Con solidaridad y respeto a Cuitláhuac García Jiménez, Eric Cisneros Burgos, Ricardo Ahued Bardahuil y Rafael Hernández Villalpando.
Pensar es fácil. Actuar es difícil. Actuar como se piensa es lo más difícil de todo. (Anónimo).
Cuando miro aquellos ríos interminables de mexicanos jóvenes, en su mayoría proveniente de extractos sociales medios y bajos, se me entremezclan en el cuerpo la alegría y la tristeza.
Alegría por verlos reclamando por si la voz y el espacio público; alegría por verlos activos e indignados frente este país nuestro tan injusto y tan capaz, por ello mismo de indignarnos a tantos. Tristeza también, pues al mismo tiempo no podía dejar de preguntarme: a dónde van, qué opciones tienen.
No hay empleo digno y productivo suficiente al final de la escuela.
Las primarias y secundarias de las que vienen no les dieron ni lo más básico; ser dueños de su lengua materna, poder pensar y resolver problemas con el lenguaje de los números, expresar sus ideas de forma entendible, in fundir les respeto y aprecio elemental por los derechos de otros.
Las aulas en las que están o las que aspiran a ingresar no son, con poquísimas excepciones, espacios que los equipe para ser libres, para ser ciudadanos, para montar una empresa, para innovar, descubrir o para conseguir algunos de los pocos empleos Buenos disponibles.
Un sistema educativo que no educa, una economía que no crece y genera empleos suficientes, un sistema de justicia que no garantiza el ejercicio de sus derechos, un sistema político que ni los incluye ni los representa, un discurso público que no los interpela y una sociedad en la que los buenos asientos son pocos y ya están tomados.
De eso está hecho el país en el que les tocó nacer a millones de jóvenes mexicanos. Un país que no suma, un país que se repite interminablemente y que no ofrece salidas ni horizontes para los que no nacieron privilegiados.
Pará la mayoría de los marchitas jóvenes, casi ningún camino abierto, puras puertas cerradas.
Pará enormes franjas poblacionales de México, ser bueno en algo y/o trabajar duro, literalmente no paga.
De nada sirve esforzarte si todo es remar contra corriente y las buenas oportunidades son patrimonio heredado y exclusivo de unos cuantos.
No extraña que estén muy enojados; lo sorprendente es que la abrumadora mayoría de ellos exprese su indignación y su enojo sin violencia, marchando en filas, haciendo carteles ocurrentes, y cantando consignas, ordenada y pacíficamente.
En el otro extremo de todos esos jóvenes sin destino promisorio alguno, hay un grupo pequeño de niños y jóvenes mexicanos que no tienen que mover ni un dedo para tenerlo todo siempre.
Por razones muy distintas, para los hijos y nietos del privilegio enraizado, esforzarse, descubrir sus talentos y desarrollarlos tampoco tiene demasiado sentido. No importa mucho ni merece la pena porque lo tienen ya todo hecho y resuelto.
Talento riqueza impotencia y creatividad desperdiciando e a raudales, abajo sin duda, también arriba. Un país como México, no le ofrece plataformas de despegue a la mayoría de sus niños y jóvenes, que no les garantiza el ejercicio de sus derechos fundamentales y que no premia ni el talento ni el esfuerzo, estar condenado a la mediocridad, a la desigualdad más injusta y a la violencia, abierta por momentos y soterrada casi todo el tiempo (rector José Narro).
Y recordemos la libertad de expresión que gozamos le debe mucho a quienes insistieron en hacer del periodismo una tarea independiente.
AMLO esta en otra nube enredado, descalifica a los periodistas que cumplen con su trabajo de informar, que critican sus errores que descalifica al árbitro electoral que ejerce su autonomía, como lo comenta Pablo Hiriart en su columna. Uso de Razón.
La ineptitud es de miedo.
Vamos a dar vuelta a la opinión, hechas públicas diferencias en el gabinete, como en la Secretaria del Medio Ambiente y los rayones al Jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, las considera normales el Presidente de la República.
Y adujo que sus colaboradores tienen libertad lo cual contrasta con la aptitud de quien se autodefinió como “el último Presidente de la República Mexicana” José López Portillo, ante un pleito en el gabinete.
