Francisco Cabral Bravo
Con solidaridad y respeto a Ricardo Ahued Bardahuil
Analistas han considerado que cuando no se cumplen las promesas se asoma la mentira y sonríe la incongruencia. Les faltan palabras y sobra vehemencia a quienes, desde su más elemental fanatismo, son capaces de construir todo un aparato "filosófico" para justificar cualquier acción, todo acto y discurso de quien consideran su prócer, su inobjetable líder, en la contienda que plantea el maniqueísmo más burdo y populista. Nadie debe perder de vista que, en el fundamento de este tipo de interpretación de la realidad, persiste un mecanismo que capitaliza, con creces, la injusticia, la desigualdad, la corrupción y todo aquello que ha afectado a una sociedad a lo largo de su propia historia. Se sabe que, empleando el lugar común que, en este caso, adquiere implicaciones trágicas, ese contexto es tierra fértil donde crecen el odio, el resentimiento y la idolatría que mueven a los seres humanos. Así, bajo esta perspectiva, quien promete soluciones y un ajuste de cuentas con el pasado y el presente, se erige como el protagonista de un caudillismo que no dudará en articular su discurso bajo la retórica del blanco y negro, de los buenos y los malos, de los conspiradores y los lastimeros defensores del "bien", de colocarse la etiqueta de la victimización en la frente cuando los cuestionamientos y las críticas señalan no sólo sus carencias o errores, sino su propia falta de congruencia. ¡Y vaya que en este país hemos sido muy propensos a celebrar el papel del caudillo sin importar de quién se trate!
Por cierto, no deja de ser inquietante que este mismo mecanismo se replique dentro del crimen organizado, en el que se ensalzan y proclaman los nombres de quienes son sus dirigentes, firmas que no necesitan documentación administrativa o la piedra angular de la democracia para exhibir su poder. Tampoco es casualidad que las
comunidades arropen a quienes han logrado sustituir al Estado en muchas de sus funciones.
Sabemos que, precisamente, la clase política ha crecido bajo la tutela de la mentira. Si las promesas fueran el parámetro de sus logros y de sus embustes, no cabe duda que obtendríamos estadísticas fáciles de interpretar. Quizá por ello, durante este sexenio, se comienzan a perfilar las grandes mentiras que definirán su paso por la historia.
Así, en esta obra, digna del esperpento teatral se configuran aspectos que son como nubarrones en el futuro del país. En otro contexto la humanidad se encuentra en riesgo, estamos viviendo uno de los momentos más oscuros de la historia reciente. Desde el año 2020 comenzamos un periodo de crisis permanente que no nos da tregua.
La pandemia de Covid-19 cobró la vida de 6 millones 881 mil 955 personas, estimaciones de la universidad norteamericana Johns Hopkins.
La guerra en Europa, entre Rusia y Ucrania, ha generado, hasta finales de julio de 2023, el éxodo de 6.3 millones de ucranianas a toda Europa, y ya se había superado el medio millón de personas fallecidas y heridas por el conflicto bélico.
Como si lo anterior no fuera suficiente iniciamos el mes de octubre con la activación del conflicto bélico entre Israel y la milicia islámica de Hamás, la cual ha cobrado la vida de más de 3 mil personas y diariamente siguen multiplicando estas cifras.
En este contexto global, el continente americano vive una gran paradoja, por un lado, es un hemisferio en donde priva la paz entre sus países, no tenemos conflictos armados por cuestiones limítrofes, litigios territoriales o actos lesivos a la soberanía territorial, los países de nuestro hemisferio han optado por utilizar los mecanismos diplomáticos para resolver sus controversias, prevaleciendo el principio de resolución pacífica de los conflictos.
Sin embargo, a nivel doméstico, nuestras naciones padecen el flagelo de la violencia y la criminalidad.
América Latina y el Caribe es la región más desigual del planeta y la segunda región, a nivel mundial, con el mayor número de homicidios intencionales. El ranking global de las ciudades más violentas e inseguras lo integran, en su mayoría, urbes latinoamericanas y caribeñas.
Ante el recrudecimiento de la violencia, el mantenimiento de la paz hemisférica, el diálogo y la resolución pacífica de conflictos son principios fundamentales de la OEA que se ven reflejados en su Carta constitutiva, así como en la Carta Democrática Interamericana.
Desde 2004 la OEA constituyó la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia, que lleva adelante un acompañamiento amplio y permanente a la política de paz que opera a lo largo de 215 km de terreno.
