Como dijera el Buky " a donde vamos a parar"
Tuvieron que trascurrir escasos quince días para que de nueva cuenta se diera otra masacre en tierras veracruzanas, en el estado que mal gobierna el hijo de Atanasio.
Esta vez tan lamentables hechos se retipen en el municipio de Tihuatlán, comarca donde seis personas, cinco varones y una dama, fueron acribillados en el interior de un bar.
El pasado día 11, cuatro integrantes de una familia fueron asesinados en dicha demarcación y el mismo día, en bolsas de basura, fueron encontrados los cuerpos de dos hombres.
Como es de esperarse en ambos casos la respuesta de las autoridades es la misma, el mismo discurso, las mismas frases y el clásico valemadrismo.
Veracruz vive un maltrecho estado de derecho
La actitud de las autoridades responsables de brindar seguridad a los veracruzanos es indolente, apática e incongruente.
La incapacidad de los servidores públicos responsables de garantizar seguridad es bastante visible y angustiante.
Pura tramoya, excesiva dejadez y harto valemadrismo.
Eso ha caracterizado al gobierno que encabeza el hijo de Atanasio.
Todos estos lamentables hechos no son otro cosa que el fiel reflejo de una falta de estrategia en materia de seguridad, de la flaqueza que ya caracteriza a las autoridades y el pleno desconocimiento del hijo de Atanasio de la responsabilidad adquirida.
Y, por supuesto, también reflejan corrupción.
Lo que la sociedad percibe es que la impunidad se incrementa en proporción a la violencia. Esa es la óptica de millones de veracruzanos.
La interrogante que sobresale entre la sociedad es ¿hasta cuándo va a terminar esta crisis de inseguridad y violencia que vive nuestra entidad?.
Sobre resaltar que la incertidumbre que prevalece entre los veracruzanos es mayúscula, el temor cada día invade más a la sociedad.
Es alto el porcentaje de veracruzanos que coincide en que, desde su inicio, la administración del hijo de Atanasio no supo implementar una eficaz estrategia en materia de seguridad, la llegada de un verdadero advenedizo en la titularidad de Seguridad Pública fue el mejor ejemplo.
Por lo que se aprecia el hijo de Atanasio, junto con su pandilla, no ha reflexionado, pero ni tantito, sobre estos lamentables sucesos que, sobra repetir, lastiman y tienen total sozobra a la sociedad veracruzana.
Por lo mientras el hijo de Atanasio sólo deja ver el estado fallido que gobierna.
En plena primavera, Veracruz transita bañado en sangre.
La masacre en Veracruz, nadie la detiene, la tendencia criminal avanza a pasos agigantados.
La del hijo de Atanasio habrá de pasar a ser una de las administraciónes más sangrientas en la historia reciente de Veracruz
Pobre vástago del profe.
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