Creo que algunas de las propuestas de AMLO son criticables y hay que cuestionar las con fuerza. Pero hay otras que merecen respaldo. Ni modo, si mantener una posición equilibrada e imparcial implica que uno no sea popular ni entre tirios ni troyanas, que unos le digan vendido al nuevo gobierno y otros lo cuestionen por pretender poner obstáculos a la" cuarta transformación", será síntoma de que se está haciendo un buen trabajo. De un tiempo a la fecha se blanden cuchillos y se escuchan gritos de venganza no sólo de justicia.
Dos dones dio Prometeo al hombre. El primero fue el fuego y buen uso hemos hecho del mismo. El segundo fue la esperanza. Sólo con ella podemos vivir como si fuésemos inmortales. Sólo con ella podemos imaginar un futuro mejor. Hoy México desborda esperanza por todas partes. Lo acreditan las encuestas que escrutan el ambiente político y lo refleja, de manera contundente, el índice de confianza del consumidor qué da a conocer el Inegi. Los datos de la última medición permiten identificar una disposición anímica cercana al Éxtasis. La esperanza y la confianza de un futuro mejor son el material perfecto para emprender grandes proyectos.
El citado Lord Clarck cuando se habla de sociedades capaces de fundar grandes ciudades o construir hermosas catedrales; el común denominador es que se confiaban en su futuro.
Sólo se pueden hacer grandes cosas cuando se confía en que el porvenir será mejor y que se puede edificar una sociedad más próspera e igualitaria. Celebro la disposición anímica de mis compatriotas. Son ya varias décadas que el país no mostraba este optimismo.
No es cosa menor. El pueblo emitió su acta de defunción y además está celebrando su esquela. Pero para los ganadores el desafío es también enorme. Cuando la gente piensa en un futuro mejor no tiene límites. Si el gobierno consigue no desbaratar el cuadro macroeconómico y poner en marcha proyectos que empiecen a mover la economía, podemos mejorar gradualmente.
La ilusión no debe ser defraudada y cada una de las decisiones debe, a mí juicio, operar una complicada maniobra qué consiste en conservar y renovar. Entender que una disposición tan favorable no puede desaprovecharse en pequeñas rivalidades políticas es crucial, cuando el ánimo colectivo tiene esa faz tan sonriente es momento de pensar grandes cosas. AMLO ganó las elecciones. Se espera de él grandeza para administrar y moldear esa esperanza, él encarna la unidad. Pero también se espera que tenga claridad en sus prioridades regulatorias y políticas. Nunca más volverá a tener tantas estrellas alineadas. Cada día, cada decisión, es una oportunidad de nutrir la esperanza o gastarsela. Es como cada carta que se pide, te acercas con cautela pero lo insalvable es pasarse. No podemos jugarnos la esperanza en una mesa de Black Jack. Cada carta desde la primera debe tener claro cuáles son los enemigos y cuáles los
desafíos. No veo sentido a quemar capital político en reubicación de secretarías o la defensa de prestigios abollados que lo llevan a confrontarse incluso con las estrellas de la pantalla. No le veo sentido a dividir el país contemas menores cuando las aspiraciones apuntan tan alto. Creo que con un viento tan favorable debemos pensar en grandes cosas y no en multiplicar frentes y en hacer crecer las pequeñas infamias. Los grandes procesos de cambio político están acompañados de creencias colectivas.
Si algo hemos aprendido es que la historia no puede repetirse, Simplemente porque las circunstancias son distintas.
La Ilustración, el liberalismo y las revoluciones sociales enfrentaron sus propios desafíos. Nosotros tendremos que afrontar los propios. Hoy sabemos con certeza que en la hechura de una nueva narrativa, México está obligado a dejar atrás sus vicios principales: corrupción, impunidad, violencia y la desigualdad, que son el correlato de los abusos y los privilegios. He ahí la materia prima del conjunto de creencias necesario para fundar el nuevo régimen que está en curso. Pero hay que dar la media vuelta, pues quién camina de espalda se tropieza. Dentro de los 50 puntos de AMLO para la austeridad hay de todo, como en botica.
Es un collar de ocurrencias, de lugares comunes o de acciones de difícil o imposible implementación. En otros casos, nos topamos con disposiciones que ya existen en la legislación vigente. En su vértigo, el próximo gabinete no ha tenido tiempo para hacer un diagnóstico real de la situación en los distintos sectores y comenzar a articular un verdadero plan de gobierno.
En suma: tenemos un virtual presidente electo y un virtual presidente constitucional.
Ahora lo que toca es esperar y empezar a dibujar el rumbo con caminos claros, sin muchos tropiezos y detalles para que el Plan Nacional de Desarrollo arranque en tiempo y forma y el próximo primero de diciembre el país ahora sí actúe rinda cuentas de la ruta prometida. Y no cabe duda de que las redes sociales siguen jugando un papel importante en todo este caminar.
La rapidez con la que se transita la información y la velocidad con que ésta llega a todos los rincones del país, cambian, transforman la dinámica cotidiana de la manera de ejercer el periodismo, la comunicación. Es necesario guardar los tiempos: a nadie le interesa que le vaya mal a la administración entrante, pero tampoco a nadie debería de interesarle el mal terminó de la que concluye.
