En el siglo pasado, en 1998, fui invitado por el entonces director de la Escuela Normal Veracruzana, Profr. Alberto Flores Callejas, para participar en una mesa redonda sobre la historia del plantel formador de docentes, a los 112 años de su fundación. Participamos 3 exdirectores de la escuela: Mtros. Francisco Galván Rivera, Romeo Ramírez Jiménez (ya finados) y un servidor; tocándole al Profr. Galván la etapa inicial, la fundación durante el periodo porfirista; a un servidor el periodo revolucionario, de 1915 a 1940 y al colega Romeo Ramírez, destacar lo sobresaliente de la etapa contemporánea, de 1940 al momento presente, en las postrimerías del siglo XX.
En mi participación, manejé los contextos mundial, nacional y estatal, a efecto de hacer relevantes cuestiones singulares que gravitaron en el desarrollo de la Institución durante la gesta revolucionaria y en medio de la lucha fratricida por el ascenso al poder. Al respecto manifesté que, a nivel internacional, durante 1915 – 1940, culmina la I Guerra Mundial, termina la Revolución Bolchevique en Rusia, se hace presente la Depresión Económica en Europa y Estados Unidos (1929), surge el nazismo, el fascismo y el falangismo. Adolfo Hitler llega al poder germano en 1934 y se inicia la II conflagración internacional en 1939. Durante esos 25 años, en nuestro país ocurren varios sucesos importantes que enlisto someramente en razón del espacio disponible: Venustiano Carranza es Presidente Constitucional, celebración del Congreso Constituyente en Querétaro y el surgimiento de nuestra Carta Magna en 1917, los asesinatos de Emiliano Zapata y Carranza, el Plan de Agua Prieta, el Ascenso de Álvaro Obregón al poder, la creación de la Secretaria de Educación Pública en 1921, el asesinato de Francisco Villa, la rebelión delahuertista, la hegemonía sonorense, el cuatrienio de Calles, la rebelión cristera; la masacre de Huitzilac, el atentado contra Obregón, el “maximato” y el sexenio cardenista (la educación socialista).
Mientras lo anterior ocurría en los ámbitos mundial y nacional, la egregia Escuela Normal Veracruzana desarrolló su labor académica y humanista en el contexto de los altibajos que representa una etapa de emergencia, pues hay que entender esos tiempos fragorosos donde en nuestra entidad, durante esos cinco lustros, tuvieron la máxima responsabilidad del estado ni más ni menos que 25 personajes renombrados; algunos de
ellos apoyaron de manera especial al plantel rebsameniano y otros definitivamente cumplieron con la labor de manera inadvertida. La Benemérita Escuela, en esos 25 años, fue dirigida por 12 prestigiados normalistas: Delfino F. Valenzuela, Isidro Torres, Jacinto Lara, José A. Cabañas, Gonzalo Gómez, Juan Suárez Peredo, Luis H. Monroy, Gabriel Lucio, Manuel C. Tello, Juan Zilli, Porfirio Aburto y Calixto Hernández. En tal tramo cronológico se utilizaron dos inmuebles (el exConvento de San Ignacio, hoy Centro Escolar Rébsamen y la Facultad de Economía de la U.V.), y se desarrollaron las labores técnico-académicas y culturales en razón de cuatro Planes de Estudio diferentes.
Como hechos sobresalientes es de justicia mencionar dos sucesos importantes de carácter educativo y en donde la Escuela Normal Veracruzana y sus hijos tuvieron singular participación: me refiero a la realización de dos Congresos Pedagógicos, el de 1915, durante la administración del General Cándido Aguilar y el de 1932, cuando gobernaba a nuestra entidad el Teniente Coronel Adalberto Tejeda; sucesos que marcaron directrices educacionales en la formación básica, normal y superior. Sobre el particular, Tejeda decía, refiriéndose al plan de estudios normalista: “… tendiente a que los futuros maestros tengan una visión de conjunto, precisa y amplia, de los fenómenos que se presentan en la existencia de las sociedades actuales en general… formándose así un criterio filosófico-materialista, que sirva de base a un firme concepto de la nueva moral humana… que impelen a los profesores del futuro a una actuación decidida y firme a favor de las clases explotadas…”
A lo largo de su historia, la Escuela Normal Veracruzana se ha desempeñado con responsabilidad institucional. Ha tenido sus momentos brillantes y sus periodos álgidos. Muy importante ha sido su labor constructiva de la comunidad normalista a lo largo de diversas etapas históricas del plantel formativo. Aun con las discrepancias lógicas y necesarias de los grupos o corrientes de opinión internas, cuando un peligro foráneo amenaza al alma máter, la unidad y la fortaleza normalista se han hecho evidentes para conjurar crisis y superar amenazas y peligros reales.
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Atentamente
Profr. Jorge E. Lara de la Fraga |
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