Si por algo se ha distinguido “Zendy”, entiéndase el tal Zenyazen Escobar García, es por su irresponsabilidad, por ese valemadrismo que le ha imprimido al cargo.
El ex porro, desconociendo el compromiso tan grande que adquiría al aceptar el compromiso, no ha entendido que esto no es cuestión de andar pateando puertas, de andar tomando instalaciones o de bailarle, en paños menores, a las damas.
No señores, esto es cosa seria.
Escobar García quizá ya entendió que no es lo mismo ser borracho que cantinero.
El llevar las riendas de tan honrosa dependencia y en una entidad como lo es Veracruz, demanda un amplio sentido de responsabilidad y una vasta experiencia. Algo que, por supuesto, no tiene Tarzancillo”.
En repetidas ocasiones ha quedado de manifiesto la falta de seriedad del titular de la Educación, las muestras de ineficacia son preocupantes, lo anterior sin resaltar lo soberbia y altanería que distingue a quienes acompañan a “Tarzancillo” en esta gran oportunidad que le brindo el hijo de Atanasio y que el bailarín exótico no ha sabido aquilatar.
Ya está por cumplir su cuarto año de mal gobierno la actual administración estatal y Veracruz continúa sumido en la ignorantica, el rezago educativo es admirable, como también es sorprendente la continuidad con que los distintos sindicatos magisteriales se ven en la imperiosa necesidad de tomar instalaciones o cuando menos salir a las calles a expresar la falta de cumplimiento a los acuerdos pactados con funcionarios de la dependencia que regentea “Tarzancillo”.
Ya el malestar de los padres de familia, que también es otra constante, ni en cuenta lo toman en el kilómetro cuatro y medio, les vale madre a los subsecretarios el que no haya maestros en las aulas y que los alumnos no reciban su instrucción educativa.
El progreso educativo única y exclusivamente existe en la mentecita del hijo de Atanasio y en la de
“Tarzancillo”.
La ineptitud burocrática es sobresaliente en la dependencia que regentea “Tarzancillo” al obstaculizar trámites magisteriales, afectando a miles de docentes en lo que a sus percepciones salariales refiere, así como también en las basificaciones y demás mandatos que por derecho les corresponden.
Lo que sobresale en la dependencia que regentea “Zendy” son los escándalos de corrupción y nepotismo, así de sencillo.
El ceniciento tránsito de “Zendy” por la SEV habrá de ser su distintivo.
Zenyazen no sólo es corrupto, también es ineficiente.
Claro que sí.
Y aun así ambiciona ser el sucesor del hijo de Atanasio.
La locura ha invadido al orgullo de Rio Blanco.
Sus cercanos precisan que la urgencia del ex bailarín es tener fuero, aseguran que esa es su gran apremio y por lo que se aprecia el hijo de Atanasio para nada lo va a exponer.
El senado ya espera a “Zendy”, o cuando menos San Lázaro.
No lo pierda de vista.
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