El de Macuspana cada día está peor.
Su soberbia y esa iluminación que lo invade son admirables.
Esa superioridad moral que presume tener, lo ha cegado totalmente.
Humillar, insultar y abofetear a los que no comulgan con su locura ha sido la constante
Fiel a su estilo y su costumbre, y ante la falta de buenos resultados, sigue tirando la piedra y de sus tonteras todo lo achaca al pasado.
El Lopez de palacio nacional es un político experimentado, es un viejo zorro en esto del arte de hacer política, luego entonces tenía una idea muy clara de las condiciones en que iba a recibir el país.
Síempre fue un acentuado crítico de los presidentes, de esos priistas y panistas que para él, para el tabasqueño, todo hicieron mal.
Y Ahora que lleva ya casi cinco años colapsando al país, sigue en la misma tesitura evadiendo su responsabilidad, repartiendo culpas y valiéndole madre todo y todos.
Nada supera el placer del inventor del hijo de Atanasio, que repartir culpas.
El valemadrismo es lo suyo.
Claro que sí.
Para nadie es es un secreto que, ya para entrar a recta final de su mandato, el país está bañado de sangre, fácilmente, las cifras de muertos, de desapariciones forzadas y de homicidios dolosos, han superado los dígitos de administraciónes pasadas. Lo anterior sin resaltar el actual empoderamiento de los cárteles del narcotrafico, esos que transitan a sus anchas por todo el territorio mexicano.
Las ocurrencias del Lopez, de palacio nacional, han empeorado la violencia y la inseguridad que se vive en tierras mexicanas.
La incertidumbre es total y al hartazgo social ha llegado a su límite.
El gobierno "de los abrazos y no balazos", afortunadamente, esta llegando a su fin, un final caótico para millones de mexicanos. Un gobierno atiborrado de comediantes disfrazados de políticos, de entes que sin calidad moral, se dan golpes de pecho al igual que su tutor político.
Una horda de morenistas que tienen al país sumido en la zozobra y la desesperanza. La inseguridad es uno de los tantos pendientes que tiene el gobierno del Lopez de palacio nacional.
Por cierto, y el tan cacaraqueado "Plan Nacional de Paz y Seguridad" que presumió el tabasqueño a mediados del 2018. Eso sólo fue llamarada de petate, como muchos otros temas que ha propuesto.
Es cínico.
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