A este par de féminas se les ha caído el imperio.
Su capricho político electoral no lo habrán de ver coronado.
El dueño de “La Chingada”, tiene otros datos y siempre no irán como candidatas, una a la presencia de la república y la otra, la zacatecana, al gobierno de Veracruz.
Para la primera dama en mención solo bastaron unas cuantas desgracias en el Sistema de Transporte Colectivo Metro, para bajarla definitivamente de la candidatura, es más, en breve, ya ni la habrán de mencionar entre las corcholatas preferidas del López de palacio nacional. A lo anterior sólo hay que agregarle su disminución en cuestiones de popularidad lo que resulta más que suficiente para bajarla de caballo presidencial.
De Norma Rocío, la zacatecana, la misma que tiene su emporio político en el sur de Veracruz, entidad que ambiciona, a como dé lugar, gobernar, las anomalías presentadas en lo que es la refinería Olmeca, la ponen fuera de la jugada para buscar la candidatura de los morenos al gobierno de Veracruz, al causarle extrema molestia al López de Macuspana.
Pero vayamos por partes.
De entrada, para la edificación de tan magna obra, tuvo todo en contra. Y mire si no. En aquel entonces cuando se habló de la construcción de dicha refinería, el Instituto Nacional para la Competitividad, le otorgó apenas un dos por cientos de probabilidades de éxito, de igual forma la secretaria de Hacienda puso en tela de duda el que sea financiable. Y sin quedarse prestigiadas organizaciones ambientales alzaron la voz de alerta resaltando la peligrosidad que representa dicha refinería en cuestiones de riesgo para el medio ambiente.
Allí ya empezamos mal. Pero si a lo anterior le agregamos que el costo final de dicha obra se salió considerablemente de los ajustes financieros que inicialmente se manejaron, resultando doblemente cara, eso sin mencionar el periodo de construcción, entonces ya podríamos estar hablando de una tomadura de pelo al López de Palacio Nacional.
Claro que sí.
Según versados en el tema la amorfa planeación del proyecto dio origen a que actualmente se enfrente sobrecostos.
Recordemos que el propio dueño de “La Chingada” públicamente a admitido un sobregiro que oscila entre 3 y 4 mmdd, cerca de un 50% más de lo resumido en el presupuesto inicial.
Lo curioso es que la zacatecana siempre presumió tan magna obra, se llenó la boca hablando maravillas y es la hora en que no existe una fecha real para, cuando menos, dar inicio a la producción de carburantes, sin embargo, con bombo y platillo se llevó a cabo la inauguración donde el López de Palacio Nacional se vio bastante molesto. Ya pasaron más de seis meses de aquella solemne inauguración y ni un solo barril de petróleo se ha podido refinar.
Vaya gusto.
Y ya para concluir bien vale la pena destacar la exhibida que la da la destacada columnista de “El Financiero” Lourdes Mendoza en su espacio de días pasados, dónde plasma de cuerpo entero la complacencia de la zacatecana hacia el empresario hidalguense, de dudosa reputación, Juan Carlos Tapia Vargas, mismo que, se dice, sus empresas se encuentran inmiscuidas en la porquería llamada Emilio Lozoya – Odebrecht.
A ver ahora que dice el inventor del hijo de Atanasio, sobre la razón social Construcciones Industriales Tapia (Citapia), una de las consentidas de la zacatecana.
Por lo mientras la oriunda de Rio Grande, está viendo cada día más lejos la candidatura al gobierno de Veracruz y junto con ellas varios de los politiquillos aldeanos que hoy (des) gobiernan en la entidad veracruzana.
En las pláticas de café se habla de la urgente necesidad de ensanchar el penal de Pacho Viejo, pues en breve no habrá cupo para todos.
No se vale.
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