Desde mi punto de vista septiembre ha sido, a menos para mí, el punto de quiebre de los años. Realmente este mes supone la vuelta del curso, no solamente escolar, sino de la actividad en sí misma. Es el mes en el que da la impresión de que los relojes se han puesto de nuevo en marcha para que cada uno hagamos lo que nos corresponde, suponiendo que en esta era alguien sepa qué significa eso.
Pero antes de seguir con este artículo quiero ofrecerles una disculpa por no hacer el ejercicio de empeñarme a desear que el mundo sea como fue y no como lo es en estos momentos. Me disculpo por no ser capaz de superar lo que se esperaba de quienes nos auto llamamos analistas, por parte de quienes no hacen el favor de leernos.
También pido su comprensión por no ser capaz de dejar atrás lo sucedido y de buscar sobreponernos ante este momento para poder construir una línea de pensamiento que ayude a salir de donde se está, o al menos que permita sobrellevar la situación actual mejor que como se está realizando. Sí, todo cambió, porque nunca antes pensamos que tendríamos las condicionantes que ahora tenemos.
Porque aunque se quisiera seguir luchando contra la corrupción y pese a que eso sea una condición sine qua non para poder seguir viviendo, nada nos garantiza que la corrupción de éstos tiempos no será todavía peor y más grave que la del pasado.
Pero sobre todas las cosas seguimos lamentándonos por lo sucedido, porque por cada lágrima derramada, por el ayer que leo y por cada planteamiento acerca de todo lo que perdimos, en mi cerebro sólo resalta una pregunta: ¿en dónde estábamos cuando permitimos todas las barbaridades que hicieron, que facilitaron que una situación como esta se presentara?
Ya lo dijo la madre del rey Boabdil cuando éste perdió Granada: “no llores como mujer lo que no supiste defender como hombre”.
Nosotros como país hemos perdido el norte y ahora es importante saber que este no es tiempo ni de las grandes venganzas ni la noche de los cuchillos, porque aquí simplemente contamos con el amanecer de una mañana, de una carpeta en la que repentinamente podemos pasar a ser enemigos del pueblo, tal y como sucedió en la época de Robespierre.
Y es que viendo todo lo que está sucediendo a partir de aquí, ¿cómo debemos analizar la política? ¿Cómo serán las siguientes campañas electorales?
El Covid-19 se ha convertido en el gran elector. Ya sea por el número de muertos, por el desabasto de medicamentos o por el fracaso del sistema de salud global, esta crisis también acompañada por el hambre, la desgracia y el desempleo, nos ha condicionado de tal manera que ahora resulta imposible votar por alguien que no haya tenido que ver con esta situación.
Este año se llevarán a cabo elecciones locales en Coahuila e Hidalgo, el día de la elección será el próximo 18 de octubre.
En Coahuila se elegirán 16 diputaciones de mayoría relativa y 9 diputaciones de representación popular. En el caso de Hidalgo, se elegirá la representación de 84 municipios.
En 2021, los ciudadanos votarán por gubernaturas, diputaciones y alcaldías el próximo 6 de junio.
De acuerdo con el mapa del INE renovarán gubernaturas Baja California, Baja California Sur, Sonora, Chihuahua; Sinaloa; Nayarit, Zacatecas; Nuevo León, San Luis Potosí, Querétaro, Colima, Michoacán, Guerrero, Tlaxcala y Campeche. Así como mil 926 ayuntamientos en 30 estados.
También se renuevan 500 diputaciones a nivel federal, así como mil 63 diputaciones de congresos locales.
Se instalarán aproximadamente 164 mil 550 casillas, serán contratados más de 48 mil supervisores y capacitadores electorales, quienes visitarán a cerca de 12 millones de personas para contar más de un millón de funcionarios-as de casilla.
El 26 de agosto, el INE aprobó las modalidades de voto postal y electrónico por internet, para que mexicanas y mexicanos que residen en el extranjero puedan ejercer su derecho al voto.
Según los lineamientos del INE, el periodo para que los mexicanos en el extranjero voten, se abrirá el 22 de mayo de 2021 y se cerrará el 6 de junio del mismo año.
Los comicios de 2020-2021 implicarán la renovación más grande del poder público en la historia del país, y serán un parte aguas y un desafío que pondrá a prueba la consistencia de la democracia mexicana, en la que el INE buscará que sean recordados como el año en el que el compromiso con la democracia se impuso al desafío de la emergencia sanitaria.
