El campechano está en el ojo del huracán.
De entrada y después de la serie de audios dados a conocer, donde, según su malquerientes, él es el protagonista, es investigado por el Instituto Nacional Electoral y todo indica que es por financiamiento ilícito.
El artífice de todo ello es su paisana Layda Elena Sansores San Román, la hija del famoso priista Carlos “El Negro” Sansores Pérez, hoy gobernadora de Campeche, misma que desde pequeña ha disfrutado de las mieles del “pinche poder” y en donde el Partido Revolucionario Institucional le permitió estar donde esta, ya que su padre fue d ellos priistas más recalcitrantes y autoritario.
Claro que sí.
Desde hace unos días el órgano electoral en mención dio a conocer que tiene en proceso una investigación contra dirigente priista en relación con los audios en los que se muestra una contribución económica indebida.
Por lo anterior, al parecer, dicho instituto basa su investigación en audios divulgados en donde supuestamente “Alito” recaudaba y tomaba dinero de empresarios para operaciones electorales del Revolucionario Institucional.
Actos que para el INE eran violatorios de las normas del instituto referentes a los procesos electorales de nuestro país.
Fue gracias a la investigación llevada a cabo por la Unidad Técnica de Fiscalización (UTF) que se detectaron posibles gestiones indebidas en materia de fiscalización, y que atañen a sospechosas contribuciones a campañas electorales.
Pero eso no es todo Moreno Cárdenas de igual forma afronta otra indagatoria por enriquecimiento ilícito, quebrantamiento que fue motivo de actuación de la Fiscalía campechana para catear su domicilio en días pasados.
El dirigente del tricolor la lleva difícil pues ya son muy seguidas las denuncias emitidas por la gobernadora campechana y, parta acabarla de fregar, las bases priistas tienen rato que están exigiendo su salida, piden a como dé lugar su cabeza.
El campechano le está enterrando el ultimo clavo al tricolor.
De echarle tierra se habrán de encargar los demás, entre ellos un tal Marlon Ramírez Marín.
Provecho.
LA NITIDEZ DE RICARDO AHUED.
Por todos es conocida la forma tan transparente de conducirse del alcalde xalapeño.
Si algo impera en él es la congruencia entre el decir y el hacer.
Nada de media tintas mucho menos engañar a la sociedad.
Por eso ahora que alguno de sus malquerientes intenta buscarle tres pies al gato, ya pico mal porque el senador con licencia es proporcionado en su desempeño.
Conocedor del manejo de los dineros, pero sobre todo del gran compromiso que adquirió en las urnas, Ahued Bardahuil no ha aumentaría la deuda pública así nada más por sus pistolas.
Los pasivos que aparecen en los estados financieros corresponden a los contratos de las cerca de 200 obras que se harán en el año, pero conforme avancen los procesos constructivos y se terminen, todos los pasivos se liquidarán.
Para ello, se tienen los recursos fondeados, aprobados y presupuestados en el programa anual de obra. Incluso, estos pasivos, que no son deuda, irán creciendo conforme se liciten, contraten e inician más obras, pero de ninguna manera es deuda.
Todo aquel que pretenda encontrar situaciones oscuras o raras en el Ayuntamiento se tendrá que quedar con las ganas. Ojalá entienda que aquí no pasa nada extraño.
La presente administración xalapeña es, y será, puro trabajo y transparencia.
¡Olé!
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