Con solidaridad y respeto a Cuitláhuac García Jiménez, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, Ricardo Ahued Bardahuil y Rafael Hernández Villalpando
Según Kant, la educación sin experiencia está vacía, lo que el profesor Jaime Nubiola complementa señalando que la experiencia sin educación es ciega.
En el México actual estamos deseosos de experiencias, vivencias y sensaciones. Sin embargo, si no somos capaces de dotarlas de contenido, de colocar cimientos firmes sobre las que puedan adquirir relieve y consistencia, estamos destinados a viajes agitados y sin rumbo.
La lectura y la educación son plataformas que pueden dotar de sentido la experiencia.
El futuro de un país descansa más en una población educada que en los medios tecnológicos. En personas educadas que sepan usar esos medios.
La lectura es, en principio, más ardua que ver videos, en esa comodidad, descansa nuestra inclinación a la pantalla.
Sin embargo, el hábito de leer, una vez cultivado, se convierte en una increíble fuente de imágenes, reflexiones e ideas.
Termina siendo, también, un descanso. Por si fuera poco, la lectura nos hace más libres, amplía nuestra capacidad de apreciar y vivir experiencias distintas.
Disponerse a la lectura cuesta, pero estoy convencido de que estos pequeños esfuerzos, además de regalarnos invaluables momentos de gozo en el tiempo inmediato, nos reportarán muchos y muy interesantes frutos en el largo plazo, que sería un desperdicio desaprovechar.
La Vida Nueva, obras del premio Nobel de literatura Orhan Pamuk, comienza con una frase sencilla y maravillosa: "un día leí un libro y toda mi vida cambió".
Muy difícil resulta comentar sobre el corto periodo del nuevo gobierno, ha pasado ya una décima parte de esta administración. La experiencia y la opinión de los expertos indican que por lo general el periodo de luna de miel de los gobernantes electos dura unos 6 meses. En esos meses cuando los presidentes echan a andar sus planes más ambiciosos impulsan sus piezas de legislación más polémicas y definen desde temprano Cuál va a ser el tono de su administración.
El presidente claramente ha rebasado ese umbral.
Ni jauja ni desastre, aunque apologistas y críticos pretenden lo contrario.
AMLO está buscando un proyecto de largo plazo. Fue explícito señalando que, aunque eventualmente, pudiera perder las siguientes elecciones presidenciales tiene la intención de asegurar que los cambios no puedan echarse para atrás. Le importa más la permanencia de los cambios que los resultados electorales.
Con el paso del tiempo, los errores de gobierno se van acumulando, los resultados no siempre llegan, las limitaciones personales se hacen más evidentes, los chistes se repiten, las ocurrencias se chotean, y lo que antes parecía promisoria esperanza se vuelve triste decepción.
A medida que pasa el tiempo los medios de comunicación y las redes sociales, que fundamentalmente publican y difunden malas noticias, acaban debilitando el entusiasmo de los simpatizantes.
¿Sería recordada la administración de AMLO como una verdadera transformación de la vida pública? ¿O será más de lo mismo ensalzado con una buena dosis de retórica?
El tiempo lo dirá. Lo que sí hay es una reducción de los privilegios de la alta burocracia y un cambio radical en el estilo de gobernar y de comunicar. Que esto sea la antesala para erradicar la corrupción y la impunidad, está por verse.
Pareciera y ese es el indicador de éxito que el presidente debe valorar más: si el pueblo está feliz es porque vamos por buen camino.
Sólo que la popularidad o la esperanza es parte de la ecuación del éxito de un gobierno. Lo que al final de la noche la gente realmente valora es tener un trabajo digno y vivir en un clima de seguridad.
Y ambas variables: crecimiento y seguridad son las mayores flaquezas del gobierno que apenas empieza. Flaquezas ciertamente heredadas pero que ahora ya son propias. ¿Alguien sabe de manera puntual lo que al final del presente gobierno se habrá deteriorado o destruido o fortalecido de esa constelación de instituciones que por economía del lenguaje llamamos Estado?
Uno de los objetivos inmediatos que debe plantearse este gobierno es el de la reconciliación, palabra que surgió desde la noche del triunfo electoral. La unión nacional se encuentra fracturada en estos momentos.
