e informes secretos. Ni más ni menos, Adela Cedillo culminó su aventura investigadora después de 4 años y medio de frenética acción esclarecedora, mencionando que “… este ensayo no se compromete con una neutralidad imposible, pero sí se sustenta en una legítima aspiración de objetividad que permita ofrecer un panorama esclarecedor sobre la génesis de las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN)…” En el índice de su documento se insertan los capítulos siguientes: contexto del seguimiento de las primeras organizaciones político – militares mexicanas; Movimientos sociales y guerrillas en la década de los 60 en México; Del Ejército Insurgente Mexicano a las Fuerzas de Liberación Nacional; Las FLN entre 1972 y 1974; Medios, fines y desenlaces de la contrainsurgencia; Conclusiones y Anexos.
Recomiendo a los lectores a que se compenetren más en ese tramo cronológico relativamente reciente, donde prevalecía el presidencialismo a ultranza y donde un partido político desarrollaba su labor electoral sin contrapesos reales, cuando se hacía evidente el terror de estado y operaba un “código de silencio inquebrantable” que se desvaneció parcialmente con la pálida alternancia partidista
en el año 2000. Hay que dejar muy en claro que durante esa cobarde, ruin e infausta “guerra sucia” (décadas 70 y 80), el movimiento armado socialista fue objeto de una perversa campaña de manipulación ideológica y de un linchamiento mediático asiduo, donde la prensa, radio y televisión, así como los sectores gubernamentales, la iniciativa privada, los grupos corporativos y hasta cierto grupo de académicos abanderaron la descalificación contra esos núcleos disidentes que luchaban por un nuevo orden social – político, por justicia y por democracia. Se ubicaba a esos adversarios como terroristas, inadaptados, aventureros, lúmpenes, asesinos, antipatriotas o, en el mejor de los casos, como idealistas, soñadores, románticos, ignorantes, acelerados, fanáticos y extraviados.
Tal generación silenciada de la dignidad durante dos decenios del siglo XX, amerita ser considerada como un acicate poderoso para los cambios y reestructuraciones que acontecieron en nuestro país después de 1968 y que propiciaron eventos trascendentales desde los 90, así como cambios cualitativos con el inicio de la transición democrática a partir del 2018. Al respecto es muy ilustrativo rescatar lo que en un momento profirió uno de los fundadores de las FLN, Fernando Yáñez Muñoz, el cual dijo: “La rebelión de los 70 nace en silencio, crece en silencio, vive en silencio”; para después con toda razón y justificación Adela Cedillo profiere: “Silencio que me he atrevido a profanar en aras de la elaboración de una visión esclarecedora sobre uno de los fenómenos más importantes de la historia mexicana reciente...” Esa generación inmolada, sacrificada, empujó definitivamente hacia adelante “la rueda reivindicadora”, aunque les pese a los reaccionarios y a los adoradores del “viejo status tricolor”.
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Atentamente.
Profr. Jorge E. Lara de la Fraga |
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