Francisco Cabral Bravo
Con solidaridad y respeto a Ricardo Ahued Bardahuil e Ing Eric Patrocinio Cisneros Burgos
La historia no es un hecho aislado basado en un momento. No existe texto sin contexto. Pueblo, Pueblo. Pueblo. Somos el pueblo. Nada sin el pueblo. Todo con el pueblo. Así como es conveniente y menester terminar con los que abusan de la buena voluntad del pueblo, hay que saber que ningún pueblo puede vivir ni triunfar sobre sí mismo si existe una división y enfrentamiento entre dos o más partes que lo conforman. En el pasado, Abraham Lincoln hizo una declaración sobre que su gobierno era el "gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo", frase e ideología que, no sé sí exitosamente no ha parado de presumir el líder mexicano. El pueblo como escudo, razón de ser y como único destino que enarbole todos nuestros sacrificios, aciertos y errores. El discurso que ha manejado desde antes de que portara la banda presidencial no es uno de integración, él no cree en la integración. Él es un profeta radical que cree que su misión No es otra más que la de encontrar a los buenos y exculpar y quitar a los malos.
A herrojados no de los muros de la verdadera religión y verdadero Dios, si no a herrojados del futuro por la espada flamígera de quien todo lo hace y todo lo ve.
Lo que tenemos que hacer es construir una alternativa u oposición que tenga sentido y sea capaz de llevarnos a abrir las puertas del futuro.
Y eso empieza por la exclusión de las limpiezas étnicas- sociales.
Ha resultado muy interesante observar el repentino cambio que hay en el enrarecido y turbio movimiento de quienes aspiran a ser él o la elegida para protagonizar la sucesión presidencial. Desde la irrupción de Xóchitl Gálvez en el apacible jardín en el que
contaminaban y sonreían admirando las pintas callejeras con sus respectivos nombres, o quizá sonriendo al contemplarse en los anuncios espectaculares, el panorama ha cambiado de tal manera que inquilino de Palacio Nacional se ha convertido, una vez más en el mejor coordinador de sus campañas.
Así, mientras las llamadas corcholatas se debaten en sus propios pantanos, vaya que tienen tareas complicadas para generar una imagen que resulte atractiva y carismática. Los fuegos artificiales de la retórica presidencial son apenas un atisbo de lo que se avecina en los próximos meses, días en los que desde el púlpito de la arrogancia se seguirán lanzando infundidos y se atizará la parrilla que ha sido muy bien capitalizada por los protagonistas del actual sexenio. Para tirios y troyanos exacerbar la polarización será uno de los mejores recursos. La ligereza con la que se enciende el fuego siempre acaba muy mal cuando el combustible es el populismo se les regala cajetillas de cerillos a sus voceros.
En su libro El criticón, aquel gran español Baltazar Gracián, del siglo XVII, quien nos heredó obras que necesitan ser reeleídas bajo la mirada de un mundo contemporáneo enredado y lleno de obscuridades, apuntó algo que bien puede describir lo que se avecina "varias y grandes son las monstruosidades que se van descubriendo de nuevo cada día en la arriesgada peregrinación de la vida humana. Entre todas, la más portentosa es el estar el Engaño en la entrada del mundo y el Desengaño a la salida, inconveniente tan perjudicial que basta a echar a perder todo el vivir". Si bien este párrafo hace referencia a uno de los tópicos más desarrollados en el barroco español, triunfo del engaño qué en medio de una crisis política, económica y religiosa, adquirió una notable relevancia, lo cual se puede observar en el estupendo arte de la época, bien se puede entender que la mentira es uno de sus ingredientes más simples.
Con facilidad y ligereza se van sembrando declaraciones y mentiras que se defienden como verdades absolutas en un contexto electoral
que, en el papel, aún no inician. Menudo trabajo el que tenemos por delante intentar distinguir aquello que es importante entre tanta podredumbre. Así, las ideas y las propuestas para enfrentar la realidad de un país que se fractura cada día más son las grandes ausentes en medio de discursos plagados de "continuismo", revanchismo, clasismo e ignorancia.
Mientras la realidad se planta frente a nosotros, la dejamos de ver para darle mayor importancia a quienes son piezas de un juego abalorios: darle reflectores y ser el eco de la superficialidad de sus palabras no permite que la atención se pueda enfocar en aquello que no ha sido resuelto durante este sexenio, ni en los anteriores, y solo se contribuye a que la pobreza y la violencia, entre tantos otros problemas, sean las monedas de cambio y anécdotas entre tanta miseria retórica.
Un viejo refrán afirma que "no es lo mismo ser borracho que cantinero".
La vida electoral parece una caja de sorpresas, pero no lo es. Por razón aristotélica o por sortilegio milagroso, cualquiera podría ganar la banda presidencial. A unos los apoya el gobierno y sus partidarios. A otros, los apoya el anti gobierno y los opositores. Yo diría que están muy parejos. Todos tienen posibilidades. La historia y el futuro están llenos de maravillas políticas. Un breve ejercicio de memoria histórica no sería muy útil. Tres días antes de su postulación, Ernesto Zedillo tan sólo aspiraba a ser Secretario de Hacienda de Luis Donaldo Colosio. Pero pasó lo que pasó y se convirtió en lo que no buscaba y ni siquiera soñaba, sin pronósticos y sin encuestas.