A nadie conviene, en este sentido, que prosiga una virtual duplicidad de funciones que sólo siembra incertidumbre. A nadie conviene, en realidad, que le vaya mal a México.
Paciencia, ya ganaron.
Podríamos decir que hay euforia en la mayor parte de la población, tras el triunfo de AMLO. Por lo menos eso es lo que reflejan los resultados de la encuesta qué realiza el Inegi para calcular el Indice de Confianza del Consumidor. Sin embargo, a veces ocurre que cuando las expectativas son muy elevadas, cómo lo reflejan los índices señalados, la decepción puede llegar pronto. Si la estrategia económica de AMLO resulta exitosa, veremos que los resultados se reflejarán quizá hacia el 2020 o poco después. Se que el "optimismo excesivo" no lo
generaron deliberadamente AMLO o su equipo, pero si pueden contribuir a propiciar una expectativa prudente.
Queridos lectores, vivo en un país, en el que abundan muchas cosas. Recursos naturales, gente esforzada y talentosa, infraestructura, biodiversidad, empresa. Pero, también, en demasía, corrupción, impunidad, indiferencia social, pobreza, desigualdad e injusticia. Pero en esta columna no voy a escribir todo eso, sino de lo que sí hay muchísimo: adivinos, clarividentes, videntes, nigromantes, brujos, pitonizos y agoreros.
Un adivino es, según el diccionario de la Real Academia, una persona que predice el futuro.
Si le restamos un poco y nos vamos al significado de "adivinar" encontraremos entre otros significados los siguientes: descubrir lo oculto, por medio de agüeros o sortilegios. Descubrir por conjeturas algo oculto o ignorarlo. Acertar lo que quiere decir un enigma. Acertar algo por azar. No es la palabra, precisamente un elogio, pues. Se refiere más a quién es o se cree brujo o clarividente, a quien es más afortunado en el azar que en el pensar.
El triunfo avasallador de Morena por un lado hilos desastrosos resultados para muchos competidores por otro nos colocan frente a un tablero de damas chinas en el que las reglas son tal vez las mismas, pero los jugadores y las piezas son muy diferentes.
Siquiera para el ganador es todo miel sobre hojuelas. Su margen de triunfo enardece a algunos de los radicales y da representación a candidatos que tal vez eran más de compromiso o, como se dice coloquialmente de relleno. La victoria es dulce, sin duda, pero puede rápidamente volverse empalagosa y hasta indigesta.
En resumen, apreciados lectores, un panorama confuso e incierto si se intenta un mínimo ejercicio analítico. Y aquí es donde vienen al caso los adivinos de los que hablaba yo.
Ahora usted es la sección de opinión de cualquier medio, prendan su radio o tv, y se toparán con ellos, vaticinando desde ahora el futuro. Está muy bien escudriñar, revisar, rascarle a la historia y los antecedentes de quienes se prevé que lleguen al gobierno, pero de ahí a poder predecir lo que viene hay un largo trecho. La sabiduría popular es el mejor remedio "Despacio reza el refrán que voy de prisa".
Las arenas movedizas de la política rara vez perdonan. ¿Es Morena un nuevo PRI? Frente a un resultado tan contundente hay interpretaciones que van de un extremo al otro, unos dicen que Morena será la cuarta versión del PRI; otros en cambio afirman que Morena no es un partido, sino un movimiento. En los dos extremos se dice que se trata de la organización de un solo hombre.
Con AMLO regresamos a un presidencialismo fuerte con un partido hegemónico que permite impulsar reformas legales de gran calado en un Congreso denominado por mayorías afines al nuevo gobierno. Morena, más que un partido, es un amplio frente de grupos y movimientos que abarcan desde la izquierda radical hasta expresiones de gran conservadurismo.
Olga Sánchez Cordero como secretaría de Gobernación presenta una propuesta progresiva de tutelación de Derechos Humanos, que la enaltece y define desde hace años.
Cada miembro del gabinete está elaborando una agenda acorde con las promesas de campaña de AMLO.
Marcelo Ebrard deberá mantener a México y su soberanía en el entorno internacional ante los retos de la nueva regionalización que caracteriza a la globalización, pero que requiere de ampliar y diversificar lazos con otros países.
Esteban Moctezuma enfrenta el reto de impulsar una educación de calidad e instrumentar la abrogación de la reforma educativa.
Si bien Ricardo Monreal se perfila como líder del Senado, Martí Batres lo combate y presenta su proyecto ante medios para ubicarse en la pelea. Desde luego el perfil de Monreal es más sólido, conoce perfectamente el derecho parlamentario.
En la cámara de Diputados Mario Delgado es una propuesta sensata por su seriedad, responsabilidad y experiencia. Pero Dolores Padierna no lo acepta, se promueve y presenta su propuesta ante medios. Tampoco se descarta Pablo Gómez, decano, tribuno. Ya Yeidckol Polevnsky se reunió con legisladores. Dante Delgado ya sumó a MC a las decisiones de AMLO en el Congreso. Aún están por concretarse las nuevas prácticas políticas para armonizar las diferencias. Se verán así las nuevas prácticas políticas. |
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