Enconado el pleito entre dos de sus principales colaboradores el titular de la SPP Carlos Tello Masías y el de Hacienda Julio Rodolfo Moctezuma, López Portillo impuso disciplina. Cesó a los dos.
Continuando en otro tema, el empresario y escritor Jürgen Klaríc, quien se ha dedicado a investigar sobre la conducta humana con base en la antropología y neurociencia, atribuye a la situación económica y social de México a los valores y la educación. “Si el presidente es mente pobre hace un pueblo de mente pobre, un país de mente pobre”, dijo.
AMLO tiene una mente pobre, “afirmó el empresario y escritor Jürgen Klaríc”. La pobreza no es un problema físico, sino un asunto mental, que puede resolverse al cambiar la relación que se tenga con el dinero, dejar de temerle y considerarlo una herramienta para transformar vidas dijo Klaríc. “El presidente de México es un tipo que no le gusta el dinero. No tengo pruebas, pero podría decir que es un tipo bastante honesto”.
Yo no creo que este robando, porque ni le gusta el dinero. Eso es lo que le gusta al a gente que no le gusta el dinero, pero es un peligro tener un presidente al quien no le guste el dinero, porque si el presidente es mente pobre, hace un pueblo de mente pobre, un país de mente pobre, dijo Jürgen Klaríc de visita en México.
Para Klaríc, existen millonarios de mente pobre que no son realmente ricos en todos los aspectos de su vida, y en México esto es evidente. “Regularmente los empresarios mexicanos usan su dinero para hacer un peor México, para comprar al Congreso, para comprar al presidente o para corromperlo, para comprarse departamentos.
Bill Gates El multimillonario Qué entiende que la verdadera felicidad no es el caserón, la casa de toda la vida.
México “es el país más corrupto del mundo”, dijo en entrevista.
“México es el único país en el mundo que tiene una frase adoptada en la cultura que es “El que no es transa no avanza”. Eso en tu cerebro significa que mejor no seas millonario porque si eres millonario tienes que ser transa.
Entonces “yo prefiero ser pobre moderado, pero honesto”. Cuando tú declaras eso en una cultura estamos jodidos, dijo Jürgen Klaríc, quien estudió arquitectura, en la Universidad de Guadalajara, Jalisco, y vivió en México durante 16 años.
Klaríc se ha dedicado a investigar sobre la conducta humana con base en la antropología y la neurociencia. En la entrevista atribuyó la situación económica y social de México a los valores y ala educación. “No es el PRI, no es el PAN, no es el PRD, no es el PT, no es el MC, no es el Verde, no es Morena. Son los valores de los mexicanos, esa el la verdad y no sé va a salir nunca, dicen que no hay mal que dure cien años pero aquí ya duró más de cien años”.
En el libro de Jürgen Klaríc, Pobre, Rico, Millonario, el escritor Jorge Cano desarrolla lo que Klaríc llama mente rica, con la cual se puede comprar la felicidad, al ofrecer la oportunidad de ayudar a otras personas, dar sin esperar algo a cambio. “Yo creo que una persona rica es una persona rica en todo, rico en amor, en familia, en sabiduría. Que sea rico en espiritualidad, es dar sin pedir nada a cambio, que sea rico en tiempo y obviamente en dinero, dijo Jürgen Klaríc.
Escribíamos hace algunos días en este espacio, que como sucede con todas las acciones políticas, las cosas nunca son como parecen. Las mañaneras, no son espacios democráticos de comunicación social, sino recursos de implantación política y estrategias de gobierno tendientes a capturar la atención por encima de los demás agentes noticiosos.
Es una forma de mantener cautiva a una enorme audiencia.
Es el gran público sistemáticamente bombardeado con mensajes de conveniencia, frente a las cuales los ciudadanos están inermes, pues toda actitud crítica es desperdiciada o descalificada porque proviene de los conservadores, quienes tienen derecho a todo pero no pueden ejercerlo sin recibir empujones a la hoguera.
El afán informativo neutro del gobierno no existe.
Prevalece una estrategia defensiva justificante, cómodamente instalada en el poder de la palabra, de medios sumisos, cuántas calumnias se seguiría aplicando aquello de que la calumnia cuando no mancha tizna.
No se trata de informarse porque la escena política ya no es un púlpito, es una arena. |
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