Con solidaridad y respeto a Ricardo Ahued Bardahuil e Ing. Eric Patrocinio Cisneros Burgos
Ruego al lector darle vuelta a la página y expresarle lo siguiente, una gran nebulosa enrarece el panorama nacional. La incertidumbre se apodera de los espacios económicos, políticos y sociales. La ruptura y el desencuentro parecen ser los factores dominantes en la dinámica mexicana.
Día con día se abren nuevos frentes que incentivan la complejidad, catalizada por intereses, aspiraciones y ambiciones personales y de grupo divergentes en los máximos niveles de decisión que apuntan a la polarización tanto dentro como entre los diversos partidos políticos.
Nada está definido, no hay claridad en el futuro, lo único cierto es que todo es incierto. La disciplina, ha quedado demostrado, al interior de los partidos, es frágil en prácticamente todos y los intereses divergentes hacen a cada paso inviable la conformación de una fuerza opositora con la potencia suficiente para enfrentar al movimiento en el poder.
El PRI de Alejandro Moreno y Rubén Moreira tendrá que ajustar cuentas con la historia. Pero los días pasan, y parece que PAN y PRD desean correr la misma suerte que su antigua coalición.
Porque el problema con ambos escenarios es que en cualquiera de ellos el PAN y el PRD salen muy debilitados: son las variables dependientes de lo que hagan otros, un papel extremadamente incómodo sobre todo para los panistas, que hay que reiterarlo, tienen más gubernaturas, más peso en el Congreso de la Unión, pero menos colmillo.
El PAN podrá argumentar que decidió no romper desde el momento inicial de la traición de Alito porque privilegia la unidad, dado que esta da vialidad a triunfos aliancistas en las gubernaturas 2023 y en la presidencial de 2024.
La forma en que el tricolor trata a sus aliados cuenta, y mucho.
Cada hora que pase, el PAN y el PRD pierden tiempo clave para posicionar el discurso que han de promover para buscar un futuro. Todas las diferencias y enfrentamientos que tuvieron históricamente esas fuerzas con el PRI fueron olvidadas en pos del objetivo mayor de hacer frente, de contener, al López-obradorismo. Pero ya ni eso será creíble.
Muchos diputados tricolores son "huérfanos", es decir, ya no tienen un tutor político que les tire línea; otros, se reagrupan en torno a los nuevos liderazgos que existen en el seno de la fracción y los más, frustrados, usados y engañados buscan incluso dejar la bancada del PRI. Hay diputados que son fieles a su gobernador como los del Estado de México y Coahuila.
Este escenario ya de suyo complicado, podrá a los legisladores en la disyuntiva de escoger sobre cuál postura asumirán en temas torales para México, como la discusión del Paquete Económico del próximo año o la reforma electoral.
Para esos inconformes del Revolucionario Institucional se les presenta también la opción de conformar una fracción independiente en la Cámara baja, tal como ocurre en la colegisladora. Del mismo modo, es un hecho incuestionable que de los 69 diputados tricolores que integran al grupo parlamentario de este partido, su destino político es incierto, ya que para la gran mayoría ni siquiera les alcanza para la reelección.
Comenta un diputado del PRI que está evaluando junto con otros compañeros pasarse a la bancada del PRD y si las condiciones no son propicias, buscar un espacio entre los panistas.
A dos años de que se termine el sexenio de AMLO y con el "Primor" (PRI-Morena) consolidados por la abyección de Alito, se ve muy cuesta arriba en los tricolores fieles a sus convicciones, a la plataforma del partido y a sus alianzas, que aun recuperando la batuta de su partido, puedan ser una opción atractiva para los electores.
En la discusión del Paquete Económico de 2023, la fracción del PRI asegura que rechazará la propuesta del Ejecutivo, empero, su credibilidad está por los suelos, por lo que es incierto cuál postura asumirá.
Subrayaron que están en contra de la propuesta entregada a la Cámara de Diputados, porque las prioridades de México no están plasmadas en ella. Además, mencionaron que en el presente presupuesto federal no hay impulso a la economía familiar, al crecimiento económico o a la actividad productiva. "De nuevo Morena pone por delante sus intereses y no el de los mexicanos".
Todo lo demás que digan, hagan o despotriquen Alejandro Morena y Rubén Moreira, es ocioso, faccioso y mentiroso.
Cambio de tono. Cuando se habla de los "padres fundadores" de la Unión Americana, muchos los imaginan ancianos y muy unidos. En realidad, Benjamín Franklin tenía 70 años; los demás no llegaban a los
40. Y costó mucho que hicieran acuerdos, porque tenían ideas encontradas y caracteres difíciles.
Estaban muy influidos por los filósofos europeos, que desde el siglo anterior debatían sobre la mejor forma de gobernar a una nación. Habían leído a Thomas Hobbes (El Leviatán), quien exaltaba el orden que sólo podrían imponer monarcas poderosos; a John Locke (Dos tratado sobre gobierno) quién advertía que el poder del rey debía ser limitado por el parlamento para salvaguardar los derechos individuales; a Charles Montesquieu (El espíritu de las leyes), quien postulaba que sólo la separación y el equilibrio de poderes la separación y el equilibrio de poderes podía evitar el despotismo: y a Jean Jacques Rousseau (El contrato social), quien señalaba que la soberanía debería estar en el pueblo y no en un rey.