Desde su creación, ha logrado ayudar al mantenimiento de la paz y no se ha registrado ningún enfrentamiento significativo entre las fuerzas militares de ambos países, además de promover negociaciones diplomáticas para solucionar el conflicto.
Finalmente como lo señala el secretario general de la OEA, Luis Almagro, solamente cooperando entre todos podemos generar un sistema que nos brinde las garantías necesarias para vivir en paz y preservar las libertades fundamentales.
Mantener la paz y fortalecer nuestras democracias es un compromiso civilizatorio al que debemos adherirnos. Sólo con paz, tolerancia y diálogo saldremos adelante de este momento tan oscuro.
En otro orden de ideas es evidente el ocaso y declinamiento católico en el mundo. Por ello Francisco ha propuesto una metodología diferente para que la Iglesia sitúe su papel pastoral ante una realidad cambiante.
El Papa sostiene que la Iglesia requiere unidad, humildad y discernimiento para convertirse en un lugar de acogida para todos. A su vez enfrenta la disidencia de cardenales ultraconservadores que pretenden boicotear el inédito ejercicio propuesto por Francisco.
El sínodo sobre Sinodalidad 2023 es el evento religioso más importante convocado por el Papa Francisco. A poco más de 10 años en el pontificado, Francisco realiza una gran asamblea religiosa para afrontar la relación entre la Iglesia y la desbordante realidad contemporánea.
Un sínodo es una asamblea de obispos convocada por el Papa para deliberar temas vitales, cuestiones de urgente necesidad o problemas que requieren de la orientación doctrinal al más alto nivel de la Iglesia.
Del 4 al 29 de octubre de 2023 se realiza la primera parte del Sínodo de los Obispos, en su XVI Asamblea General Ordinaria, para tratar el tema: "Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión".
La circunstancia en Europa y América Latina es poco favorable a la catolicidad. Descenso de fieles, falta de vocaciones, escándalos de pederastia han minado la institución.
El cristianismo en Europa sigue siendo la religión predominante durante siglos. Sin embargo, la descristianización, ateísmo, agnosticismo, indiferencia religiosa, pluralismo religioso, católicos no practicantes, catolicismo de costumbre se imponen en el viejo continente. El problema no es sólo la caída de las creencias religiosas, sino el desapego a las instituciones. Lo que diga o deje de decir el Papa les tiene sin cuidado a los jóvenes europeos.
En América Latina, el panorama también es desolador para un catolicismo en modo ocaso.
La socióloga chilena Sofía Brahm presentó un ensayo revelador, titulado:
"Realidad religiosa de Latinoamérica", publicado en 2022.
Su primera constatación fuerte es que desde 1995 la identificación de la población hacia la Iglesia católica ha disminuido por toda la región.
En contrapartida, hay un marcado incremento en los miembros de las iglesias evangélicas en 26% y el número aumentó de aquellos individuos que no forman parte ni se identifican con ninguna religión organizada. El panorama es preocupante para la Iglesia católica.
Necesita cambios y nuevas hipótesis pastorales porque su sobrevivencia está en juego. No es casual que Francisco cite a Juan XXIII, impulsor de cambios en la Iglesia.
¿La iglesia necesita aggiomarse de nuevo? ¿Abandonar su anquilosada actitud clerical? ¿abrirse con mayor osadía al mundo actual?
Los opositores al Papa Francisco pretenden evidenciarlo. Preguntaron si los dogmas de la Iglesia deben ser reinterpretados en función de los cambios culturales y antropológicos en boga. Si la práctica de bendecir las uniones entre personas del mismo sexo concuerda con la Revelación y el Magisterio. Y si las mujeres deben ser ordenadas. El Sínodo recién empieza y los jalones ya están a la vista.
Una de las pautas que han distinguido al actual papado es su especial preocupación por el cuidado de nuestra casa común, frente a las dinámicas de producción y consumo características del actual modelo civilizatorio que han puesto al planeta al borde del colapso. Desde el inicio de su servicio como obispo de Roma, Jorge Mario Bergoglio envío un poderoso gesto de esta vocación con la elección del nombre de Francisco como símbolo de su adopción del estilo de San Francisco de Asís, cuyo testimonio de fe encontró en la frugalidad, en el servicio a los pobres y en la hermandad con la naturaleza un modo privilegiado de alabar a Dios.
El 4 de octubre pasado, precisamente en la festividad de San Francisco de Asís, el Papa publicó una nueva exhortación apostólica titulada Laudate Deum, que se traduce como Alaben a Dios. |
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