Francisco Cabral Bravo
Me atrevo a pensar que marcan la ideología dominante en nuestros días dos postulados fundamentales, que guían a los gobernantes, senadores, diputados, alcaldes, medios, organizaciones y "especialistas", en superación personal y fomento del optimismo. Me refiero, en primer lugar, a la difundida idea de que se puede alcanzar la felicidad en un puro acto de voluntad. Muchos falsos filósofos predican que "podemos ser felices con solo proponérnoslo". Elogian la pobreza y la elevan al grado de suprema virtud (claro eso puede decirlo quien tiene lleno el estómago), y preguntan que ser pobre es una gran ventaja: hasta abre el paso a una vida mejor en el más allá. Así, aún en la más horrible pobreza es alcanzable la felicidad, pues ésta no es cosa material, sino cuestión del espíritu puro. Lo mundano solo merece desprecio. Todo este sistema de ideas tiene como piedra de toque una concepción del hombre como algo puramente espiritual, un espíritu que se basta a sí mismo, puede existir y elevarse, libre de todo lastre material, postulaban ya desde la antigüedad algunas filosofías de la India, como el Zaratustra de Nietzche, o como predicaban los anacoretas, que buscaban la paz del espíritu y la ataraxia en la privación de todo goce material y en el puro encierro espiritual.
La segunda expresión de esta forma de ver el mundo, más directamente política, ha sido llamada "cretinismo parlamentario". Partidos y gobernantes creen, o mejor dicho, hacen creer que creen, que todos los males sociales pueden ser superados mediante la promulgación de leyes, mandatos que, cual mágico conjuro, son capaces de transformar la vida de la gente. Por ejemplo, si millones de familias no tienen casa, la solución es facilísima: simplemente se promulga una ley que consagre el derecho universal a una vivienda digna. Y problema resuelto. Tratándose del poder, ninguna cuota, por excesiva que sea, es capaz de satisfacer a quienes lo detentan.
Por un atavismo irrefrenable, siempre procurarán incrementarla. Para el caso no importa que sea a través de medios ilícitos o lícitos; aceptables o reprobables. Poder formal y poder real son conceptos afines. El formal lo determinan las leyes; el real, los hechos. En el fondo, aunque diferentes, son complementarios. Morena aspira a lograr el monopolio del poder real. Ha encontrado resistencia a su acción. La fortaleza del sistema jurídico, Poder Judicial de la Federación, algunas instituciones autónomas y una clase media informada lo han impedido. Las leyes son limitado su acción.
Morena, usufructúa gran parte del poder formal: de hecho, ejerza el poder real con pocos obstáculos. Aspira a tenerlo todo: que no haya, en lo interior, alguien con quien compartirlo o que pueda neutralizar su acción. Esto mismo se observa por lo que se refiere a la duración de la titularidad del poder: real o formal. Siempre está latente la idea de perpetuidad. En teoría del poder, para quienes lo detentan, la no reelección es antinatural; lo es, aunque se tenga conciencia de que el tener que soportar una autoridad excesiva, sin límite de tiempo, finalmente, derivará en violencia. Pocos dictadores o facciones gobernantes están dispuestos a renunciar a un ejercicio perpetuo de la autoridad. El dominio vitalicio va con la naturaleza humana.
En todo Estado la concentración excesiva o prolongada del poder es la causa natural de la destrucción y desplazamiento del titular en turno. Nadie, por sí, renuncia a la autoridad absoluta.
A mediano plazo, se debe buscar un cambio en la aprobación de las sentencias de inconstitucionalidad; disponer que tengan efectos por simple mayoría, sin importar el número de votos con que sean aprobadas. Una minoría no debe tener poder para impedir que prevalezca el criterio de inconstitucionalidad basado en el criterio de una mayoría especial y sujeto a la voluntad de ministras y ministro "agachón o agachonas".
Insisto: tratándose de cuestiones de constitucionalidad, una minoría no debe estar en posibilidad de obstaculizar y, mucho menos, hacerlo de manera sistemática o por razones políticas. Es de reciente dato la concentración de poder político alcanzado por Morena. Eso incide en la actuación de sus miembros.
El dominio ideológico es el peor de los dominios, pues no requiere cadenas ni cárceles tangibles; entorpece el pensamiento paraliza la mente, rinde la voluntad.
Duro regaño de juristas y politólogos a los diputados de Morena por "inexpertos". Hablando de la reforma judicial morenista que busca elegir a ministros de la Corte por voto ciudadano, la politóloga de la UNAM Karolina Mónika Gilas les hizo ver que han incurrido en "un exceso de reformismo", y lo grave, es que los legisladores "no se hacen acompañar de expertos especialistas". La jurista universitaria Pilar Hernández los llamó a actuar " con mesura, con madurez, con responsabilidad" y hasta les pidió no incurrir en "complacencias"
Es más, La academia les advirtió que no deben olvidar que "las mayorías de hoy serán las minorías de mañana". Lo malo es que seguro el llamado de atención les entrará por un oído y le saldrá por el otro.