Pero lo mismo sucedió con Adolfo López Mateos.
México no es el único país con maravillas electorales.
Por eso se ha supuesto que existe la caja de sorpresas y el escapulario de milagros. Pero, si hablamos con seriedad, nadie puede decir que algún aspirante está fuera de combate. No hay rain check, así que todos se alinean y se callan. Desde luego los illuminati
piensan mucho en los méritos. Tenemos un año para decidir a quién le colocamos la corona de México.
Son nueve las voluntades que alinearán a los astros en favor del elegido. El gran-elector de los oficialistas, las cúpulas partidistas de los oposicionistas, las circunstancias de la época, el entusiasmo de los electores, la extensión de las campañas, los golpes para las colas largas, la resistencia de cada contendiente, la estrategia de sus managers y la suerte de sus amuletos. Mientras tanto, recordemos que en la política no hay sorpresas, sino sorprendidos. No hay engaños, sino engañados. Y no hay confusiones, sino confundidos.
¿Qué motiva a una persona a ser presidente de México? ¿La avaricia? ¿El poder? ¿El ego? ¿La megalomanía? ¿El beneficio personal? El cinismo de la clase política ha extinguido prácticamente la creencia de que un candidato busca el beneficio colectivo hasta el punto que la sociedad acepta que todo político incrementará sus ganancias personales de facto. Esto que ilustrado por la infame clase del profesor Carlos Hank González. "Un político pobre es un pobre político". ¿Usted conoce a un político de profesión que sea pobre?
No me malinterprete, creo que una persona debe ganar de acuerdo a su capacidad, conocimientos, experiencia y, sobre todo, a su eficiencia y efectividad. Es como debiera ocurrir en una economía de mercado, en donde la meritocracia prevalece sobre la exaltación de la mediocridad. Esto, que suena a utopía, es la base de las sociedades más exitosas del siglo XXI. Lo contrario sucede en nuestro país.
Una de las congregaciones más exitosas en el cristianismo es la Compañía de Jesús, conocidos como los Jesuitas. Hace casi 490 años establecieron las bases de su orden, sustentables en un liderazgo compuesto por cuatro pilares esenciales; autoconocimiento, creatividad, amor y heroísmo. Más allá de las
connotaciones religiosas, estas cuatro cualidades serían un buen sustento para el candidato que necesitamos.
El autoconocimiento hace que conozcamos nuestras virtudes y fortalezas junto con nuestros defectos y limitaciones. De esta manera podemos maximizar los primeros y reconocer los segundos, con el fin de poder manejarlos, y, si es posible, buscar la superación de los mismos. La responsabilidad de lo que somos y quienes somos es personal, siempre somos perfectibles, aceptando y corrigiendo nuestros errores.
La creatividad, sustentada en conocimiento, aprendizaje y experiencia, utiliza para encontrar soluciones ante los problemas que requieren de una respuesta efectiva, aún en situaciones inéditas. Reconociendo que nadie lo sabe todo, los individuos que trabajan para un fin común se alían a aquellos con metas iguales o similares, impulsándose como equipo para buscar la excelencia, sabiendo que el cambio es inevitable y nos impulsa a ser mejores.
El amor, no como una expresión de pasión corporal, sino de privilegiar el beneficio del prójimo sobre el propio.
El heroísmo concibe grandes metas y proezas, imaginando un futuro inspirador. Los héroes inspiran a sus semejantes, los elevan para lograr lo que no se creía posible. ¿Se imagina un candidato así? Toda jornada de mil leguas comienza con un solo paso. Recuerde el afán de ver de los problemas en su reflejo y no en su sustancia, impide abordarlos con objetividad y serenidad. A callar un problema no es resolverlo. A medida que pase el tiempo más y más ciudadanos se entusiasman con el proceso de elección de la candidatura de la Alianza y la sociedad civil. Esperamos que la marea rosa sea más que las marchas para salvar al INE y apoyar a la SCJN. Los precandidatos ya no guardan silencio. Hay pues un diálogo que desmerece la figura presidencial y su debida imparcialidad.
Pero la realidad es necia. El próximo gobierno tendrá que revisar programas y subir impuestos.
Quien gobierne tendrá que resolverlo.
La Alianza prepara sus fichas, sus fechas y sus acuerdos. Ya inició por la Presidencia. Después vendrá la CDMX. Luego las gubernaturas, las candidaturas al Congreso de la Unión, los congresos locales y las alcaldías con sus cabildos. Le sobran aspirantes, se pueden elegir los mejores cuadros con el apoyo popular. La mira está, desde luego, en lograr la mayoría del Congreso con cuadros que puedan ganar debates y a la opinión pública.
¿Por qué votar por los que antes no lograron que el país avanzará? Muchos se preguntan qué razón podría haber.
Pero todo esto requiere tu voz y de tu voto.
¡No valen excusas, participa! |
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