Con solidaridad y respeto a Cuitláhuac García Jiménez, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, Ricardo Ahued Bardahuil y Rafael Hernández Villalpando
Cómo lo apunté en alguna columna, tanto son los libros y sus autores que tratan de explicar nuestra modernidad que necesitaríamos de una segunda vida para leerlos con el detenimiento y la atención que no exige la comprensión de la realidad.
La filosofía y la ciencia nos acercan al entendimiento de aquello que, por simple convención, hemos llamado "naturaleza humana".
Preguntarnos acerca de cómo nos hemos relacionado con el mundo y las transformaciones tecnológicas que esto ha provocado nos acerca a nuestra historia intelectual y del arte.
Sin embargo, en medida en que la protagonizamos dichos cambios, las preguntas también se actualizan y las respuestas no siempre llegan a tiempo.
¿Cuáles son las causas del racismo que oprime a nuestras sociedades?
¿Qué permitió que el extremismo y el pensamiento fascista, que habían permanecido agazapados en la oscuridad del tiempo, repentinamente se legitimaran en el discurso político?
Más allá de dirimir un posicionamiento ideológico entre políticas de derecho o izquierda, liberales o socialistas.
Observo somos una sociedad que nos hemos acostumbrado a creer de manera crítica en ideologías y personajes que a la postre se constituyen en verdades a medias o mentiras encubiertas en un melodrama propio de quien se asume como adalid de una causa política y, por supuesto, posible víctima de sus enemigos.
La mentira ha adquirido dimensiones preocupantes gracias a su transmisión y propagación en la televisión, el radio, en las redes sociales que, sin duda, se han sumado a los medios de comunicación más tradicionales, pero su dinámica ha venido a revolucionar la relación de los humanos con la mentira y, en particular, la de los políticos.
Parece que estamos acostumbrados a escuchar "falsedades saludables" que nos permiten darle sentido a los argumentos de nuestras posturas políticas tan dispuestas a la confrontación también alimentadas por las dramáticas posturas de los expresidentes.
El colofón nos lo ofrece el mismo Swift "las mentiras se reconocen por sus formas y modo de decirlas: ponen una mano sobre el hombro, se abrazan y estrechan, sonríen, hacen reverencias".
Se renuevan las estrategias de la mentira, no nuestros políticos.
Contra lo que muchos creen, la vida y la política son complejas y frecuentemente azarosas, estas últimas semanas AMLO ha sido particularmente cándido y transparente en sus conferencias de prensa.
Y esto hay que agradecerle, porque permite hacer un mejor análisis y pronósticos de cuáles eran los resultados de su gobierno en los siguientes años.
También confirma que el mejor peso y contrapeso para cuidar la democracia en un país, es proteger la objetividad de toda aquella información cuantitativa que nos permite evaluar el impacto a corto y largo plazo de las políticas públicas en materia económica, seguridad, financiera, energía y pobreza.
Por eso una de las prioridades debe ser proteger la independencia, por ejemplo, del Banco de México, el INEGI, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, entre
otras de las instituciones que recaban información gubernamental proporcionan reportes en forma regular y pública.
La cuarta transformación ha implementado un proyecto de austeridad que podría tener un impacto en el combate a la pobreza.
En otro contexto imagine usted, querido lector, que es estudiante en un internado,
al que llega un prefecto gruñón, exigente al grado de ser injusto, y al que para colmo de males le cae usted mal.
No un poquito mal, sino muy mal: lo ve usted como el reflejo de todo lo que está mal en el sistema educativo nacional o hasta mundial.
Si ya visualizo tan horrenda situación, ahora figúrese que durará para siempre. Que prácticamente no hay nada que pueda hacer cambiar las cosas.
Está usted atrapado para siempre, por los siglos de los siglos: sus antepasados lo estuvieron, sus descendientes lo estarán.
Bueno, pues así es la vecindad entre países.
