Con solidaridad y respeto a Cuitláhuac García Jiménez, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, Ricardo Ahued Bardahuil y Rafael Hernández Villalpando
Como apunté en una columna previa son cuatro los ejes económicos del actual gobierno: los que tienen la mejor tonada, pero aún no encuentran la letra para acompañarlos. ¿Funcionará este modelo?
Lo que sí sabemos, lo que deberíamos tener muy en claro, es que el anterior modelo económico no sirvió (la mitad de la población en condiciones de pobreza).
Si hubiera servido, AMLO no estaría en el poder.
Estos cuatro grandes ejes económicos están a su vez soportados en cinco puestos: la austeridad (que sea aplicado a rajatabla), el no aumento de impuestos (el rechazo de una reforma fiscal), la no contratación de nueva deuda (aunque la deuda neta total ha crecido 1.2 puntos del PIB desde octubre), la libertad sindical (que renovará el liderazgo obrero y servirá para una más justa negociación salarial) y el combate a la corrupción (rubro en el que presumen ahorros sustanciales que no son nada claros ni tangibles).
La apuesta del gobierno es que estos cuatro ejes y sus soportes deben de servir para transformar la economía del país algo que no se ha visto todavía.
La economía está estable, aunque estancada y probablemente a la baja, como lo muestra la caída en picada de la producción industrial.
El dato negativo y muy palpable es que a la actual clase media las medidas de austeridad la han golpeado con severidad: todavía no ha encontrado la forma de insertarse en la nueva economía.
¿Cómo puede hacerlo?
Produciendo y vendiendo productos a la "base de la pirámide", a los nuevos actores económicos: cada una de las ocho millones de familias adscritas a los nuevos programas recibirá, en promedio, seis mil 700 pesos.
¿Cómo podemos llamar a este modelo?
Llamarlo "economía moral" es poco serio.
Un membrete para hacerlo digerible.
Se trata, según se puede ver, de un modelo de economía mixta, de un modelo híbrido.
No es un modelo socialdemócrata, ni neoliberal, ni bolivariano.
Vuelvo al programa de reparto en efectivo sin intermediarios 22 millones de beneficiarios. Diez programas sociales rectores.
Según el IMCO "no resuelven las necesidades de los grupos vulnerables", "no generan certeza de disminuir la desigualdad".
No se hicieron programas piloto antes de implementar estos programas. Desaparecer el Coneval impedirá a la sociedad enterarse de los programas de gobierno.
Es cierto que un modelo clientelista, pero igual clientelismo ejecutaron los gobiernos del PAN, PRD y PRI.
Los empleos en mayo cayeron, según los datos del IMSS. No conocemos aún los del INEGI. Hay señales de que el mercado interno comienza a ser un motor de la economía.
El reparto de dinero sin inversión suficiente puede provocar inflación, pero no ha sucedido hasta ahora.
Lo que existía, no volverá.
El país cambio. Debemos adaptarnos a la nueva realidad. Ayudar en lo posible.
La crítica ayuda en la medida en que limita al poder. ¿Cambió la realidad? Tal vez. Lo que es claro que no hay marcha atrás.
Hoy quiero enfatizar que en los últimos años, muchos han recurrido, por un lado a la corrupción para explicar los grandes problemas de nuestro país y por otro a la transparencia como uno de los principales instrumentos para hacerle frente.
Sin que haya una definición consensuada sobre el término corrupción, podemos entenderla como el abuso del poder para obtener un beneficio personal, clasificada en gran o menor escala y política, a partir de la cantidad de recursos que se pierden, del sector en el que se producen y el impacto social que generan.
Pero, aunque sea frecuente enunciarlo, acciones para contener, combatir y pensar en erradicar la corrupción no son responsabilidad exclusiva del gobierno. Un estudio aplicado por el CIDE, sostiene que el 44% de las empresas mexicanas ha reconocido haber pagado un soborno alguna vez. El 75% de estos pagos se utilizan para conseguir licencias agilizar trámites.
Esto comprueba que la corrupción no afecta sólo a sectores gubernamentales, y por ello es trascedental fomentar la participación de la sociedad.
