LASTIMA QUE no la escucha el Presidente Andrés Manuel López Obrador como tampoco atiende las sugerencias del resto de sus colaboradores (dada su egolatría e intolerancia), pero la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez Vázquez ha demostrado que es una verdadera estadista, y que el problema de la inseguridad en México, en la frontera norte y en Estados Unidos producto de la introducción de drogas y armas, no se va a solucionar con discusiones baladíes, estériles, balandronadas o bravatas, por el contrario, como bien dice la funcionaria, los delincuentes terminarán por burlarse de ambas autoridades, las mexicanas y estadounidenses, ante el vacío que engendran al no ponerse de acuerdo y seguir de lenguaraces ventilando sus conflictos en los medios. Temerosa de la reacción de su jefe, dueño de la verdad absoluta, Rosa Icela se pronunció tímidamente: “si estamos separados los gobiernos, peleando entre nosotros y discutiendo, los malhechores, los delincuentes, se van a reír de nosotros”, Y si bien considera normal que haya debate, “lo mejor es sentarnos a la mesa. Se puede debatir, pero con respeto”, dijo, y confirmó que el 13 de abril se reunirá en la Casa Blanca con Elizabeth Sherwood-Randall, asesora de Seguridad Nacional del presidente Biden para abordar el tráfico de armas y de fentanilo, pero “iremos ni a la defensiva ni a la ofensiva”. Y vaya que tiene razón la periodista y servidora pública mexicana que desde el 5 de diciembre de 2018 hasta el 26 de julio de 2020 se desempeñó como secretaria de Gobierno de la Ciudad de México, pues lo importante es que en un clima de respeto, sin valentonadas como las que suele exhibir López Obrador, lo mejor sería continuar en el acuerdo del Entendimiento Bicentenario y otros acuerdos, y que no gane el debate”, pues según la funcionaria, la seguridad “bien vale todos los sacrificios que se puedan hacer de parte de los dos gobiernos”.
LO QUE tal vez ignora Rodríguez Vázquez es que a López Obrador, como a la mayoría de morenitas no les interesa la seguridad de los mexicanos, a tal grado que adoctrinados como están, los mandatarios suelen difundir cuando hay crímenes o masacres que las víctimas, lo mismo que los victimarios eran integrantes de la delincuencia, y si no buscan, rastrean en los archivos judiciales, y cualquier indicio sirve para criminalizar, como ocurrió con el asesinato de cinco jóvenes a manos de militares en Nuevo Laredo, Tamaulipas, de quienes inicialmente se dijo que tenían antecedentes penales, que habían agredido con armas de fuego a los soldados y que intentaron escapar, por lo que la milicia solo se defendió, hasta que una investigación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y de las autoridades demostraron que los muchachos fueron tácitamente fusilados, que no llevaban armamento y que no intentaron darse a la fuga según relatan testigos y uno de los sobrevivientes. Los militares fueron encontrados culpables, y se encuentran detenidos por el delito de desobediencia, cuando debería endilgárles asesinato doloso con las tres agravantes.
CUATRO SOLDADOS responsables de disparar impunemente habrían sido trasladados a una prisión militar, ubicada en el campo militar Número 1-A, luego del asesinato de cinco jóvenes, a quienes abatieron en Nuevo Laredo, Tamaulipas, y aunque se dijo que un total de 17 militares más podrían estar bajo investigación militar y de la Fiscalía General de la República (FGR), todo parece indicar que el caso se cerró, aunque antes a los inocentes muchachos quisieron hacerlos parecer como miembros de la delincuencia, y que decir de los cuatro norteamericanos secuestrados en Matamoros por un comando armado, de los cuales dos fueron localizados con vida en una casa de madera en el ejido El Tecolote de aquel lugar, mientras otros dos fueron rescatados con vida, y han dado su propia versión luego de que el Gobierno Federal difundió la teoría de que los estadounidenses tenían antecedentes penales, y que habían venido al País para conseguir drogas que, seguramente, traficaban en Estados Unidos, versión que se cayó por su propio peso ante la versión de los sobrevivientes que demostraron con documentos que acompañaban a la mujer para un tratamiento estético, esto es, de cirugía plástica.
Y TAN no venían por droga, que el propio cartel al que pertenecían los agresores decidió entregarlos a los responsables a las autoridades amarrados, reconociendo que fue una equivocación, dejando al gobierno con sus propias mentiras y telarañas, muy común en los gobiernos de la cuarta transformación para sacarse el bulto. Y es que más de 2 mil 300 kilómetros separan Lake City, en el estado de Carolina del Sur en EU, de donde provenían, con la ciudad fronteriza de Matamoros en Tamaulipas, por lo que resulta absurdo que hayan viajado tanto para llevar enervantes y, para variar, hacer el mismo recorrido de retorno, pero en el País igualmente a los mexicanos que no comulgan con MoReNa les inventan delitos, como ocurría en Veracruz con ultrajes a la autoridad, y como sigue sucediendo ahora argumentando posesión de droga y armas de fuego, un recurso que se antoja arbitrario, lo que ha alentado manifestaciones en el sur, centro y norte del territorio Estatal en contra de elementos policiacos que han resultado ser unas verdaderas fichas, involucrados en secuestros, extorsiones, torturas y otros ilícitos.
ROSA ICELA, según lo ha demostrado, es una mujer que antepone el diálogo a las valentonadas despóticas, y en ese tenor tiene razón cuando asume que es mejor que prevalezcan los acuerdos entre México y Estados Unidos, en particular el Entendimiento Bicentenario, en aras de la seguridad. Por ello le deja en claro al Presidente López Obrador que asistirá a la reunión de abril en Estados Unidos donde participarán otros miembros del gabinete de seguridad nacional de ambos gobiernos: “iremos, pero ni a la defensiva ni a la ofensiva; lo que queremos es llegar a acuerdos”, dice la potosina que ha trabajado con casi todos los Jefes de Gobierno de la capital del País, ya que con López Obrador fue directora general de Participación Ciudadana y directora general de Concertación Política y Atención Social y Ciudadana. Con Marcelo Ebrard, entre 2006 y 2009, fue coordinadora general del Gabinete de Gobierno y Seguridad Pública y encargada de las 71 Coordinaciones Territoriales de Seguridad Pública y Procuración de Justicia, y de 2009 a 2012 fue directora general del Instituto para la Atención de los Adultos Mayores. En el gobierno de Miguel Ángel Mancera, fue titular de Desarrollo Social de 2012 a 2015 y de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades, de 2015 a 2018, y con Claudia Sheinbaum fue secretaria de Gobierno de la Ciudad de México del 5 de diciembre de 2018 al 26 de julio de 2020. Sin duda, una carretera que le permite autoridad, diplomacia y dialogo concertador, haciendo a un lado las ocurrencias que suele ejercer el Ejecutivo Federal. A ver si no la corre AMLO por la lección de estadista que acaba de propinarle. OPINA carjesus30@hotmail.com
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