El Revolucionario Institucional va en caída libre.
El campechano, entiendase "Amlito", perdón Alito Moreno, en su momento y para su provecho personal, llevó a cabo jugadas magistrales, acciones que hoy dejan ver sus consecuencias y que sólo vienen a terminar se sepultar al partido.
Por supuesto que todos se dieron cuenta que el ex gobernador de Campeche únicamente ambicionaba salvar su pellejo, a toda costa evitó perder su libertad sin importarle que en todo ello se llevaba al instituto político que representa.
Le valió madre, así de simple.
Ahora las consecuencias y las renuncias allí están.
En días pasados, en bloque, en el estado de Hidalgo, hace unos meses lo hizo el ex gobernador Omar Fayad, más de una decena de priistas, en abierto, abandonaron el partido.
Así de tajo, le pintaron la salida al campechano y le dijeron hasta la despedida.
Lo menos que le externaron es su desacuerdo a las actitudes emprendidas por el dirigente tricolor, de ser un simulador no lo bajaron. Y vaya que les asiste la razón.
De igual forma en Sinaloa abandonan al partido líderes agrarios, ex regidores, ex senadores, ex diputados, un ex alcalde y otro ex aspirante a la gubernatura.
En cascada se dieron las renuncias.
Y no era para menos, la cerrazón mostrada por el campechano vino a provocar éste sisma partidista, la ambición por salvar su salea pero sobre todo el simular ser oposición lo está terminando de hundir, lo anterior sólo compromete al partido rumbo a las elecciones venideras. Prácticamente lo pone de rodillas y a merced del dueño de "La Chingada".
El campechano le esta entregando en bandeja de plata al partido en el poder las siglas y lo que queda de estructura priista, lo está entregando sin mayor rubor, así, a lo vale madre.
Y algo muy pero muy similar sucede en Veracruz.
Aquí en tierras veracruzanas tiene rato que el tricolor no es otra cosa que una sucursal más de MORENA. En la entidad ese que dice ser dirigente, porque ni a eso llega, un tal Marlon Ramírez no es otra cosa que un comediante disfrazado de priista, un auténtico oportunista, un advenedizo que ha usufructuado las siglas poniendose a las órdenes y de rodillas ante el partido en el poder.
El porteño no obedece órdenes que no provengan de palacio de gobierno, es un títere más del morenito de la cuenca. Es de esas especies que abundan en la secretaría de Gobierno y que están a la entera disposición del titular.
La simulación que práctica Ramírez Marín es admirable, cómo también es sorprendente el valemadrismo en que ha caído dejando al garete el partido.
Marlon Eduardo, esta de placemes pues su protector ambiciona la silla que aun ocupa el hijo de Atanasio por lo que no se dude ponga a las órdenes del morenito los pocos escombros priistas que quedan.
El PRI pasó de ser un poderosisimo instituto político a un partido morralla.
No se sorprenda usted si el año venidero pierde su registro al no lograr ni el tres por ciento que exige la ley electoral para segir cobrando las prerrogativas.
Provecho.
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