Con solidaridad y respeto a Cuitláhuac García Jiménez, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, Ricardo Ahued Bardahuil y Rafael Hernández Villalpando Los populismos de la izquierda o la derecha crecen y se multiplican en el país. Como decía mi abuela: la estupidez, como el amor de una madre, es infinita. ¿alguien conoce algún beisbolista de las grandes ligas que haya sufrido violencia intrafamiliar durante su niñez? Nos urge encontrar un boxeador, preferiblemente un campeón de peso pesado, cuya madre vivía en pobreza, que a diario buscaba dónde dejar a sus hijos para que pudiera ganar lo suficiente para alimentarlos. Tal vez el Presidente escucha a estos campeones y ojalá que entienda que desaparecer los programas de guarderías subsidiadas y el financiamiento para refugios de mujeres que sufren de violencia intrafamiliar, es una decisión cruel. Y ojalá que AMLO escucha estos campeones hombres y mujeres, porque son las voces, el clamor de quien lleva toda su vida trabajando para proteger a los más vulnerables: mujeres y niños. Y básicamente el Presidente los calló; asegurando que no podía haber intermediarios en los programas sociales por la corrupción de las organizaciones no gubernamentales. Cualquier experto le diría al Presidente que entregar efectivo a la población necesitada, sin reglas u objetivos no resuelve la pobreza, ni la violencia, ni desempleo. Pero en este sexenio los técnicos y estudiosos no tienen cabida. Esta decisión del Presidente sucede en un contexto horrorífico para las mujeres mexicanas. Las cifras de violencia contra ellas son escalofriantes. La pobreza extrema en México se acentúa en las mujeres con hijos. Estas mujeres necesitan trabajar, pero efrentan el dilema de quién cuida a sus hijos... O dejarlos solos. O dejarlos en manos de personas que no tienen ni la mínima capacitación o conocimiento en educación, salud, primeros auxilios, psicología, prevención o seguridad. Especialmente los niños que venían de ambientes de pobreza extrema eran los que más se beneficiaban del programa de guarderías. Intermediarios, sí para el béisbol, no para las guarderías y refugios. Nada para ONG o guarderías que ayudan a las mujeres más vulnerables del país. Unos lentes infrarrojos te permiten ver cuerpos emisores de calor en medio de la oscuridad. Con ellos puedes detectar animales en una noche oscura, pero no son muy buenos para ver las piedras que te pudieran hacer tropezar. Con unos anteojos de sol limitas la obstrucción visual de la luz solar, pero no te sirven para leer letra muy chiquita. Todas las ideologías son, antes que nada, formas de mirar. Lentes que nombran, ordenan e interpretan la realidad de acuerdo con ciertos valores e intereses. Todas ellas, desde luego, niegan enfáticamente su condición de parcialidad y buscan presentarse como el único sistema de claves capaz de revelar la verdad redonda, completa y cierta. En tanto organizadoras de la mirada, sin embargo, las ideologías inevitablemente alumbran en ciertos aspectos de la realidad y oscurecen otros. Igual que distintos tipos de anteojos. Tras el largo reinado del neoliberalismo periférico en México, la 4T resulta refrescante, pues rescata de la invisibilidad temas y preguntas centrales para entender cualquier realidad social. Entre muchos otros, el carácter esencialmente social de los seres humanos y, como corolario, el que antes del "hacer" está el "ser". Al respecto, Y como me señaló un amigo, el nuevo
gobierno entiende muy bien que para los millones de mexicanos en situación de exclusión, la primera necesidad es sentir que existen socialmente; es decir, que son tomados en cuenta y reconocidos como parte del grupo. La nueva mirada que llegó al poder en México alumbra, en suma, algunos temas clave olvidados dentro del paradigma neoliberal, en concreto, la pertenencia y la igualdad social. Pero así como hace visibles asuntos centralísimos de nuestra realidad, la 4T también tiene puntos ciegos. Temas que no ve, preguntas que no se hace, valores que desdeña e intereses que no reconoce como legítimos. Y a todos ellos la nueva mirada dominante los deja fuera, no los vé, y con ello los aliena. Importa apuntarlo, pues esa parte de la población mexicana no es menor, se siente íntima y crecientemente ofendida, y es el segmento del colectivo México que ha probado tener mayor garra y energía transformadora. No parece buena idea excluir y ofender a estos segmentos de la sociedad mexicana. Son parte medular de nuestra potencia colectiva posible y son también, lo que en otras latitudes termina convirtiéndose, cuando se sienten lastimados y ofendidos.
