No cesan de disparar los detractores de AMLO en la presente contienda electoral; un día y otro también arremeten los adversarios contra el puntero en los sondeos de opinión; lo tildan de populista, demagogo y futuro tirano y poco escuchan esos desenfrenados y paranoicos elementos las propuestas del tabasqueño. En su afán de denostar y de asestar golpes demoledores han perdido tiempo para diseñar proyectos y configurar iniciativas viables para enderezar el rumbo del país; envueltos en su laberinto de descalificaciones han posibilitado que López Obrador señale rumbos para salir del túnel oscuro; visionariamente ha señalado que el sector energético debe operar como el pivote o eje del desarrollo económico, que además amerita darle atención al campo para salir de nuestro subdesarrollo alimentario, así como emprender acciones puntuales para abordar lo inherente a la seguridad nacional, partiendo desde los orígenes de ese mal social que nos aqueja dolorosamente.
Esos adoradores de la reyerta callejera y montonera han dicho repetidamente que “El Peje” pretende instaurar la amnistía y ofrecerla en bandeja de plata a los “peores carniceros humanos”, lo cual es una mentira; en cierto momento el abanderado de MORENA habló de un abanico de opciones para superar el flagelo de la violencia y de la criminalidad de la delincuencia organizada, indicó que no podemos seguir por el mismo sendero y que habrá que abrir foros y áreas de consulta ciudadana para salir de ese profundo agujero; también cuestionan al nativo del sureste por su posición en lo concerniente a la reforma educativa. Puedo aseverar a plenitud que Andrés Manuel está a favor de mejorar las condiciones para conformar a las nuevas generaciones, desde el respaldo para que se realice el hecho educativo en mejores inmuebles, con dotación de auxiliares didácticos, hasta la dotación de becas para los niños y jóvenes de escasos recursos, sin descuidar la formación y actualización pedagógica de los docentes. Andrés Manuel quiere que el docente sea un protagonista clave en el proceso de transformación social y cultural, que el maestro sea tomado en cuenta en la nueva estructura de los planes y programas de estudio, puntualizando además que la evaluación educativa sirva para mejorar el servicio de las instituciones didácticas y no una espada flamígera para sancionar y cesar a los docentes.
Los barones del dinero y del poder parecen no entender que el tabasqueño persistente, en sus intervenciones ha manifestado desde hace algunos años ideas transformadoras para “sacar al buey del barranco”, ha puesto el dedo en la llaga y ha señalado rumbos lógicos, pero ellos experimentan temor porque perderán privilegios y jugosos dividendos; tales magnates no se interesan por el pueblo ni sus carencias. Suponen que si colocan a “alfiles dóciles y manejables” seguirán haciendo de las suyas. Por eso el conglomerado ya despertó y ve en Anaya y Meade más de lo mismo; tales señores no aportan soluciones de fondo y se empecinan en engañar a sus electores con estrategias mediáticas y salidas cuestionables, porque a fin de cuentas tanto ellos como los denominados independientes pugnan porque nuestro sufrido México prosiga por los mismos senderos neoliberales. Como carecen de motivos sustanciosos para llamar la atención de los votantes, continúan con su torpe embestida contra el contrincante
incómodo. Ni modo, cada quien se asfixia como quiere y cada cual debe asumir su responsabilidad histórica.
Estamos a un poco más de 40 días para que se efectúen los comicios del primero de julio y la gente, en la percepción de un servidor, ya no quiere oír a Meade, toda vez que él trata de defender a Peña Nieto en lugar de revitalizar su imagen. Una gran parte de los potenciales electores están molestos con el soberbio Anaya porque utiliza su agilidad verbal para atacar, mentir y negar su patrimonio millonario obtenido a través de los cargos públicos desempeñados. De los independientes sobran los comentarios despectivos; la gente sabe que “llegaron” a través de trampas, que entraron por la puerta trasera y que únicamente bailan al son que les indican sus patrones o promotores.
Nuestro solar patrio no aguanta más de corrupción y pillaje; no puede seguir hundido en el pantano de la inmunidad, del crimen y de la violencia. Lo que reclama la pisoteada comunidad es poner orden en la casa, cerrar las puertas a esas trasnacionales que están erosionando nuestras áreas de producción y poner un alto a ese empresariado extranjero y nacional que se ha adueñado de nuestras playas y ámbitos turísticos. Esos son algunos de los retos importantes y no hay que flaquear para alcanzar la esperanza.
Atentamente
Profr. Jorge E. Lara de Fraga |
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