El refranero popular ofrece, por su parte, toda una serie de paremias, algunas muy significativas, refiriéndose al gran valor de la sabiduría frente al nulo valor de la
necedad. "Hablar con necios es desperdiciar el tiempo. Es evidente que frente al concepto de sabiduría y de inteligencia está el de la necedad, insensatez, simpleza o falta de seso.
El inciso 3ro de la fracción VIII del artículo 35 constitucional, en su parte relativa, dispone: "No podrán ser objeto de consulta popular la restricción de los derechos humanos reconocidos por esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el estado mexicano sea parte, ni las garantías para su protección, los principios consagrados en el artículo 40 de la misma, la permanencia o continuidad en el cargo de los servidores públicos de elección popular; la mentira electoral. Cuando se propone que los miembros del Poder Judicial sean electos, se está aludiendo a una materia electoral. Proponerlo es violatorio del precepto transcrito y llevarlo a cabo es algo más que imposible. Me explico.
De seguir adelante el procedimiento, mientras no se reforma el apartado 3 de la fracción VIII del artículo 35 constitucional, habría un obstáculo insuperable: es la Suprema Corte la única competencia para calificar sobre la constitucionalidad de la materia de la consulta. En el caso, la Corte no podría ser juez y parte, no habría una autoridad que tenga competencia para hacer la calificación de la pregunta.
En 1857 el sistema de elección de los ministros de la Corte no se abandonó porque fuera afortunado y derivará en la elección de ministros imparciales y apolíticos. Se prescindió de él por ser un peligro para la administración de justicia. Los defectos de la propuesta ya los habrían resaltado, Don Emiliano Rabasa en 1912, en su obra La Constitución y la dictadura. También pronto se eliminó el sistema previsto en el texto original de la Constitución de 1917.
En otro orden de ideas se ha oído de todo. En un extremo, que Morena y aliados ya ganaron las elecciones de 2024 y que el triunfo del Edomex lo demuestra. En el otro, que la alianza será competitiva y que la moneda está en el aire. Sin escatimar el triunfo de Morena y aliados en el edomex, Lo importante es lo que aprendan los polos opositores de esta elección y, en menor medida de la de Coahuila.
Por lo pronto, me sostengo en la tesis de que la moneda está en el aire. Claro, bajo ciertas condiciones. Nunca estorbo un buen candidato (a), pero son las estructuras de movilización de los partidos, sus estrategas y la cantidad de dinero que corre bajo la mesa, mayormente a cargo del partido gobernante a nivel nacional, lo que define una elección. Ratifico: los otros dos factores fundamentales son la participación y la unidad entre los partidos.
Para los partidos de la alianza obradorista, las noticias no pueden ser mejores. Aprendieron que adelantarse a los tiempos electorales los beneficia, que las
elecciones de estado pagan, que la alianza beneficia a los tres coagulados, y que vale la pena se viole la legislación. Los que dicen que lo ocurrido en el Edomex no importa, andan muy erradas.
Una cosa es que no se han definitorias del 2024 y otra que no se puedan derivar de ellas conclusiones, por cierto, muy poco democráticas. Para el PRI, nacional y local, no pueden ser peores. La candidata era de ese partido, perdieron su bastión más emblemático y pasan a ser la tercera fuerza electoral. Su posición queda debilitada de cara a la coalición opositora rumbo a 2024. Pero, no hay que confundirse, está lejos de ser anulada.
Su participación en la posible Alianza Va por México sigue siendo imprescindible como antes. Así como morena y el presidente aprendieron ciertas lecciones.
Va por México debe aprender las propias. Además de la unidad, habría que aprender que hace falta derrotar el abstencionismo. Y, tercero que el tiempo es oro.
La sucesión exige abrir espacio a los jugadores y cerrarlo al convocante. La autollamada 4T está a prueba: el principal adversario de Morena no está fuera sino dentro. Desde que México aceleró su tránsito a la democracia, a mediados de los años 90, el cambio de partido en el poder se convirtió en el signo de los procesos electorales.
Desde entonces, tres de las cuatro veces que se ha votado por el Presidente de la República, el resultado ha sido la alternancia. Lo mismo, en tres cuartas partes de los comicios para gobernador. Morena se ha beneficiado enormemente de la tendencia de los ciudadanos de castigar a los partidos gobernantes con el voto.
Lo que está por verse es cómo le irá a Morena cuando comience a volver a las urnas para refrendar las gubernaturas qué tiene. |
|