Con solidaridad y respeto a Cuitláhuac García Jiménez, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, Ricardo Ahued Bardahuil y Rafael Hernández Villalpando
Cómo lo he comentado en otras colaboraciones más allá de la inversión anunciada, los personajes que operaran uno de los proyectos más ambiciosos de la nueva administración, fueron recibidos con desencanto y hasta con enojo. También con mucho desconcierto. Razones, ésas sobran. Se pusieron muy filosos en las redes sociales por el nombramiento de Manuel Bartlett Díaz como director de la CFE. " Había mejores opciones que Barltlett" afirmó Tatiana Clouthier. En redes sociales, las preguntas, críticas y reclamos al virtual presidente electo no han parado. De repente todo el mundo se acordó que al ex secretario de gobernación se le asocia con la " caída del sistema" en el 88, cosa que niega. Lo más sorprendente es que pareciera que simpatizantes de Morena que manifestaron su desacuerdo con la decisión de poner al ex gobernador de Puebla al frente de la CFE no sabían de su cercanía con AMLO. Manuel Bartlett es un personaje desprestigiado, pero tal vez en su resistencia es que AMLO le ve cualidades para formar parte del crew de funcionarios que intentarán volver realidad una de sus más cantadas promesas: darle un nuevo aire al sector energético. Si es que eso es lo que pretende.
El popular actor Gael García de plano acusó al poblano de ser responsable del " mayor atropello" a la democracia en este país. La muy crítica Denise Dresser comentó, irónica, que el nombramiento era "para reír". A los mercados tampoco les gustó el nombramiento de Manuel Bartlett y menos el del agrónomo, ganadero, Octavio Romero Oropeza, como director de Pemex, ¿ Ni cuates ni cuotas? ¿ Qué saben Manuel Bartlett y Octavio Romero del sector energético? El nombramiento de Rocío Nahle tiene sustento. Es experta en temas petroquímicos, forma parte del Parlamento Latinoamericano de la Comisión de Energía, durante su trabajo legislativo se ha involucrado en asuntos que tienen que ver con este rubro, nadie le objetaria su conocimiento del sector. AMLO le está "midiendo el agua a los camotes". Pero yo preguntaría todavía algo más: ya que hablamos de electricidad, ¿ cuál sería el sentido de poner un fusible quemado desde hace más de tres décadas en la caja de los fusibles?.
Al ver las designaciones conocidas, previas a la de Manuel Bartlett Díaz y de Romero Oropeza, pensé que, como reza la maldición china, viviríamos tiempos interesantes; hoy dadas las designaciones de aquellos dos, debo modificar y decir, viviremos tiempos muy interesantes.
Encontrar un personaje que supere la trayectoria política de Manuel Bartlett Díaz, en la historia reciente de la política nacional es casi imposible. Hallar a una figura política más controvertida que él, también.
Desde hace varios años se convirtió en una figura cercana a López Obrador y en uno de los promotores más vehementes de la candidatura presidencial del virtual presidente electo.
Me llamó la atención que expertos y otros no tanto coinciden en algo: los nombramientos por parte de AMLO para dirigir Pemex y la CFE tiene la finalidad de que se cumplan las promesas de campaña a cualquier costo, el que sea. En el caso de Pemex, Octavio Romero Oropeza, a pesar de no tener una
profesión alineada a la industria, se vislumbra como un ejecutor de las políticas de austeridad y combate a la corrupción. Aquí debía poner a alguien a quién no le importaran los reflectores y se dedicara a ejercer puntualmente el gran paquete de inversiones para la petrolera nacional del siguiente año.
Sin embargo, Romero Oropeza llega a Pemex en un momento sumamente difícil, con los peores indicadores financieros, gran endeudamiento, los niveles más bajos de petróleo y gas, un sistema de refinación operando a su mínima expresión, un sindicato opaco, pero sobre todo, una Pemex desgastada por sus altos niveles de corrupción, los cuales se recrudecieron.
Por otra parte, Manuel Bartlett llegará a una CFE que ya no es sólo un generador y subsidiador, sino que ahora es un fuerte participante en la industria de gas y está entrando a empujones en el almacenamiento de combustibles.