Es una buena noticia que AMLO busque ampliar la paridad, para celebrar el Día Internacional de la Mujer, pero en otros hechos registramos muy serios retrocesos. El cierre de estancias infantiles, de refugios y de comedores afecta a mujeres y a sus hijos en forma considerable y ponen en riesgo sus formas de subsistencia digna. Hay un total desconocimiento de cómo operan y de la evaluación de Coneval sobre su aporte para romper círculos de pobreza. No hubo pues mucho que celebrar en el Día Internacional de la Mujer, porque el rostro de la pobreza y la marginación es femenino, porque la violencia contra las mujeres es cotidiana, porque los niños merecen atención y cuidados aunque sus madres salgan a trabajos modestos. Los prejuicios no se pueden vencer sin información, sin diálogo y sin apertura. Esta columna cree que el respeto a la autonomía de los estados por parte de la Federación y el gobierno de la República, debe plasmarse en todos los actos republicanos, protocolarios y en la distribución equitativa de los ingresos. Esto conlleva la plena consideración a los gobernadores y sus gobernados. Los mandatarios estatales de todos los partidos, agrupados en la Conago, han mostrado el pleno respeto al Presidente de México y aunque algunos de ellos se han manifestado en contra de los superdelegados que nombró AMLO en cada entidad, Lo cierto es que le han dispensado el respeto institucional que merece la investidura presidencial. Recuerde, " la política tiene una parte escénica, histórica, muy teatral". En otro orden de ideas, hay quienes piensan que vamos derechito al infierno, rápido y sin escalas. Nos anticipan una hecatombe económica y financiera y el comienzo de una dictadura. Asumen que habrán sido los peores 100 días de nuestra historia reciente. En el otro extremo están los que suponen que estamos haciendo historia, como decía la campaña, y que comenzamos una etapa que quedará en los libros de texto, como el arranque de la cuarta transformación, comparable apenas con epopeyas como la Independencia la Reforma o la Revolución. En esa polaridad nos movemos. A mi parecer, no estamos ni en uno ni en otro extremo. Ni vamos al infierno ni hemos escrito ninguna epopeya. En este tiempo se han cometido errores pero también ha habido diversos aciertos.
Soy reiterativo, hay mucho más aciertos y también hay fallas a diestra y siniestra. Se trata de una administración que está lejos del blanco o negro. La permanencia de la violencia es un pasivo para el nuevo gobierno, pero la capacidad para generar la iniciativa de construcción de una Guardia Nacional que recibió apoyo unánime es una excelente noticia. En suma, tenemos un gobierno morenista que, como todos durante su arranque, ha tomado buenas decisiones y se ha equivocado. A gobernar también se aprende. Y no puede ignorarse que en este tiempo no ha perdido respaldo, sin que eso quiere decir que tiene la garantía de mantenerlo indefinidamente. López Obrador no ve la 4T como figura retórica, sino como un concepto de país. Construir todo sobre las ruinas de todo. Alexis de Tocqueville no está en el lenguaje de AMLO, pero está en su contexto y en la definición del poder. Las palabras las utiliza con cuidado, aunque parece desenfadado. No es un talibán ni un arquitecto del califato islámico. Su voz está cargada de balas y municiones, con una claridad religiosa que penetra el alma de los mexicanos. López Obrador es capaz de Traducir tecnicismos en eufemismos populares. Pero requiere responsabilidad y seriedad, orden y trabajo, creatividad y equilibrio. Ejercicio del poder, no abuso del poder. En el ejercicio de los dineros públicos, Palacio Nacional es el Castillo de La Pureza. Se cansa ganso que su plumaje es blanco como la nieve, y que el pantano lo secó. Esa certeza lleva a otras. El Presupuesto ahora sí rendirá. La transformación del Nuevo México Honesto ( con mayúsculas) es milagrosa. Queda podredumbre, pero es aquella que provocan otros. Ahora ese ojo cerrado se ha transformado en mirada limpia y vigilante. El titular del Ejecutivo ofrece a los ciudadanos por ende, una compleja fantasía. Con el tiempo se descubrirán nuevas cloacas, emergerán como cada sexenio nuevos ricos inexplicables, una "cuarta burguesía". En Veracruz a 100 días de gobierno, hay mayores reflexiones entre los ciudadanos, pues aunque no se crea, el ahora ya no es como el antes, sino que ahora, se exige Y con toda razón que se cumplan los compromisos para mantener la tranquilidad en la entidad. Por lo anterior, los primeros 100 días de gobierno son importantes, por lo que la sociedad comienza a reclamar sus derechos. Hoy la atmósfera está cargada de mayores ambigüedades, aún frente a sólidas certezas. Los vuelcos populares son siempre producto de emociones desbocadas, de dignidades ofensivas. Si la dignidad es buena consejera, el enojo no lo es. El problema son los resultados. En Veracruz hay muchos agravios acumulados. A todo eso agréguese la corrupción, la impunidad, la inseguridad, la falta de empleo con salario digno: entramos al dormitorio y el regocijo no tiene límite, los gemidos emergen de entre las carnes que se entrelazan y sacuden. Estamos muy ofendidos, pero de la calidad de nuestra comprensible reacción dependerá nuestro futuro. El reto de Cuitláhuac García Jiménez es conducir a Veracruz, " a la mayoría de edad", convirtiéndolo en una opción política nacional. Las cartas están sobre la mesa. |
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