Se dice que en política no es difícil llegar al poder, lo difícil el dejarlo y esto precisamente se aplica bastante bien al pariente incómodo.
Sí, al poblano, el tal Eleazar Guerrero Pérez, el mismo que gracias a esas frustraciones y traumas que jala desde la infancia, se despidió de sus compañeros de trabajo en medio de mariachi y una enorme fila de trabajadores que "deseaban brindarle un abrazo de despedida".
Por favor.
En el video que circula en las redes sociales se puede observar que el poblano tiene el llanto a flor de piel, poco faltó para que en medio de la burocracia se le escurrieran las lágrimas, aunque sus malquerientes aseguran que sí, que efectivamente se le vio llorando a la hora de abordar la lujosa camioneta para abandonar el inmueble que le dio fama y dinero.
Lo cierto, es que el poblano aun cuando simule salir por la puerta grande, es un secreto a voces la situación que provocó su relevo, esa ambición de poder lo enloqueció, no supo medir efectos ni respetar jerarquías y ahora el resultado, fue corrido.
Así de sencillo.
En estos momentos para el poblano la urgencia es tener fuero, algo que se antoja más que difícil, lo cierto es que no será tocado ni con el pétalo de una rosa, los que habrán de pagar las consecuencias son los directores administrativos que él impuso en las distintas dependencias y ejemplos ya existen. Allí tiene esa bella dama que antes de manejar cientos de millones de pesos estaba al frente de una modesta estética.
Guerrero Pérez, ahora ya sin poder político, no representa nada, el membrete que jala no tiene más vida que lo que le resta a la administración que mal encabeza su primo, el hijo de Atanasio. O al menos los cercanos a la zacatecana presumen que Norma Rocío no le tiene buena estima al poblano, luego entonces no se le vislumbra un halagador futuro al sobrino de Atanasio.
Y por el mismo rumbo del poblano andando o tres servidores públicos que aún cobran su mesada, los números no les cuadran, así como también no existe congruencia entre su salario y las propiedades que actualmente tienen.
Curiosamente esta situación no solo se percibe en los titulares de despacho, también los funcionarios de medio pelo le saben meter, y muy bien, la mano al cajón.
Ejemplos sobran, no de balde siempre han presumido qué son diferentes.
Bola de cínicos.
Provecho.
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