Las porquerías del entenado político del tal Zenyazen Escobar están saliendo a la luz pública y las consecuencias de sus complicidades las está viviendo “El Carón”, mejor conocido como Juan Javier Gómez Cazarín.
Aun cuando a los tres se les da el valemadrismo a la perfección, sus fechorías serán descubiertas.
Lo reiteramos, ese tal Aldo Valerio Zamudio, es un experto en vender publicidad, antes de disfrazarse de periodista, primero fue mercader publicitario, le vendía difusión a cuanto personaje se encontraba en las calles, en las avenidas y ya ni que decir en los municipios, en las alcaldías, en las regidurías, en las oficinas de hacienda, en las delegaciones de Transito, en las direcciones de los reclusorios.
El amorfo sujeto recorría todo el estado con su maletín y camarita al hombro, siempre en busca de los mejores perfiles, fijando la óptica en obtener la mejor sonrisa y sugiriendo la mejor pose.
Lo suyo era la venta de publicidad no importa que no fuera política, ya que la fonda, el taller mecánico, el molino de nixtamal, el puesto de pollo destazado y hasta el betunero eran objeto de venta, lo suyo era sacar el billete y mire ahora lo pusieron donde abunda por lo que, ni tardo ni perezoso, al parecer, se sirvió con la cuchara grande. Sus allegados señalan que, valiéndole madre todo, se descaro y armando un buen equipo de cómplices y se dieron vida facturando, creando empresas fantasmas, páginas web que nadie visita, inventaron portales informativos los cuales tienen cuando mucho una docena de visitas al día.
Al parecer, Valerio Zamudio, resultó ser todo un roedor.
Atrás quedaron eso tiempos cuando andaba mendingando media plana de publicidad, cuando suplicaba, amargamente, le compraran un espacio para la revista donde se alquilaba.
Ya esos ayeres de comer retazos de jamón embadurnados en un duro bolillo, aderezados con chiles en vinagre quedaron atrás. Esas épocas de comer parado y en la mano también, ahora ingiere sus sagrados alimentos en la mesa y con cubiertos.
Si señor.
Lo cierto es que con esto quien debe asumir su responsabilidad es su proyectista, su manejador ese tal Zenyazen Roberto, sí el mismo que le hizo creer que era todo un experto en materia de periodismo.
Por eso ahora que está a punto de estallarle el desagüe, sus días al frente de Comunicación Social del congreso local están contados. Los cercanos al “Carón”, entiéndase, Gómez Cazarín, precisan que esta vez el ex vendedor de autos ya no está dispuesto a seguir sosteniéndolo, aun cuando tenga que sacrificar a su doncella y en venganza el ex bailarín exótico le meta la mano a eso de las porquerías en su sindicato y salga relucir crecidamente la podredumbre.
Pobre Gómez Cazarín cada día se desmorona más, su imperio de arena está a punto de derrumbarse.
Sobra decir que fueron millones de pesos los que se destinaron para promover su imagen, para darlo a conocer, para resaltar sus torpezas, sus inexperiencias a grado tal que apenas hace unos días la Suprema Corte de la Nación le vuelve dar otro revés, una segunda bofetada que también lleva dedicatoria para el hijo de Atanasio.
Claro que sí.
Lo peor es que a este par de trúhanes valiéndole madre la pandemia y padeciendo el estado una grave emergencia sanitaria, derrocharon más de quince millones de pesos, recursos que fue para promover la imagen del diputadito ese.
Y a todo esto el hijo de Atanasio, fiel a su estilo y a su costumbre, guarda silencio, finge demencia y se ocupa en banalidades
A ver ahora que hace el bailarín exótico, ya que también su lacayo, Valerio Zamudio se dio a la tarea de promocionarlo pues no olvidemos que de igual forma tiene puesto su corazoncito en la silla que actualmente ocupa el hijo de Atanasio.
Pobre Veracruz, esta es la Cuarta Transformación, más bien es la Cuarta Degeneración, pues antes que ellos caminaron Miguel Alemán, Fidel Herrera y Javier Duarte.
Provecho.
|
|