Finalizo citando a David Arellano Gault: "Enfrentar entonces la corrupción implica un esfuerzo social y gubernamental sistemático, paciente, serio e integral.
La crítica no se hace para que no se clasifiquen entre los mal portados" como escribió acertadamente Jorge Carrasco en Proceso, sino para corregir errores en la solución de problemas que se han vuelto intolerables en México. Espero que los cambios ganen sobre los humores y que esta opción no termine en otro fracaso. Veremos.
Como decía Cantinflas: "ahí está el detalle".
AMLO tiene dos perfiles.
A veces es doctrinario y en otras es pragmático por eso es difícil de entender. Insisto en que hace falta un golpe positivo a la confianza.
Pero no sé si habrá la disposición de darlo.
Vuelvo a insistir en el tema de la Cuarta Transformación (4T) de México, desde el tamiz lingüístico representa un cambio de formas en el país, transmutar de una cosa a otra, una evolución en el ADN cultural con la obligada recombinación del genoma que conlleva modificar usos y costumbres de los grupos sociales o establecer formalmente una relación sintáctica relevante entre dos expresiones de una lengua.
La curvatura de aprendizaje llegó a su cresta, pasando del vector de los negativos " eso me lo dejaron", " así estaba", "puros errores" al vector de lo positivo donde tiempo, lugar y circunstancias es autoría de su equipo de trabajo, la gente elegida, modificaciones de estructuras e instrumentación de sus proyectos; con usos, modos y costumbres.
Así, la administración de AMLO está ante su techo de vidrio y ha topado con sus propios obstáculos invisibles.
En el techo de cristal rigen las reglas masculinas, en tanto que en el techo de vidrio valen los mandatos del equipo gobernante, sin importar el acuerdo social llamado marco jurídico leyes y reglamentos.
La corrupción fue terrible, también el saqueo y que decir de la impunidad.
Los mexicanos, hartos, decidieron el apoyo a un nuevo proyecto. Yo estoy convencido de que AMLO busca cerrar brechas entre riqueza y miseria, entre regiones dispares, entre oportunidades para todos y por eso supone pasará a la historia.
Lograr las metas de desarrollo implica planearlo, promover la inversión, generar confianza y empleo, promover la unidad nacional para marchar juntos hacia un mejor destino.
Castigar corrupción, acabar impunidad, sobrellevar Trump un vecino hostil, lograr se firme nuevo tratado comercial.
Evitar nuevas tarifas, resolver migración ilegal y abatir índices de inseguridad, son retos mayores que enfrentar.
Yo creo que si se abandonan oraciones y descalificaciones, el discurso falso de que las cosas que van mal son por acción de opositores y grupos privilegiados que se oponen al cambio, y se convocará a un proyecto que nos una, México saldría muy fortalecido.
No es algo imposible de lograr. Dejar fuera fobias, no principios, dejar atrás odio, pero aplicar la ley, escuchar a expertos en lugar de alejarlos y estigmatizarlos, es algo viable que no tiene porqué afectar el ego de AMLO.
Ampliar su círculo, sin prejuicios, sin confrontaciones, puede aportar soluciones.
Gobernar no es fácil, los economistas son especialistas en su materia, así como los militares en la suya. Hay que leer a Sun Tzu, la mejor victoria es la guerra que no se pelea.
Ingenieros, periodistas, arquitectos, ambientalistas, abogados, empresarios, médicos, profesores, todos tienen una visión, quizá parcial de su especialidad.
Juntar equipos multidisciplinarios para diseñar estrategias exitosas es lo que impulsa el desarrollo.
Los políticos, que piensan que son especialistas en la generalidad, no poseen los conocimientos en todas las áreas para tomar las mejores decisiones.
Corregir rumbo no es claudicar, llevar la economía y la política a los límites de provocar quiebres no es sabio. Nadie quiere que fracase México. Es nuestro destino común lo que está en juego.
Es momento de innovar, de buscar opciones, de lograr unidad, de rectificar errores con honestidad, pero eso depende de todos.
Así que más que discursos, requerimos acciones. Más que ideologías, principios, más que legalismos, Estado de derecho, más que austeridad, eficiencia. |
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