Alcanzarla y consolidarla se convierte en prioridad. Sin ella, el desarrollo pleno del país se verá como un punto lejano en el horizonte. A la 4ta T le hace falta certidumbre y seguridad. La diferencia es que una cosa es esgrimir un discurso y otra enfrentarse a la realidad.
A un año de la elección de 2018, establece el dato más revelador de la cuesta Mitofsky es que 75% de la población considera que está que el presidente opte por "privilegiar la visión hacia el futuro y no castigar a corruptos".
La corrupción está en el corazón de la inequidad, la inseguridad, los malos servicios públicos, la injusticia y la impunidad.
No todos son males de 36 años. El gobierno anterior los exacerbó. Como bien apunta Roberto Zamarripa, pareciera que el sexenio de Peña no existió, "salvo para entregar las llaves".
Un país de leyes y Estado de derecho no puede nacer de tan sólo poner la visión en el futuro. Si la 4ta T acaba con la impunidad, habrá iniciado una nueva y mejor etapa en México. La tarea pudiera parecer sencilla, pero no lo es.
Es incorrecto afirmar que un año después en México se vive una transformación histórica. Ese término le queda grande a una serie de decisiones de las cuales no se puede aún predecir sin desenlace. Para bien y para mal.
Tenemos las variables de la deuda, el déficit y la inflación es un horizonte estable por ahora.
Ciertamente los columnistas somos críticos frecuentemente de las decisiones tomadas por parte del ejecutivo federal y que bueno; criticar es la forma de ayudar a que el Gobierno Federal tome mejores decisiones especialmente en un entorno donde los contrapesos están muy diluidos.
No obstante, también hay que reconocer los aspectos positivos que se han dado durante esta administración, entre otros, la eliminación de los excesos en el Gobierno Federal, el aumento de los salarios reales, el apoyo al T-MEC, mantener en niveles aceptables el déficit primario, la pensión universal a los adultos mayores, la incorporación de los jóvenes al mercado de trabajo formal y la apuesta por el desarrollo del sur-sureste para equilibrar el desarrollo regional.
La Región Sur-Sureste está conformada por nueve estados. Apostar por equilibrar el desarrollo impulsando esta región es una buena apuesta, porque si la región fuera una entidad federativa concentraría los más elevados índices de pobreza extrema del país (17%).
La región concentra el 28.4% de la población, pero sólo aporta el 17.9% del PIB no petrolero y el 15.20% de los asegurados en el IMSS, lo que muestra la presencia de una elevada economía informal de baja productividad.
Pero no sólo se trata de la región con mayores rezagos en el país, en pocas palabras: nuestro país está haciendo cada vez más desigual.
Nada en la vida es siempre color de rosa. Eso incluye a la economía.
"Es importante tener una política y una visión de largo plazo, pero el éxito de largo plazo, será la suma de las decisiones correctas que tomemos en el corto plazo".
En las democracias, los conflictos se superan con base en un ejercicio dialógico, constante, reiterado y persistente.
Se realiza con todos los grupos sin importar ideologías o preferencias de cualquier tipo.
Su máxima expresión tiene lugar cuando del debate y la discusión, potenciales generadores de confrontación, que invariablemente es estéril, se trasciende a la deliberación, punto en que todas las partes en diferencia encuentran la coincidencia, objetivo último de la política.
En la comunicación con los empresarios, AMLO no ha dudado en poner al país por encima de todo " tenemos que defender los bienes y los intereses del pueblo de México". Este es para él un deber irrenunciable, como lo es el derecho de los demás a ser escuchados.
En la racionalidad, en la democracia y la política que se imponga la razón y que se aplique la ley.
En esa lógica, que debería ser una práctica permanente, se encuentra uno de los anhelos presidenciales más caros que es consumar lo más rápido posible la obra transformadora en la que está empeñando a fin de convertirla en sus propias palabras, "en hábito democrático, en forma de vida y en forma de gobierno"
Además, el mensaje que ha enviado AMLO a la comunidad financiera internacional al evitar momentáneamente el arbitraje entre la CFE y varias importantes compañías para dirimir sus desavenencias, es positivo, alentador y seguramente generará la confianza por la que tanto claman la sociedad y en especial los inversionistas. |
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