Jorge E. Lara de la Fraga.
De la bruma del recuerdo rescato esos últimos días de noviembre del año de 1962,
cuando en las otoñales tardes de Xalapa nos preparábamos a conciencia para culminar
satisfactoriamente nuestros últimos exámenes del tercer grado profesional y estar en
condiciones de presentarnos ante un jurado calificador con un documento final que avalara
nuestro paso exitoso por esa centenaria (y ahora Benemérita) Escuela Normal Veracruzana
“Enrique C. Rébsamen”. Fue grato constatar que la mayoría de los enjundiosos y alegres
jóvenes de esos ayeres, integrantes de la Generación “Piratas”, alcanzamos el máximo
propósito y con ello obtuvimos nuestro ansiado título como docentes, en el desaparecido
Teatro Lerdo y en una ceremonia oficial presidida por el entonces gobernador de la entidad,
el Lic. Antonio M. Quirasco. Así, ese gran contingente de más de 450 elementos, se lanzaba
a la misión humanista de conducir pedagógicamente a las generaciones infantiles.
En este feneciente 2019 se cumplen 57 años del egreso de ese ejército de profesores
de educación primaria y de educadoras de párvulos. Ante lo cual y en el marco esplendoroso
de la celebración de los 133 años de vida de nuestra Alma Máter (la BENV), los bucaneros
de los siete mares festejaron a lo grande su quincuagésimo séptimo episodio de haber
cursado sus estudios psicopedagógicos y científico-humanísticos en la Atenas Veracruzana.
Hoy fue la fiesta memorable en la localidad de Tuxpan y durante tres días (29-30 de
noviembre y 1º. de diciembre) se escenificaron diversos eventos para el disfrute pleno de
los protagonistas. Hubo actuaciones artísticas diversas del grupo de Xalapa, la participación
de los jarochos porteños con una comedia musical, así como una recepción gastronómica
donde se degustaron platillo típicos. Al día siguiente, en los jardines de ese bello rincón
huasteco, “se tomó” la panorámica foto del recuerdo, para después asistir fervorosamente
al templo parroquial (misa de acción de gracias).
Por la noche del 29 de noviembre se llevó a cabo la cena-baile en el Hotel Crowne
Plaza, con la intervención de un grupo musical y en medio del entusiasmo de los
organizadores y de los participantes que recibieron a las altezas reales Leticia Primera y
Noel Primero, quienes posteriormente cederían el lugar de honor a los nuevos soberanos.
Fue una gratísima sorpresa la coronación de Cielo Violeta y de su acompañante de lujo, el
simpático “Peñita”. Bajo los acordes musicales, con los valses de rigor, toda la corte real se
enlazó en derredor de su majestad Cielo Violeta. Menudearon los brindis y en franca
camaradería los intrépidos bucaneros cenaron y bailaron amenamente, dejando de lado sus
tribulaciones, achaques y angustias cotidianas.
Tengo que destacar, de manera especial y con justicia, que la estimada Familia
Ahumada auxilió mucho para que todo lo planeado resultara sin tropiezos ni omisiones. No
contenta con ello, todavía la anfitriona María de Jesús y las hijas del amigo Margarito (RIP)
atendieron en la despedida a los colegas docentes con la preparación esmerada de una
comida, donde al calor de esos momentos vivificantes se tomaron los acuerdos para el
próximo año 2020. Múltiples gracias a ese “clan familiar” de Santiago de la Peña, que
siempre se ha caracterizado por su fraternidad normalista.
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Atentamente.
Profr. Jorge E. Lara de la Fraga |
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