Con Manuel Bartlett en la CFE, Andrés Manuel manda un mensaje claro a la naciente industria eléctrica: CFE no será un jugador más y despídanse del piso parejo. Podríamos ver después el 1 de diciembre la reintegración de la CFE, la cancelación de contratos con los productores independientes, de energía, e incluso, la incorporación de miembros de la extinta Luz y Fuerza del Centro. Otra. En el mercado eléctrico de largo plazo, la CFE ya no se perfilaría como el gran comprador de energía para las renovables en la subastas. Tendrás que poner orden en las polémicas compras de medidores a Grupo IUSA señaladas por la Cofece, incluso, el propio Manuel Bartlett ha advertido que pondría fin a los contratos con proveedores de mantenimiento en la zona central del país.
Porque está todavía en boca o en pluma de todos cierta vez un político ya retirado, que había caído en desgracia de la Presidencia y era bombardeado por prensa, radio y televisión a iniciativa de Los Pinos, comentó en un conocido periódico en el que, a ocho columnas, otro político se descosía en improperios contra él: ¿Y éste, porque me ataca si nunca le hice ningún favor?
Aludía a la condición humana de algunas personas que acostumbran morder la mano de quien se la tendió para ayudarlo. No era el caso de Manuel Bartlett Díaz con Carlos Salinas de Gortari, pues el ex presidente ayudó en serio al antiguo secretario de Gobernación de Miguel de la Madrid. Ahora, en el ojo del huracán por su nombramiento al frente de la CFE, Manuel Bartlett ataca un día y otro también a Salinas por haber inaugurado la " venta del país al extranjero", palabras más o palabras menos. No es nuevo el rencor de Manuel Bartlett a Salinas, aunque tampoco tan viejo, sino que data más o menos desde su separación del PRI.
Cambiaron los tiempos y Manuel Bartlett también cambió. Ataca a Carlos Salinas en todas sus entrevistas y prácticamente en cuánta intervención pública se le presenta. Lo odia. ¿Porqué? Por esas cuestiones inexplicables de la política. O de la condición humana.
Un antiguo y extraño rencor.
Si el arte de la política es saber leer los tiempos, conviene recordar que AMLO no se asume meramente como un presidente más, si no como el líder de la "Cuarta Transformación" de la vida pública en México, tras la Independencia, la Reforma y la Revolución.
Al considerarse como el responsable de un proyecto de esa dimensión, sabe que no tiene tiempo que perder y ha empezado a gobernar antes siquiera de que legalmente se haya reconocido su victoria. La transición mexicana establece que los nuevos legisladores empiezan a sesionar en el Congreso 3 meses antes de que el nuevo presidente entre en funciones. Con la mayoría que AMLO tiene en las dos Cámaras, lo más probable es que a partir del primero de septiembre veamos también una intensa actividad legislativa qué va a preparar el terreno para su arribo a Palacio Nacional el 1 de diciembre. Todo lo anterior es posible porque el gobierno en funciones, ha adquirido un perfil muy bajo y le ha dado todo el espacio al gobierno que llegara en unos meses.
Esa actitud incluye también la disposición para colaborar, compartir información y dar entrada a AMLO a eventos como la reunión de los países integrantes de la Alianza del Pacífico. Y adicionalmente, las dos principales fuerzas políticas que podrían generar contrapesos y limitar a quién será el presidente a partir del 1 de diciembre se encuentran en crisis. El PRI ha cambiado su presidente y está en una situación en la que carece de conducción y proyecto. Apenas empieza a darse cuenta de la dimensión de su derrota.
En el caso del PAN, parece avecinarse una lucha intestina por el control del partido que será la segunda fuerza política del país.
Casi sin obstáculos al frente, AMLO, para todo efecto práctico, ha comenzado ya a gobernar.
El problema que hay es que un sexenio en México se parece más a una carrera de maratón que a una de 100 metros planos.
Es mucho tiempo, y hay que tener un plan para tener aliento por muchos kilómetros.
Algunos observadores señalan que a veces pareciera que López Obrador mismo no ha calibrado la diferencia entre estar en campaña y se ve ya un candidato ganador, que de facto está ejerciendo ya el poder.
La suerte de la nueva administración va a depender de la capacidad que tenga para seguir desplegando la energía que ha mostrado hasta ahora, pero con la serenidad y responsabilidad que da estar ya en el gobierno. Pero, al mismo tiempo, requiere que su equipo se asiente. |
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