Al tabasqueño, aun cuando lo niegue el ejemplar editado por Grijalbo, da cuenta de una milésima parte de las porquerías en que ha caído el dueño de “La Chingada” en su loca y codiciada aspiración al poder.
Sin considerar limites, mucho menos meditar lo referente a quienes se llevaba entre los cascos, al inventor del hijo de Atanasio le valió madre todo y ahora que lo desnudan de cuerpo entero, fiel a su estilo y su costumbre, recurre a la tramoya y al disimulo.
Esos 26 capítulos, comprendidos en cerca de 300 páginas, dan testimonio fiel de las corruptelas del señor López y su pandilla.
De igual forma en tan importantes líneas se puede entender como el dueño de La Chingada siempre ha transitado en medio de resentimientos y odio, reflejo de esa niñez tan golpeada que vivió y de las frustraciones tan arraigadas que porta en su enclenque cuerpecito. Por eso ahora que ostenta poder se comporta de manera frenética, egocéntrica y totalitaria.
En esa ostentación de poder sus allegados, sus íntimos, esos que todo le aplauden y todo le homenajean, también se han visto bastante favorecidos, la deshonestidad, al igual que a su jefe, los ha conquistado, han llegado al extremo de mandar al carajo la bandera de la honestidad, de ignorar totalmente los mandamientos de su benefactor, eso que reza de no robar, no mentir y no traicionar. Siendo esto último lo que más le golpea al tabasqueño, eso lo deja muy mal parado ante millones de mexicanos.
Claro que sí.
De igual forma tan valioso ejemplar deja al descubierto ese régimen repleto de corrupción y harto de complicidad, al que los chairos llaman La Cuarta Transformación.
La autora le pone sal a la llaga, a esa herida que por encimita parecía curada, pero que en el fondo estaba a punto de reventar de tanta purulencia.
Algo también incuestionable es que la escritora, por cerca de veinte años, estuvo muy compenetrada en la formación de dicho partido, al ser el enlace directo su entonces pareja Cesar Yañez, personaje de todas las confianzas del tabasqueño y experto conocedor de los drenajes de MORENA, desde su concepción hasta su nacimiento y ahora en su franco crecimiento.
Yáñez Centeno es paisano de Mario Delgado, son colimenses, con 60 años de edad y de profesión licenciado en Comunicación, egresado de la UAM.
Ahora, gracias a su ex, se ubica en el ojo del huracán, en el centro del altercado, ya que tan importante ejemplar lo ubica como uno de los participantes en eso de impulsar las campañas del señor López Obrador, mediante presuntos financiamientos ilícitos.
Y ahora la pregunta es donde queda eso de primero lo pobres, donde esta ese pueblo sabio, eso de que el pueblo es quien manda.
No cabe duda que son puras succionadas del tabasqueño, como también es cierto que el inventor del hijo de Atanasio ha hecho de la corrupción, una bandera moral, la cual enarbola a diario y a cada momento. Y lo hace sin mayor recato en medio de un cinismo admirable, desconcertante, con total valemadrismo.
Por lo mientras no se haga bolas y recuerde que tan valioso ejemplar, es una obligada lectura, un texto ineludible para todo aquel mexicano, bien nacido, que se interese en conocer parte de la verdad sobre el inventor del hijo de Atanasio.
Provecho. |
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