Con solidaridad y respeto a Cuitláhuac García Jiménez, Eric Cisneros Burgos, Ricardo Ahued Bardahuil y Rafael Hernández Villalpando.
. Me vino a la cabeza esta cita: A la espera de Ulises, su esposo, que había partido a la Guerra de Troya hacía 20 años, la fiel Penélope se ve asediada por quienes, considerándola viuda, aspiraba a su mano y a tener acceso a su considerable fortuna. Para entretenerlos y ganar tiempo, Penélope les hizo la promesa de que cuando terminara de tejer un hermoso manto daría el sí a alguno de ellos. Como en realidad tenía la esperanza de que Ulises regresará o en todo caso quería permanecer sola, Penélope teje durante el día el manto para deshacerlo durante la noche. Su espíritu pervive.
Dice una frase por ahí del economista Yuri Gorbaneff, que “si el modelo contradice la realidad, peor para la realidad”.
En efecto, la política es un ejercicio de suyo agresivo. Es una práctica de ataque y de defensa que llega a ser despiadada y cruel.
No es exclusivo de ningún sistema político, sino que acontece en todos, independientemente de su naturaleza o de su signo, en las democracias o en las dictaduras; en los países liberales y en los conservadores; en los desarrollados y en los atrasados.
Cero y van tres. Tres ocasiones en las que el Presidente AMLO llega a acuerdos con los representantes de los empresarios como Carlos Salazar, Carlos Hank Rohm, Manuel Contreras, Gustavo Baca, José Luis Suárez, Manuel Muñozcano, Rogelio Jiménez Pons, Oscar de Bueno, Alejandro Fernández Ruiz, Daniel Salomón, David Shamosh, Eduardo Osuna, tres ceremonias de postín para anunciar los nuevos consensos y por lo menos tres ocasiones en la que en menos de un día el gobierno envía señales que contradicen las intenciones y promesas de invertir.
Pesé a tanto convenio y programas firmados, la economía no sólo no crece, sino se contrae. ¿Solución?. Crear un Gabinete para el Fomento a la Inversión y el Crecimiento Económico, a cargo de Alfonso Romo. ¿Hacienda se dejará coordinar?. ¿Energía se dejará coordinar?. ¿Comunicaciones se dejará coordinar?. ¿Medio Ambiente se dejará coordinar?. Ver para creer.
Las obras clásicas lo son porque retratan arquetipos de la conducta humana indiferentes al paso del tiempo. Si queremos crecer habrá que recordarle a Penélope, que ya está con Ulises y que no es necesario que desteja.
Vivimos en una sociedad muy polarizada. Hemos dejado que la mayoría de los rincones de nuestra vida se llenen de confrontación y discusiones que, sino logramos controlar, nos llevarán a una terrible erosión de los valores básicos de convivencia democrática.
Sabía usted amable lector que AMLO aseguró, “Habrá libertad empresarial, libertad de expresión, de asociación y de creencias; se garantizarán todas las libertades individuales y sociales, así como los derechos ciudadanos y políticos consagrados en nuestra Constitución, lo anterior lo manifestó el 1 de julio de 2018.
Son embargo, hasta ahora el presidente no ha estado a la altura de su promesa.
Con frecuencia deslegitima a la prensa, lo que socaba la libertad de expresión. Una y otra vez ha utilizado expresiones despectivas para desprestigiar la labor de periodistas que lo presionan, que lo cuestionan, que lo increpa desde distintas arenas.
Así, su papel en la sociedad informar y ser contrapeso del poder queda debilitado.
Lo anterior preocupa además, porque incrementa la vulnerabilidad en la que ya de por sí viven muchos de los periodistas en México. A causa de la presión que ejercen los grupos del crimen organizado, México corre el riesgo de convertirse en una zona de silencio. De hecho hay regiones del país que ya lo son.
Con la amenaza de plata o plomo se ha silenciado a los comunicadores, a los portavoces de la realidades de este país.