Extraordinario libro "Prisioneros de la geografía", Tim Marshall describe muy bien lo que la circunstancia geográfica le hace a los pueblos, a las naciones.
Pero, para ser justos, los mexicanos no necesitamos de ese libro para saber lo que significa ser vecino de una LA, superpotencia global.
Pierre Trudeau lo describía como "dormir junto al elefante", aunque nosotros los mexicanos difícilmente conciliamos sueño, no vaya a ser que se dé la vuelta y nos aplaste a medianoche.
Alan Riding hablaba de los Vecinos Distantes, pero no hay distancia posible con tres mil kilómetros lineales de frontera y más de un millón de cruces fronterizos legales diarios.
Jeffrey Davidow se refería al Oso y el Puercoespín, pero no hay zoología capaz de entender la enorme variedad y complejidad de nuestros cotidianos encuentros y desencuentros.
Estamos condenados a ser vecinos, nos guste o no, nos convenga o no.
Por lo general las cosas marchan bien, pero a veces se aparece el perfecto gruñón al que aludí al inicio de este texto y es cuando se complican.
Porque si la idea del internado vitalicio puede resultar abrumadora, cuando entra en escena un personaje disruptivo, las cosas sólo pueden dar un giro para mal.
Acaba de estar en nuestro país el ayudante, el delegado, de dicho perfecto. Vino a revisar nuestros avances.
Gracias a que somos estudiantes empeñosos y aplicados salimos relativamente bien librados; no sé si con estrellita en la frente, pero cuando menos una palomita en la hoja de la tarea, suficiente para evitar mayores consecuencias.
El descuido histórico de México para con su frontera Sur nos iba a cobrar la cuenta, tarde o temprano, no sólo en lo que a la relación con Guatemala y el resto de Centroamérica se refiere, ni en cuanto a migración y los múltiples males y vicios que la acompañan. Y no se trata sólo de Trump y su animadversión hacia México, cuyas causas profundas tal vez alguien logre un día descifrar.
Aprobamos este examen, el de los 45 días.
Viene uno más, en igual periodo de tiempo que tal vez también libremos.
Nunca estaremos bien en la escuela, en el internado de nuestra vecindad, mientras no pongamos nuestra propia casa en orden.
Me llamó la atención de forma particular que algunos analistas dicen que ya estamos en recesión, otros opinan lo contrario.
También hemos escuchado propuestas para describir la situación actual de la economía como la de una "recesión técnica" o una "ligera recesión".
¿Cómo identificar una recesión?
Para el National Bureau of Economic Research, que es la institución con mayor tradición en el análisis de los ciclos económicos, una recesión tiene varias características.
Hace poco más de un mes el INEGI convocó a la información de un grupo de expertos que definan la formación de un llamado Comité para el fechado de los ciclos económicos en México.
Dicho de manera simple, se trata de la conformación de un grupo que defina claramente cuando hay recesión y cuando hay expansión. Tan simple como eso.
Es el grupo de expertos analizan en este momento las mejores prácticas en el mundo a este respecto.
Aunque parece algo accesorio, el calificar una circunstancia como "recesión" y otra como "expansión", puede tener efectos psicológicos relevantes, que influya en las decisiones de inversionistas y consumidores, y además en el diseño de las políticas públicas en México.
Más aún, las recepciones se determinan con base en indicadores mensuales, no trimestrales.
¿Será la época actual calificada como recesión en el futuro? depende fundamentalmente de tres factores, dos internos y uno externo. En la parte interna, los riesgos de una recesión se incrementarían si continúa la caída en la inversión pública y privada y si perdemos el grado de inversión.
Por lo pronto los analistas opinan que es importante actuar en el frente interno.
Esto no indica que no puede haber recesión en México en este año. Sí podría haberla.
El crecimiento no es suficiente para que haya desarrollo y bienestar, pero sí es necesario. Y sin crecimiento, el sexenio no pinta bien. |
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