Retomando el tema de la educación: El problema de tener el reflector puesto encima en los momentos de dificultad exigen medidas extraordinarias. Es que éste hace que se note y se celebre cada éxito, pero también que se condene el más mínimo fracaso.
Justamente la lógica de la justicia es que, si hay condiciones de desventaja, éstas se atajen y evitemos su reproducción, su consolidación. Somos todas y todos de igual dignidad y mismos derechos, y el ajuste debido es que no veamos como normal que alguien sufra, se quede marginado, sea olvidado o dañado. Por ello debemos poner toda la energía social requerida en que nadie nos falte, que nadie se quede atrás.
En artículos pasados abordé el abandono escolar, y en semanas pasadas dos campañas convergentes están posicionando el mensaje, que nunca será suficientemente reiterado: no abandonaremos a quienes puedan dejan de estudiar por la situación presente. Las campañas # Súbete a Este Nuevo Escolar y #Yo Tmb Me Quedo nos interpelan y nos convocan para que todos seamos apoyo de todos.
El fenómeno de la ausencia temporal de la escuela, que se convierte en permanentemente, es un mal endémico y atávico, es decir arraigado y de larga data presente en el sistema educativo nacional. Es tristemente una tendencia: revisando las dos últimas décadas, vemos que se expande la cobertura en el país de los servicios educativos, pero, aunque sumamos a miles, se nos van cientos. Cientos de miles. Y a la proyección “típica” del ciclo que concluyó en mayo, nos hacía estimar que 900 mil alumnos dejarían las aulas, alrededor de la mitad en los grados de bachillerato.
Pero se recrudece, se magnifica, se puede desbordar aparentemente en la presente emergencia sanitaria.
Los últimos meses con Aprende en Casa I - es decir, libro, televisión y para algunos plataforma y contacto con su propio maestro, la conclusión del ciclo fue un cortón, que nos hace temer por la continuidad educativa: 6.9 por ciento de los hogares reportaron inexistente comunicación con los maestros.
El 20 por ciento de los docentes no mantuvo contacto con sus alumnos y/o familias mediante celular, internet y/o Whats App, Cierre de Aprende en Casa, lo que nos lleva a estimar alrededor de cuatro millones de estudiantes en riesgo claro y presente de no continuar.
El tema es siempre multifactorial: en el encierro se aceleran las dificultades en los hogares que explotan en violaciones a los derechos de niñas y niños; se elevan las barreras relacionadas con la salud.
MI punto es que ahora es justo cuando más se necesita un presupuesto público sólido y con las debidas compensaciones para prevenir y revertir el abandono, el rezago, el golpazo socioemocional y el estrechamiento de perspectivas vitales para toda una generación de mexicanas y mexicanos.
El presupuesto es el instrumento más explícito de voluntad política: los discursos pueden ser mucho aire caliente y saliva, muchas citas célebres y conceptos conmovedores, pero es en los dineros públicos y su destino, y obvio, también y en consecuencia su manejo honesto, transparente y eficiente, donde se ven las verdaderas convicciones de un régimen.
Con la marea picada que toca contener para evitar que el formidable oleaje se arrastre a los más chiquitos, a los adolescentes en transición, a los alumnos con discapacidad, a los estudiantes de las localidades remotas, a los que están en arreglos multigrado, a quienes tenían en la escuela su primera y a veces única comida, a ellas y a ellos que en la escuela encuentran refugio y sentido de propósito, ahora, para el tremendo año escolar y fiscal que tenemos por delante, necesitamos fondos extraordinarios.
¿Qué presentó Hacienda a los representantes populares como parte del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación? Tal vez el peor presupuesto en lo que va del siglo XXI.
Becas no focalizadas por la necesidad ni ligadas a responsabilidades, en lo que parece una derrama con tintes de dádiva el contexto electoral. Cero pesos, sí leyó bien, para Escuelas de Tiempo Completo. Una burla para destinar a la formación continua de los maestros. Sin dinero para el Sistema de Gestión e Información para que, en el momento que más se necesita precisión en las intervenciones, con datos sólidos y localización, se decide desde el gobierno federal mejor ir a ciegas.
Aunque en la exposición de motivos se jura y se perjura que hay un cambio cultural que esta administración procura, y que es “no dejar a nadie atrás”, la distribución del dinero lo desmiente. Hay un riesgo gravísimo de abandono, de forma macabra, dejar atrás, si los diputados no hacen algo al respecto. Un presupuesto contra la equidad y el aprendizaje en la educación pública. No podemos dejarlo pasar así. |
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