El informe 2019 de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos reconoce que, aunque la crisis de violencia está extendida y generalizada, con frecuencia quienes están en la mira son los indispensables para dar a conocer el contexto de inseguridad, corrupción y crimen: los periodistas. Subraya que los asesinatos y desapariciones, ataques físicos y psicológicos que forman parte de testimonios recogidos por lo relatores especiales, dañan no sólo a las personas que trabajan para los medios de comunicación “sino también al derecho del público a saber”. Quien quiera conocer a detalle la profundidad del drama, puede leer el estudio que publicó la Comisión, llamado Zonas Silenciadas, regiones de alta peligrosidad para ejercer la libertad de expresión. En efecto, el peso del crimen organizado como factor de riesgo es central, pero también hay que señalar, repito, la violencia institucional contra comunicadores.
La amenaza se perpetra desde estos dos frentes.
Más allá de la retórica agresiva, ¿de qué otra forma a respondido el Estado mexicano a esta realidad?. Con el retroceso.
Me refiero no sólo al débil mecanismo instituido para la protección de periodistas que no ha servido del todo para brindarle protección a los que están en riesgo ni tampoco para atender las causas de esa violencia.
También señaló las insinuaciones, por lo pronto son sólo eso, porque están plasmadas en un borrador filtrado de un Código Penal Único, de reinstalar los delitos que se han denominado “contra el honor, difamación, calumnias, injurias”.
Esos delitos se habían derogado del Código Penal Federal en 2007 y en 25 entidades federativas. Actualmente sólo siete entidades los mantienen vigentes.
Han sido objeto de múltiples recomendaciones, informes y resoluciones por parte de organismos internacionales, con la finalidad de que sean derogados en su totalidad, puesto que la pena de prisión nunca resulta adecuada ni proporcional.
En dicho borrador, ciertamente no se hace referencia a los delitos contra el honor, pero implícitamente se encuentran contenidos bajo el capítulo de “Delitos contra la Justicia Cívica”, cuyo contenido es ambiguo.
¿Cuál es el propósito?. ¿Silenciarnos?.
El presidente debería ser mesurado y responsable cuando se dirige a la prensa.
Sus dichos lastiman la labor periodística y promueven la autocensura y el silencio.
A la amenaza de plata o plomo de los criminales no puede sumarse la amenaza institucional.
El silencio no es opinión.
Me equivoque. En algunos años de escribir en los medios y redes sociales toque una fibra sensible. Incluso se sintieron aludidos quienes, pudiendo serlo, son los menos elitistas que conozco. Saben que pueden hacer más y eso me anima.
Frecuentemente hablamos de dos México, es un país polarizado. Hay un México de quienes lo tienen todo y otro numeroso de quienes nada tienen. Hay un México que espera a que el gobierno y gobernantes marque la pauta, otro que hará y emprenderá independientemente de éstos.
También hay un México que está convencido de que no hay solución, de que padecemos problemas inexplicables, parte de nuestra esencia, “culturales”, y otro, a quien convocó que sabe que se puede más que el cambio no es fácil, pero si posible, que lo provocan ellos, convencidos de que los derechos se reclaman, de que activismo constructivo genera cambio. Nadie escoge donde nace. Tolstoi decía que “todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a él mismo”.
Depende de nosotros impedir que por omisión o decidía forcemos a nuestros hijos a vivir en medio de corrupción e impunidad.
Demostremos que merecemos más. No tenemos el derecho a decirles a nuestros hijos y nietos que nos dimos por vencidos porque el cambio era imposible.
Y para finalizar como no existen testimonios de la época, resulta muy difícil saber cómo era el mármol del Senado Romano o como eran los gritos de delirio por parte de los emperadores, quienes cuantas más barbaridades hacían, mejor. Tampoco existe constancia sobre en qué recodo del camino se preparaban los complots que los dictadores falsamente, en nombre de la democracia, buscaban llevar a cabo, con el objetivo de acabar con ella. La historia es cruel y lo es porque la crónica de nosotros, seres que, por naturaleza, somos crueles.
Si Julio Cesar no hubiera sido asesinado, el Cesarismo nunca hubiera existido. Mataron a uno de los líderes más importantes de la historia romana, buscando borrarlo del recuerdo y lo único que consiguieron con su muerte fue reinstaurarlo. Porque al final, la tentación autocrática, el estar por encima de la ley, el ser no solamente el primero de todos nosotros, sino además el superior, es una tentación que rara vez se puede dominar. |
|