Nada les acomoda.
Hasta por el ripio se combaten.
La crisis que vive el Revolucionario Institucional es una de las peores que ha padecido.
Llegó a consolidarse como el partido ganador absoluto y ahora ni como alternancia ha logrado figurar, las vacas sagradas riñen por todo y por nada.
Los problemas para el tricolor se han venido acentuando, han entregado el escaso terreno electoral que les quedaba, los bastiones priistas pasaron a engrosar las filas del partido en el poder. Hidalgo y Oaxaca, son el mejor ejemplo.
Anteriormente, en las elecciones del 2021, perdieron el poder en Sinaloa, Sonora,
San Luis Potosí, Guerrero, Colima, Guerrero, Zacatecas, Tlaxcala y Campeche.
Con lo anterior en estos momentos el tricolor sólo es poder en cuatro entidades.
Vaya debacle.
En estos momentos el campechano, Alejandro Moreno Cárdenas, no ha podio meter orden, lo ignoran, los esquivan y hasta objeto de burlas, por parte de sus compañeros de partido, ha sido.
En días pasados de nueva cuenta arremetió contra el cacique hidalguense, Miguel A. Osorio Chong, lo tacho se “servil” con el gobierno del tabasqueño. De rastrero no lo bajo.
Los enfrentamientos han sido constantes y muy acometidos.
Tan solo en días pasados en mera plenaria, el paisano de Layda Sansores, le reprocho no conducirse como verdadero adversario y le recordó que en el Revolucionario Institucional se respetan todas las voces, y ya encarrilado califico su actuación de “colaborativa” no mostrando otra ambición que la de desunir al tricolor.
Lo cierto es que entre los mismos priistas no se soportan, la pataleta entre ellos es bastante visible, se atacan, se dividen y, lo peor, no han mostrado corazón en favor de las siglas tricolores.
Ahora lo que viene será la prueba de fuego, la “Joya de la Corona” está en juego y por supuesto que por nada del mundo la dejaran ir. Pero de nos conciliar de no mostrar unidad podrían ceder lo poco que les queda de vida partidista.
En este año en dos entidades habrá elecciones, Coahuila y el Estado de México, la primera magistratura estatal será puesta en las urnas.
Recordemos que ambas estadidades aún se pueden considerar “bastiones priistas” o, al menos, es lo que la cúpula priista muy pomposamente presume.
El ombligo tricolor bien podría decirse que fue enterrado en tierras mexiquenses.
Si para el PRI, el estado de México es la cereza del pastel, para los morenos, para el partido que regentea el dueño de La Chingada” debe ser algo mucha más que eso, por eso la ambición desmedida por levantarse con la victoria llevando como candidata a la ex alcaldesa.
La ambicionan mayor de los morenos es llevarse el triunfo en el Estado de México, de eso no existe duda alguna.
Es por todos entendido que Morena aspira arrebatarle este par de entidades al tricolor, claro que sí.
Por aquellos lares esto ya comenzó, mientras aquí, en tierras veracruzanas, el show apenas comienza, viene la bueno entre los propios morenos, entre ellos se están carcomiendo.
Provecho.
Lo bueno para los entenados políticos es que aquí, en Veracruz, no hay oposición.
“Huevos Tibios” no representa nada y el Gachupín anda despistado.
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