Tiene rato que entre la clase política veracruzana impera algo así como una práctica o una mala maña, o como quiera usted llamarle, lo cierto es que la letra “Ch” ya sea por apodo, por su apellido o por cualquier otra razón, imperaba en el gobernante en turno.
Me cuenta mi padre, al cual Gracias Dios aun lo tenemos aquí entre nosotros, que a muchos de ellos por supuesto que esto lo les agradaba, pero ni tantito, y otros lo tomaban con el mejor de los temperamentos que hasta ellos mismos se reían del “detalle”.
Y es así como a Marco Antonio Muñoz Turnbull, gracias a su delicadeza para vestir, para conducirse y hasta para gobernar le agregaron el sobrenombre de “El Chulo”, sí, así lo identificaban sus cercanos y uno que otro audaz de sus colaboradores.
A Antonio M. Quirasco, lo identificaban y muy bien, como “El Chato”, mote que ya traía desde mucho antes de ser mandatario estatal y que fue puesto por sus amigos allá en su natal Córdoba. Veracruz.
A Fernando López Arias, ese político de carácter, de mano dura, le decían “El Chueco”.
A su salida de la entonces Procuraduría General de la República y a su llegada al gobierno de Veracruz, se le conocía así y se cuenta que fue debido a una disputa familiar donde salió a relucir un arma de cierto calibre, la cual al ser disparada una bala le rozo el rostro, del lado izquierdo, de allí el apodo.
Con el ex gobernador Rafael Murillo Vidal, la flota fue más severa y le endilgaron el alias de “El Chocho”.
Y todo porque, según me cuentan, al padecer una enfermedad era común que se quedara dormido donde estuviera, sin importar que fuese acto público o evento privado. Los rumorologós precisan que sus cercanos colaboradores sin mayor empacho llegaron a contar que en la oficina principal de palacio de gobierno era común a horas de trabajo escuchar sus ronquidos, espacio que debía ser totalmente respetado o de lo contrario las consecuencias ya eran sabidas.
Al político de Santa Gertrudis, a Rafael Hernández Ochoa, lo sobre nombran “El Charro”.
Sí, al oriundo de Vega de Alatorre, todos lo conocían con ese apodo gracias a su fuerte inclinación por lo caballos. Dicen que su cercanía con el entonces presidente Luis Echeverria Álvarez, le permitió adquirir ejemplares pura sangre.
Mas adelante a Don Agustín Acosta Lagunes, gracias a su delicadeza, sus ademanes y otras cosillas, le apodan “El Choto”. Vaya usted a saber por qué. Pero los que saben cuentan que era muy asiduo a los chamacos, a los cuales presentaba como “sus sobrinos”.
No se vale.
Del oriundo de Paso de Ovejas, debemos destacar su dilatado trabajo en la edificación de obra pública.
Se diga lo que se diga, se cuente lo que se cuente, Acosta Lagunes ha sido uno de los mejores gobernadores que ha tenido Veracruz.
Claro que sí.
Al ex secretario de Gobernación, al llamado “Hombre Leyenda”, don Fernando Gutiérrez Barrios, se dice, sus cercanos lo bautizaron con el apodo de “El Chiquen”.
Al porteño se le debe reconocer su carácter, su temple para meter orden en la entidad veracruzana. Desde su llegada al gobierno, la tranquilidad que se respiraba en Veracruz aún se extraña.
Como todo buen político bastante bien informado, supo meter en cintura a las bandas delincuenciales que operaban en varias regiones del territorio estatal.
La seguridad era total.
Desafortunadamente solo fueron escasos 24 meses que estuvo al frente del gobierno veracruzano, ya que después tuvimos la llegada del amiguísimo de Carlos Salinas de Gortari, al potosino, Patricio Chirinos Calero. Al tamuiense, ya que nació en Tamuín, San Luis Potosí, lo distinguía su fuerte inclinación por las bebidas alcohólicas por lo que se le conocía con el sobre nombre de “El Chupes”. Su afición a los tragos lo obligaban a retirarse por varios días de la entidad, por lo que se dice que quien realmente llevaba las riendas era Miguel Ángel Yunes Linares.
Al arribo de Miguel Alemán Velasco todo mundo pensó que Veracruz iba a resurgir a la modernidad, pero vaya sorpresa, fue todo lo contrario.
Uno de los apodados “Los Cachorros”, el otro era Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano, resulto ser todo un fiasco.
El hijo del ex presidente durante decenas años jamás piso tierras veracruzanas, lo suyo siempre fue y ha sido, lo social, lo divo.
Su crecimiento fue en la Ciudad de México, pero por el simple hecho de ser hijo de veracruzano, en mala hora y para desgracia de los veracruzanos, le regalaron la gobernatura. Sus malquerientes le apodaron “El Chafa”. Otros decían que como jamás había trabajado su papel como mandatario era poco esperanzador y, finalmente, tuvieron razón.
La llegada de Fidel Herrera finco esperanzas de crecimiento, de buen gobierno.
Su origen cuenqueño, lo natural, lo llano y sobre todo dicharachero le hizo ganarse el mote de “El Chango”.
Así le apodaban sus cercanos sobre todo los que lo vieron crecer y vender tortillas de coyol, allá en la cuenca.
Al ahora recluso Javier Duarte, sus “amigos” le endosaron el alias de “El Chómpiras”, vaya usted a saber porque, pero se dice que le quedo a la perfección.
A Miguel Ángel Yunes Linares, lo han tratado con más respeto, con más consideración, ya que se le conoce como “El Choleño” ya que sin ser apodo si encaja la letra en mención.
Ahora, y de acuerdo a esta usanza, será que se le haga a “La Chío” o al “Checo”.
Esto en breve lo sabremos, lo cierto es que a la zacatecana le están ganado los nervios, cada día que pasa se le nota más irritable.
Sera porque ya sabe que no habrá de ver coronado su capricho político-electoral.
En cambio, al Checo se le percibe mucho más relajado, más vale madre. Quizá algo traiga entre manos que le proporciona bastante soltura.
No se hagan bolas.
Provecho.
AHUED BARDAHUIL – EL MEJOR ALCALDE DE VERACRUZ.
A casi un año de gobierno, el alcalde Ricardo Ahued continúa siendo una de las autoridades mejor posicionadas en la opinión pública, no solo del estado, sino de todo el país.
La obra pública, social y el transparente manejo del tesoro público lo ubican, de acuerdo con la encuesta Ranking de aprobación de presidentes municipales de ciudades capitales, en el tercer sitio nacional, con 62.2 por ciento de aprobación.
El ejercicio realizado por la empresa México Elige, correspondiente a diciembre de 2022, lo coloca a solo 1 punto de la alcaldesa de Campeche, la mejor calificada en este estudio de opinión. Con ello se certifica lo que ya se ha venido observando, Xalapa tiene un buen gobierno y mejor alcalde.
No lo pierda de vista.
Con eso.
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