En la entidad veracruzana el hijo de Atanasio y su pandilla ya no saben qué inventar para hacer quedar bien a la oriunda de Rio Grande, Zacatecas.
A la fuerza intentan meterla en el ánimo de los veracruzanos, pensando que, con inventarle congresos, “magistrales ponencias”, seminarios y cuanto succionada se les ocurra ya la harán gobernadora.
Lo que el hijo de Atanasio y su pandilla trata de olvidar es que el veracruzano bien nacido no va a permitir que una advenediza lo venga a gobernar, mucho menos que se le ofenda al género femenino al ambicionar sentar en la silla principal de palacio de gobierno a una fuereña, a una zacatecana que solo ha lucrado a costa de los veracruzanos.
Ahora resulta que, dentro de las brillantes ideas de los pupilos de palacio de gobierno, esos que chamuscan neuronas a más no poder, le inventaron a la zacatecana eso que pomposamente les dio por llamar Congreso de Energía y donde la ponente estrella será nada más y nada menos que la zacatecana de Rocío Nahle. Sí, así como lo leyó la zacatecana, el próximo día 7 de septiembre, habrá de iluminar el WTC de Boca del Río, con una “magistral conferencia” sobre el tema. Pero eso no es todo el invitado de honor y también ponente será el poblano, el roedor ese llamado Manuel Bartlett Diaz. No cabe duda que la sangre llama.
Quien les hará la tercia es la Jefa del Servicio de Administración Tributaria, Raquel Buenrostro Sánchez. Así que en esa fecha abandone todo lo que tenga que hacer, olvídese de familia, de amistades y hasta de ir a misa, para que de manera muy puntual asista a tan “transcendental evento” pero sobre todo para que vaya usted abrevar de los bastos conocimientos de la zacatecana y como recuerdo de tan significativo día se habrá usted de llevar, a casa, un hermoso espejito multicolor con la foto del hijo de Atanasio al inverso.
El salón Tajín le espera con los brazos abiertos.
Vaya gusto.
Al asistir a dicho evento lo que no le van a decir es que la zacatecana es coparticipe de una obra invadida de anomalías y corruptelas, de descomposición y valemadrismo.
Sí de la refinería “Dos Bocas”, esa que nació invadida de opacidad y podredumbre.
Una obra donde los más beneficiados resultaron ser amigos, familiares, compadres y exclusivos empresarios zacatecanos, todos ellos con una estrecha amistad con la oriunda de Rio Grande.
Fueron miles de millones de pesos los que, se dice, se repartieron entre todos ellos, todos, por supuesto, afines a la zacatecana.
Se comenta que fue tanta la lana que se suministraron los agraciados que ya resolvieron la situación económica de varias generaciones de sus familiares, no se acaban toda la lana, que se dice, se chingaron.
Usted les cree, nosotros también.
Lo curioso es que con todo este reventadero del drenaje el dueño de “La Chingada”, ni se inmuta, mucho menos habla de fincar responsabilidades o de cuando menos investigar. Tal parece que al tabasqueño lo que verdaderamente le interesa es ocultar ese mar de corrupción en que se encuentra sumergida la zacatecana.
A ver ahora a quién le van a aventar el desliz.
Es tanta la locura que, no se dude, van a culpar a Enrique Peña Nieto o bien a Javier Duarte.
Que escasa progenitora.
Esa es una mínima parte de lo que se puede comentar sobre la zacatecana, la misma que en un
arranque de esquizofrenia no se dude sea capaz de asegurar haber nacido en Veracruz.
Provecho. |
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