Tenían un gran interés por las repúblicas antiguas (Atenas, Esparta, Tebas, Roma) y les fascinaba leer a Cicerón, Virgilio, Salustio, Tácito y Catón. Habían estudiado detalle las repúblicas europeas (los cantones suizos, las provincias holandesas y las ciudades- Estado italianas) y les intrigaba mucho el desastroso experimento de republicanismo en Inglaterra el siglo anterior.
No querían un sistema como el de las monarquías europeas, que se enfrascaban en guerras absurdas, mientras las poblaciones quedaban sumidos en la pobreza y se revelaban.
Después de firmar la Constitución, le preguntaron a Benjamín Franklin sí habían creado una monarquía una república. "Una república, respondió, si la pueden conservar". La libertad depende, finalmente, del cuidado que los ciudadanos pongan para elegir y vigilar a sus gobernantes.
Celebramos otro año más de nuestra independencia. México está dividido. Cada día hay más pobreza. El "primero los pobres" fue un eslogan publicitario, Pero la realidad es cruel. Todos estamos en total acuerdo en que las diferencias sociales y económicas entre población y regiones es un lastre para el desarrollo nacional. También estamos contra la corrupción y la falta de transparencia, pero este gobierno no logra aclarar las fortunas de los parientes y amigos cercanos del Presidente. La transparencia es molesta. El Ejecutivo sigue con una aprobación de 60%. Muchos creen que realmente ha venido a transformar el país. Es cierto, nunca vimos tal destrucción de instituciones en tan poco tiempo. Cada vez que pienso que ya llegó a un límite surge una nueva idea para atropellar la legalidad. La presión al Poder Judicial es vergonzosa, pero los ministros se doblan. En el
legislativo y las cosas siguen igual, aún y cuando las divisiones de Morena se hacen evidentes debido a una sucesión adelantada.
Muchos piensan qué frenar el triunfo de Morena y sus aliados en el Estado de México en 2023 o en la presidencial de 2024 es imposible. El apoyo de parte del PRI al proyecto de ampliar la presencia militar en tareas de seguridad pública ha puesto en entredicho la alianza Va por México. El PAN se coloca como la verdadera oposición, pero lo que no logra aún es su unidad; sin embargo, Marko Cortés avanza. En el PRD subsisten diferencias, pero se mantiene unidad. Es el PRI de Alito el que está cuestionado y confrontado.
Mientras que Dante Delgado observa a sana distancia los sucesos que como ha expresado, le impiden unirse a una alianza cuestionada por los propios actores.
Lo imposible parece ser vencer a Morena en 2024, pero hay aún acceso a lo posible. La alianza no está muerta, porque los mexicanos la demandan. Pese a errores y confrontaciones, o superamos lo que nos divide o no podremos enfrentar exitosamente a Morena.
La pluralidad es aceptar las diferencias como inherentes a la propia esencia de la democracia. No podemos ni queremos pensar en la unanimidad, el autoritarismo o el totalitarismo en una sociedad tan diversa como la nuestra. No se trata de una tolerancia a quien piensa o actúa diferente. No se trata de conceder gracias. La pluralidad es la esencia de una democracia plural que acepta al otro, sus diferencias, en aras de un propósito común. El nuestro es rescatar a México, evitar su degradación, su inseguridad, su pobreza, su corrupción, su impunidad, su retroceso, en salud, educación, derechos humanos y muchos otros aspectos. Rescatar a México requiere de la alianza Va por México porque solo nadie gana, todos pierden, sobre todo nuestro país. Tenemos un destino común, nos guste o no, viajamos en el mismo espacio y tiempo, somos todos una promesa incumplida. El peso de la historia recaería en la incapacidad de abonar a la democracia y permitir retrocesos históricos. Aún creo en la unidad. No es un optimismo imprudente. La experiencia me ha enseñado que el futuro no existe; se convierte en realidad con la acción política, con el esfuerzo común de la sociedad, y la dirección política de un programa que a todos incluya. Por eso se requiere un amplio frente ciudadano en el que todos aporten lo que puedan. ¿Cuánto cuesta una alianza?
Lo que aporta lo necesario a una victoria. No importa cuánto, sino cómo se concreta una meta común.
México, en su historia, tiene lecciones muy claras de lo que sucede cuando el país se divide. ¿Qué hacer?
Mantener la unidad. Partidos y sociedad se necesitan.
Los primeros para poder ganar, la sociedad para tener la opción. No se trata de cualquier opción, se trata de cambiar el sistema político, con mayor pluralidad.
Así es la política. Responde a intereses y fórmula propuestas con base en estos. Tenemos todo para lograrlo. Hay que cerrar abismos de pobreza, corrupción, inversión, salarios y empleo. No es algo imposible. |
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