De éste otrora poderoso equipo político nada queda.
Ni polvos de aquellos lodos.
Vaya ni los escombros.
La actual dirigencia seccional, en apariencia dirigida por un tal Daniel Covarrubias López, es de escenografía, únicamente el membrete.
La Sección 32 en estos momentos transita sin rumbo, sin dirección, a los bandazos, dejando a la deriva a miles de trabajadores de la educación.
Un sindicato magisterial que lo mismo le sonríe al PRI, que al PAN o porque no, al PRD también o a cualquier otro instituto político que le guiñe el ojo. Actualmente la prostitución política - electoral es lo suyo y, contrario a la Aventurera, no vende caro su amor.
La inconformidad de las bases sentistas es manifiesta, el rechazo a la actual dirigencia es palpable como también es toda una realidad que el chamaco ese, un tal Juan Nicolas Callejas Roldan, no es bien visto por los maestros federalizados veracruzanos.
Es un secreto a voces las versiones que circulan entre los trabajadores de la educación pertenecientes a dicha sección, refrentes a que el tal Callejas Roldan es improductivo, de incompetente lo califican y de vividor lo tildan.
La exigencia de los trabajadores de la educación estriba en el real cumplimiento de los derechos laborales por parte de las autoridades educativas, algo que no ha venido sucediendo.
El reclamo de las bases es que realmente el sindicato los defienda, que muestre carácter y deje de ser un sindicato de mero trámite.
En situación referentes a la basificación de docentes idóneos para los cargos, de asignación de horas adicionales a personal docente educativo, de la compactación de horas y la homologación de plazas docentes, pero sobre todo de la liberación de plazas administrativas, la dirigencia seccional no mueve un dedo, solo muestra complicidad y se tiende de alfombra al paso del titular Educación en la entidad.
En otras palabras, le vale madre toda la problemática del trabajador de la educación.
Quizá de allí surge aquello de que la Sección 32 del SNTE únicamente actúa como cómplice del gobierno morenista, permitiendo la deshonra y la vejación del trabajador de la educación.
En la siguiente entrega le ampliamos al respecto.
COVID – NADA DE CONFIARSE.
Todo parece indicar que, en lo referente a tan popular virus, las medidas sanitarias se han relajado, la población ha caído en el libertinaje cuando en realidad las precauciones deben continuar.
Lo que no queremos ver es que la pandemia de COVID-19, hace apenas hace unos días la Organización Mundial de la Salud (OMS) la decretó como una emergencia sanitaria internacional debido a la evolución del virus, ya que podría mutar para ser más peligroso y evadir la inmunidad.
Cuidado entonces.
Es cierto que las muertes por COVID-19 han disminuido considerablemente en comparación a sus inicios, cuando la hospitalización ya era señal de fallecimiento.
Organismos internacionales de salud coinciden en que el virus sigue cambiando por lo tanto la incertidumbre impera, así como los riesgos.
El virus nos pone a todos en riesgo, pero sobre todo a los no vacunados, a aquellos que se han negado a recibir el ámpula.
Dentro de las personas más vulnerables, se ubican los de la tercera edad y los inmunodeprimidos que no se han protegido, desafortunadamente ante tal negativa ellos están en un mayor rango de riesgo.
Reiteramos la pandemia sigue activa y el contagio de esta enfermedad es latente, por lo que deben continuar las medidas de mitigación, promoviendo hábitos saludables, atendiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias y así estaremos contribuyendo a la disminución de las cifras de contagios y, de igual forma, estaremos evadiendo llegar al hospital y acrecentar las cifras de los casos mortales.
Actualmente la mayoría de las personas que contraen dicho virus se recuperan en unas semanas. Desafortunadamente otras, incluidas aquellas que adolecieron ligeramente, pueden seguir teniendo síntomas por mucho tiempo después de la recuperación inicial.
Por lo mientras no olvide tomar sus providencias, recuerde que la pandemia no ha terminado.
Es responsabilidad de todos el evitar que el virus continúe propagándose y cuidar de la salud de nuestras familias.
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