El ser humano, aún con sus fortalezas y virtudes, requiere el soporte afectivo, moral y material de su célula comunitaria. Al pasar rápidamente las hojas del calendario, llegó la adolescencia para Juan Francisco Vásquez Quezada y surgieron para él nuevos horizontes e inquietudes; el paso de la primaria a la secundaria, el desempeño de su mamá en el Jardín de Niños como acompañante de coros (mejoría económica del hogar) y los primeros escarceos afectivos con una agraciada jovencita (Domitila Arenas), que después sería su novia y hoy es su compañera abnegada y decidida, lo fortalecieron interiormente. Habrá que decirse que de la institución inicial, la “Adolfo Ruiz Cortines” pasó a la secundaria “Dr. Darío Méndez Lima”, donde varios conocidos míos fueron sus condiscípulos: René Ortiz, Los hermanos Carvajal, Ignacio Vázquez, Juan Ramón Páez, Domingo Hernández, Marianela Páez, Blanca Landa, Leobardo Sartorius y otros más. A su egreso se inscribió en el Ilustre Instituto Veracruzano para acreditar el bachillerato; por cierto durante su pupilaje en el Puerto de Veracruz estuvo en dos casas de estudiantes, la de Doña Meche Lara (mi tía segunda) y después en la de la señora Consuelo Olmos, donde también eran atendidos sus parientes Juan José y Juan Ramón Páez Corral. Ahí el tenaz paisano pasó estrecheces económicas-materiales pero se creció al castigo, logrando al final alcanzar su objetivo. Terminado el ciclo medio superior enfiló sus baterías hacia el nivel terciario o profesional, teniendo que trasladarse a la ciudad de México.
En la denominada Ciudad de los Palacios o sea México trató de ingresar a la UNAM, pero circunstancias diversas lo impidieron y por ello se vio en la necesidad de tocar otra puerta institucional que le permitiera cursar la carrera que le interesaba. Fue en la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura ESIA del Instituto Politécnico Nacional donde adquirió los sustentos teórico-prácticos para ejercer como Ingeniero geólogo, iniciando sus estudios en 1968 y culminando en 1971, por esas etapas significativas y complicadas del Movimiento Estudiantil. Ahí encontró a maestros que influyeron positivamente en su formación y formó parte de la generación 1967-1971, la cual obtiene sus documentos recepcionales en el Auditorio de la Unidad Profesional de Zacatenco. La señora Rosa Merced, madre del feliz egresado estuvo, al lado de otros seres cercanos y queridos, en la ceremonia alusiva.
Ya sobre sus progenitores manifestó el protagonista: “Mi padre era una persona vigorosa, animada, encantadora, divertida, práctica y siempre interesante, que constantemente era el centro de atención. Era un buen orador y gran lector que gustaba de escribir, melómano y autodidacta. Sin embargo, todos estos atributos podían cambiar cuando entraba en cólera, convirtiéndose en el polo opuesto, situación que lo llevó a su desgracia”. “De mi madre se puede decir que todos los que la conocieron, la apreciaron
sobre su bondad y comprensión, era alguien que siempre animaba y ayudaba a los demás, con muy buena educación, amante de la música, pues tocaba el piano muy bien; su primer concierto lo dio a los 6 años de edad: combinación de resultados de sus estudios con su maestra y la herencia de su madre, mi abuela Raquel… Era toda una dama…”
Tanto Carlos Humberto como Rosa Merced participaron en múltiples eventos culturales desarrollados en el Teatro Solleiro, en el Club de Leones y en otros recintos, como la misma casa familiar. En los programas artísticos se enlazan sus nombres con otros personajes de la localidad que gustaban de la dramatización, el canto y la interpretación musical. En la memoria de muchos huatusqueños todavía perviven las remembranzas de ese inolvidable “Cafetín del Recuerdo” que era transmitido por la radio de la localidad y escuchado con deleite por los contertulios románticos de toda la región de las Grandes Montañas. Los 9 descendientes de Humberto y Rosa Merced pueden estar plenamente orgullosos de ese legado indeleble que ofrendaron a la patria chica sus ancestros inmediatos. Por cierto los hermanos de Juan Francisco son, en orden cronológico, Rosa Mercedes, Natalia Raquel, Carlos Federico, María Catalina, Elaine Margarita, Ricardo, Ana Laura y Fabiola Rosalía. Resulta imprescindible que varios de los asistentes a este evento y otros ausentes se acerquen a este documento valioso que compendia el mágico entramado familiar de unos paisanos orgullosos de sus orígenes cuautochcas e hispanos.
(Comentarios del texto “Los Ancestros”.- Mayo 2018.- Huatusco Ver.)
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Atentamente
Profr. Jorge E. Lara de la Fraga |
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