En la entidad veracruzana, como en muchas otras entidades, el partido tricolor no tiene futuro.
Aquí en Veracruz, ese que hace las veces de dirigente estatal, más no líder, no es otra cosa que un doméstico del partido en el poder.
Un priista al servicio del gobierno que encabeza el hijo de Atanasio, por lo que sólo basta un tronar de dedos para que, de inmediato, se presente donde le ordene el número dos del organigrama estatal.
El tal Marlon Eduardo, tiene rato que ya debió haber dejado la dirigencia pero gracias a la complacencia de "Amlito", perdón, "Alito ", Alejandro Moreno Cárdenas, aun continúa aposentado sus escurridos glúteos en la silla principal de la esquina de Ruiz Cortines y Francisco Moreno.
La aunsencia total de un verdadero trabajo con las bases y la dilatada soberbio del ex mozo de espadas de Miguel Ángel Yunes Linares, tiene hundido al tricolor y un ejemplo de lo anterior es la escasez, por no decir nula presencia, de un verdadero candidato al gobierno del estado, situación que lo ha orillado a mencionar puro "corcholata" gastada. Es tanta la urgencia del porteño que no se ha medido y ha llegado a mencionar a los Yunes rojos, ese par de personajes que no garantizan ni una décima de triunfo.
Uno es un político tibio, "institucional" acartonado y el otro es gandalla, traicionero y atravesado.
Las aspiraciones de ambos son tan legítimas como las de cualquier veracruzano, pero de eso a que sean garantía de triunfo existe una abismal distancia.
El trabajo de la dirigencia estatal, si es que lo ha habido, no les ayuda en nada, es una labor de escritorio, una jornada de café y un pronunciando un discurso estéril, hueco.
El año venidero el hijo de Atanasio, afortunadamente, ya se va, de allí la urgencia del tricolor por tener una buena propuesta como candidato ya que todo indica que irá en alíanza con Acción Naciónal y el de la Revolución Democrática.
Lo curioso es que las posibilidades de que esta vez no sea el Revolucionario Institucional quien lleve mano con la propuesta son mayores, ya que en el estado de México y el Coahuila fue precisamente el otrora poderoso instituto político quien encabezó la alianza.
Así que tanto los Yunes, como otros tantos que ha mencionado el tal Marlon Eduardo, se tendrán que esperar otros seis años.
Por lo mientras el Partido Revolucionario institucional no levanta, ya veremos en el 2030 cuando de nueva cuenta tenga la oportunidad de retornar al poder.
Suerte.
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